Lugar de extraa blancura
Publicado en Jan 04, 2011
Mi hermano me ha contado escribiendo en mi espalda, con trazos de sus uñas, letra de sangre, página rosada, suave... que en el lugar donde disfruta los viernes de madrugada, mientras yo duermo acariciada, las chicas yacen vencidas, las camas son campos de batalla donde las sábanas se ahorcaron y algunas manchas de esperma se reclaman mironianas. Es un amplio cuarto de disfrute, del galope del sexo caro, el que pone unos buenos euros sobre la mesita de noche mientras la putita se alborota el pelo y con la falda subida le pregunta a mi hermano si su coñito le vale o no le vale. Mi hermano me lo escribe con placer un tanto sádico... yo lo leo envuelta en una tela trasparente de masoquismo, mis gruesos labios susurran: cuenta más. Que la noche envía a sus soldados, que las sombras rodean a la chica a la que también mi hermano está agarrado. Que folla él y lo hacen otras cosas, los gemidos son de plástico, los suspiros de CD... pero hay aullidos en las fronteras de lo animal junto a lo humano. Que la clava tanto como posible le es hacerlo, quería matarla como en un duelo... hay chicas que lo comprenden y se le zafan asustadas. Me coge los senos con sus bellas manos de estudiante aún no forjado, y me dice como un arrullo:
-También te lo puedo hacer a ti... Escribe en espaldas blancas, sitios de concentración de hermosa luz, impudicias de sus noches de verano. Y yo sé, que el maldito escribe sobre mí y todas nuestras sombras.
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