Miradas de Clavos
Publicado en Dec 20, 2010
Tenía una agudeza auditiva mutada, le molestaba muchísimo el menor de los ruidos por lo que siempre se protegía los tímpanos con un casco antibombas de acero alemán que no le servía sino para acumular ecos.
Amaba el canto de las ballenas. La vez primera que vio un submarino anaeróbico en su vida preguntó a su papá si podría ser que su madre viviera allí dentro. Y Anselmo Misito pasaba de los cuarenta años por aquel entonces. Las impuras imágenes del día se retiran, la ebria soldadesca del Emperador está dormida, el eco de la noche retrocede, canción de prostitutas después de la campanada de la catedral; el brillo de una estrella o una bóveda iluminada por la luna desdeña todo lo que es el hombre, todas las sencillas complejidades, la furia y el limo de las venas. Primera estrofa de Bizancio de La escalera de caracol de William Butler Yeats
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rue
Oso: con un muchacho
Rue: que es una bomba
Pitágoras: el orden de los factores no altera el producto
Crupier
Esperaremos la respuesta del padre... quizá mami...
Ci vediamo!