Navidad en Familia
Publicado en Jan 21, 2011
Mamá siempre fue así, cualquier cosa podía faltar en casa, pero los cumpleaños, aniversarios, fiestas y navidades, se tenían que celebrar. Parece que estos trece años que estoy en el extranjero, no cambiaron nada las cosas en casa. Como detesto las fiestas familiares, mi padre con su único tema de la fábrica, aquella que no acepté y que tanto nos distanció, más cuando decidí irme a Venezuela ha estudiar cine. ¿Cine? Sí papá, cine ¡Pero te vas a morir de hambre estudiando esa carrera! ¿Por qué no te quedas a cargo de la fábrica y luego puedes estudiar cine como hobbie? Ese es el tema, que para mí es más que eso. ¿Y por qué en Venezuela, acaso no puedes estudiar acá en Chile? Papá, postulé a una beca especial entre cientos, y créeme los seleccionados fueron todos extranjeros, lo que te indica que el interés por estudiar cine en Venezuela es muy grande, ellos están mucho más industrializados y en el fondo por la cercanía reciben indirectamente la influencia del mercado americano, además las posibilidades para luego irme a los Ángeles a hacer algún postgrado son mucho mayores desde allá. Tú siempre con tus cosas, y todo para llevarme la contra, igual que tu madre…Estará mi hermana con su complejo de coneja (acaba de dar a luz a su séptimo hijo) empezará con su sermón ¿Que aún no piensas sentar cabeza? y allá en Venezuela ¿No tendrás una noviecita que no nos quieres presentar…? y tendré que contestarle como siempre que el tema del matrimonio y la paternidad no va conmigo, mientras su marido me mirará con esa sonrisita estúpida y comentará con ese tono pastoso que le caracteriza, calma cariño, tú sabes que a tu hermano no le gustan los niños y entonces le devolveré una sonrisa zonza agradeciendo su intervención, mientras mi hermana reprochará con su mirada mi actitud. Acto seguido, se abrirá la blusa y dará pecho al recién nacido, sin cubrirse el enorme busto que con el correr de los años y los continuos lactantes, ya parecen unas ubres monstruosas. Que decir de la hermanita menor, de seguro estará con “un nuevo compañero” quizás algún dirigente político de izquierda perseguido por extremista, o quizás un pacifista del Green Peace que se encuentra reuniendo fondos para defender las ballenas en el sur, o tal vez, un DJ cincuentón con un futuro prominente en Suecia que se la quiere llevar, mientras ella estudia por enésima vez arte, teatro o danza contemporánea con el gentil auspicio de mis padres. Y para rematar el cuadro familiar, estará mi madre que dirá ¡Hijo si estás tan delgado! de seguro no estás comiendo bien, y ese pelo tan largo; se nota que no tiene quien lo cuide, hay que ver como estás vestido…yo a tu edad - agregará papá- y comenzará a relatar la historia de los inicios de la fábrica que crearon con el abuelo. ¡Las mismas conversaciones, las mismas preguntas, las mismas respuestas…!mi hermana tratará de contar las gracias de su última criatura preocupada en captar la atención de todos, mientras la guagua lo más probable que vomite leche cortada sobre su hombro de tanto levantarlo como un trofeo, o libere sus esfínteres dejando una estela espantosa liberándonos por unos instantes de los osos mamones y mamá que correrá en su auxilio. Entonces la batuta la tomará mi padre, que se ensalzará con un popurrí de preguntas a los comensales, todos tensos y pendientes de que no empiece ha hostigarme con el tema del cine o que yo me salga de mis casillas con alguno de sus comentarios insidiosos. Y si nada pasa, después de entregar los regalos comenzarán a pelearse para que me quede en una u otra casa, mientras yo estaré esperando cualquier escusa para disculparme y tomar el auto de vuelta al aeropuerto lo antes posible.
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Esteban Valenzuela Harrington
Un abrazo,
Esteban
Daniel Florentino Lpez
Como la vida misma
Un abrazo
Daniel
Marian