Este libro es uno de los mejores que he leído yo de la pluma de este escritor ganador del Nobel. De todas formas algo hay en él que no me acaba de gustar. Empecemos diciendo que La crónica de una muerte anunciada no es realmente un relato (como algunos indican para darle más énfasis al libro) y tampoco es un cuento (como le alaban otros), sino una verdadera crónica. Lo que sucede es que ya con el primer capítulo leído uno sabe toda la historia posterior, lo cual (para mi entender) resta misterio y magia (por mucho que lo cataloguen de realismo mágico) al asunto. Y, desde luego, yo no lo hubiese escrito así... porque para hacr juegos literarios (que está bien que se hagan) creo que es necesario utilizar otras técnicas más emocionantes. Pero dejemos este asunto pendiente de algún momento de tertulia y vayamos al libro en sí mismo.
Todo el suceso narrado por las víctimas y los victimarios es un uso adecuado (pero para mí sobreabundante en exceso) de descripciones reiterativas; todo concentrado en un sólo punto (insisto en que no es fórmula mágica esta y por eso hay que tratarlo como de crónica periodística a la cual se le añade ingenio y meticulosidad excesivas). Ese punto central, la muerte de Santiago Nasar, es el único eje principal de la trama. Yo creo que cuando se da la solución en el primer capítulo es una manera de restar magia al resto de la novela pero como del realismo mágico existen tantas interpretaciones completamente contradictorias las unas con las otras yo opino que de realismo tendrá mucho (por eso es una excelente crónica) pero  de mágico tiene, segçún yo creo que debe ser lo mágico en la narrativa, más bien poco. Parece paradójico sin embargo, que de un asunto del cual ya se sabe cómo va a terminar, consiga el autor dehilvanar toda una historia de sentimientos y de acciones que ponen en movimiento figuras y simbolismos... pero eso de que no sepamos quién es el que está "hablando" narrativamente en cada momento (pues el autor se cree que es una gran habilidad el hecho de bacilar ocultando tal aspecto) es una forma de confundir las mentes de los lectores más sencillos. En otras palabras, que me parece a mí que es una obra escrita sólo para una élite de lectores más o menos preparados intelectualmente. Y eso, que me perdone Gabriel García Márquez, para mí es restar valor a una obra sobre todo si está escrita por todo un Premio Nobel. No. Yo creo que se puede jugar todo lo que se quiera con la literatura pero bacilar al lector ocultándole datos importantes para que pueda seguir acertadamente la lectura es un juego, además de fácil de llevar a cabo, totalmetne falto de sentido a la hora de la gran verdad.
La retahíla narrativa que nos presenta García Márquez en Crónica de una muerte anunciada, no encuentra caminos nuevos (por mucho que algunos quieran decir que es una novedad extraordinaria) pues yo lo he visto hacer a numerosos autores y eso de repetir una vez tras otra una escena por un lado sirve muy bien para que nos enteremos de qué va el asunto pero por otra, y esto sí es grave, sirve para hacer un poco soporífera la lectura. Yo soy de los que está de acuerdo en que se puede jugar con el tiempo del pasado, del presetne y del futuro, pero hay que tener la agilidad mental y la capacidad literaria para no reiterar tanto un asunto porque jugar con el tiempo literario, bajo mi punto de vista y vuelvo a pedir disculpas a García Márquez, no debe ser un ejercicio de pesadez y sobreabundancia sobre un sólo y únioc tema. Si eres capaz de jugar con el tiempo hay que ser también capaz de hacerlo de manera clara y nítida para que los lectores sepan en que lugar, en qué tiempo y en qué espacio se encuentra el asunto.
García Márquez es un extaordinario relator pero como narrador de relatos y cuentos tiene la costumbre de ser reiterativo en sus repeticiones y eso, para mí, está lejos de una construcción mágica. El realismo de Crónica de una muerte anunciada es tan aplastante que no es necesario vovler a razonar más sobre ello. Realismo a tope. Pero aviso a quienes vayan a leer este libro que no van a encontrar esa magia de la que tanto se habla, salvo si decimos que mágico es ocultar al lector quienes son los personajes que estan narrando los hechos. Yo entiendo al realismo mágico de una manera muho más concreta. Se puede realizar magia literaria sin ocultar nada al lector. Lo que sucede es que las intrigas novelescas pueden ser tales cuando de verdad lo demuestra el escritor o suele ser un fiasco cuando el autor se limita a cotejar un par de datos y sobreabundar sobre el mismo tema. Si jugamos con el tiempo y jugamos con los personajes (pasado, presente y futuro) debemos ser lo suficientmente capaces de hacerlo de frente, sin ocultaciones ni reiteraciones excesivas. El proceso de creación de un texto puede ser hermoso si le damos varias posibilidades de interpretación pero lo razonable es que cada lector o lectora sepa que esas interpretaciones son lo suficientmente atractivas como para que el escritor no oculte la que él decide dar como salida a la trama. Estoy de acuerdo con el "suspense" y que en La Crónica de una muerte anunciada, García Márquez sí logra alcanzar cierto punto de "suspense" pero yo lo hubiese planteado como "suspense" con misterio o, si quieren decirlo de otra manera, "suspense" con magia. Por todo ello, aunque digo que es genial como crónica, a mí no me parce un relato de gran calibre ni mucho menos un relato mágico.
A todo un Premio Nobel, y siento tener que decir esto, hay que exigirle mucho más...