El zapatero traidor (Teatro - Entrems).
Publicado en Jan 25, 2011
PERSONAJES:
Señor Rodríguez........... zapatero. Señorita Fernández ....... empleada del zapatero. Señor Pérez .............. cliente del zapatero. Señora de Pérez .......... clienta del zapatero. ACTO PRIMERO. El escenario es una zapatería, dentro de la cual se encuentran el señor Rodríguez y la señorita Fernández. Entra en la zapatería la señora de Pérez. Señor Rodríguez.- ¡Buena señora mía!. Entra en esos momentos en la zapatería el señor Pérez. Señor Pérez.- ¡Oiga, qué dice usted, zapatero remendón, que esta señora es mía!. Señor Rodríguez (asustado).- Nada de nada que sólo quise decir buena mañana tenga usted. Señorita Fernández.- ¡Y tan buena que está, sí señor!. Señor Pérez.- ¡Oiga, señorita de las pantuflas, que esta señora es mía!. Fin del Acto Primero. Se baja el telón y se dan quince minutos de descanso para que los actores y actrices salgan a la calle a encender un cigarrito. ACTO SEGUNDO. Los personajes siguen dentro de la zapatería. Señora de Pérez.- Bueno... tengamos la fiesta en paz... necesito un par de botines. Señor Rodríguez.- Escuche, señora mía... esto es una zapatería y no el Banco de Santander. Señor Pérez.- ¡Que le repito que esta señora es mía!. Señorita Fernández.- ¿Y no podríamos hacer un intercambio?. Señor Pérez.- Escuche, señorita... ¿usted se cree que estamos en los inicios de la civilización humana para hacer intercambios?. Señor Rodríguez.- Entienda bien usted a la señorita Fernández y no piense mal. Señor Pérez.- Ni pienso ni no pienso. El pienso está bien para los animales de engorde como los cerdos. Señor Rodríguez (otra vez asustado).- ¡Señorita Fernández!. ¡Saque todos los botines que tenemos escondidos en la trastienda!. Señorita Fernández.- ¿Todos los botines que tenemos?. Señora de Pérez.- Eso es.... saque todos los botines que tienen bien guardados y que sea lo que Dios quiera. Fin del Acto Segundo. Se baja el telón y se dan quince minutos de descanso para que los actores y las actrices salgan a la calle a encender un cigarrito. ACTO TERCERO. La señorita Fernández ha sacado todos los botines que tiene el señor zapatero en la trastienda. Señorita Fernández.- ¡Pues todo esto es lo que hay, señora mía!. Señor Pérez.- ¡Que le repito a usted, señorita, que esta señora es mía!. Señora de Pérez.- ¿Y cuánto cuestan los botines?. Señor Rodríguez.- Con el último subidón que ha habido, diez euros solamente. Señor Pérez.- ¿Y usted cree que por ese precio mi señora mía y no suya, señor Rodríguez, va a tener el mal gusto de comprar sus botines?. ¡Quédese con sus botines, zapatero traidor, que ella y yo nos vamos a dar un paseo por el parque!. Señorita Fernández.- ¡Qué lástima que no sea mi señora!. Señor Pérez.- ¡Si quiere usted una señora, señorita, búsquese un trabajo de empleada de hogar!. Señor Rodríguez (más asustado que nunca).- ¡Vuelva aquí, señor Pérez!. Señor Pérez.- ¡Como me llamo Pérez que antes pereceré que entrar de nuevo en su zapatería!. Fin de la obra y se baja el telón mientras los Pérez se marchan y tanto el señor Rodríguez como la señorita Fernández se sientan, apesadumbrados y rodeados de todos sus botines, en el banco de las pruebas y, desolados, se echan las manos a la cabeza.
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