Graznidos del pájaro negro traga el dedo (adora el sabor de los pulgares) después de picotear el hígado y los ojos que estallaron poniendo fin a la mirada enloquecida del miedo. En el banquete del buitre buenos son los pobres hambrientos con sus estómagos inflados las vacas secadas por el sol las putas apuñaladas a un costado del camino (que lindo son los banquetes de Ciudad Juarez) los miembros gangrenados extirpados; pero lo que más disfrutan son los cuerpos mutilados en las guerras y las matanzas. No es que sea mal bicho el buitre solo se alimenta de la desgracia ajena. como los periodistas que hurgan en la vida ajena; como los abogados que revolotean los hospitales y funerarias; como lo policías que rondan las manifestaciones populares;. como el señor que esclaviza a los peones en el campo; ¡que tiempos los de Auschwitz! (un lagrimón derrama el buitre por los viejos banquetes del abuelo).

Palabras Clave: Graznidos del pájaro negro traga el dedo (adora el sabor de los pulgares) después de picotear el hígado y los ojos que estallaron poniendo fin a la mirada enloquecida del miedo. En el banquete del buitre buenos son los pobres hambrientos con sus estómagos inflados las vacas secadas por el sol las putas apuñaladas a un costado del camino (que lindo son los banquetes de Ciudad Juarez) los miembros gangrenados extirpados; pero lo que más disfrutan son los cuerpos mutilados en las guerras y las matanzas. No es que sea mal bicho el buitre solo se alimenta de la desgracia ajena. como los periodistas que hurgan en la vida ajena; como los abogados que revolotean los hospitales y funerarias; como lo policías que rondan las manifestaciones populares;. como el señor que esclaviza a los peones en el campo; ¡que tiempos los de Auschwitz! (un lagrimón derrama el buitre por los viejos banquetes del abuelo).

Categoría: Poesía

Subcategoría: Poesía General