Bajo tus pies se abrieron grietas, ángel divino que cayo del cielo,
tus alas rotas temblaron débiles sobre el crudo suelo,
y una mirada triste ante tu muerte se dibujo un anhelo,
el de cumplir tu promesa tu misión, amar al hombre perdido.
 
De los cielos estrellados te enviaron los grandes maestros,
a que nos llenes de tu gracias de tus dulces besos,
que nos cubrieses con tus alas blancas de sueños,
remover anatema de nuestros corazones buenos.
 
Pero algo paso en tu viaje azul de piedras preciosas,
fue algún hombre malvado que intercepto tus rosas,
y tus ojos azules, tus joyas grises y tus labios rojos,
se cubrieron de temor miedo y el brillo se fue lejos.
 
Delicada y con plumas caíste apurada sin sentido a tierra,
y ahi te encontré mi ángel en medio de esta cruel guerra,
te cuide con oraciones, te quite la sangre con canciones,
y vele tus sueños hasta que sanaron tus moretones.
 
Y cuando abriste los ojos todo se oscureció y apareció satanás,
para evitar que nos llenaras de tu luz, y te maldijo por siempre jamas,
entonces fue ahí cuando se abrió la tierra y grietas de dolor rugieron,
no te ibas a rendir por ningún abandono mientras ibas cayendo.
 
Y oí un grito fino y profundo que produjo un brillo eterno,
que me lleno en pleno todo el alma sin duda entero,
y el diablo se encendió en llamas rojas y pereció todo y cuernos,
y saliste como el fénix de las grietas a este planeta para amarnos.