Recuerdo apenas aquel momento, era una pareja de enamorados sentada en una banca de un parque; de un parque silencioso, verdísimo y limpio, en una tarde anaranjada, la puesta de sol ya se acercaba y venia una luna llena a posarse ante los ojos de los enamorados, una luna bellísima y luminosa que radiantemente iba enfocando a la pareja, conversaban ellos de la problemática de la vida, daban sus distintos puntos de vista y cada uno lo fundamentaba, cualquiera pensaría que con tan grandes diferencias que hacían juntos. Y ahora que lo pienso creo que eso era lo que más unía a la pareja ya que cada quien respetaba sus ideas y se querían con todo lo bueno y malo que tenían. Bueno como decía, ellos eran algo distintos de muchas parejas que vi...tenían algo que nunca había visto en alguna pareja, ni siquiera en la mía. Tenían confianza, comunicación y sobre todo respeto, valores que casi ya no existen...Debatían, como ya dije, del problema esencial de la vida, y ambos llegaron a la conclusión de que era: el tiempo, ni siquiera yo había pensado en eso...Seguían hablando y ahora hablaban de sus objetivos, de cómo llegar a realizarlos, qué camino seguir...que tenían que abandonar y que otros sacrificios tenían que hacer...
Se quedaron callados un momento...quisieron darse un beso, se acercaban un poco nerviosos, supongo que iba a ser su primer beso, que increíble tan maduros al hablar y expresarse sin embargo no podían darse un beso, lentamente se acercaban pero cuando ya estaban a punto de hacerlo, se separaban, otra vez intentaron hacerlo, estaban tan cerca que solo sintieron sus labios algo húmedos y suaves, y de nuevo se separaron, estaban súper nerviosos, como se dice: la tercera es la vencida, de nuevo se acercaron, sus corazones palpitaban a mil por segundo, sus manos sudaban, la luna graciosamente contemplaba tal espectáculo, se acercaron y esta vez rozaron sus labios, los comenzaban a mover suavemente y de nuevo se separaron, no podían hacerlo porque no sabían cómo, tenían ambos miedo de que no le gustase al otro, al menos eso creo, y así estuvieron haciendo muchos intentos que no dieron resultado, de tanto haberlo intentado se confesaron que no podían hacerlo y se reían ambos por no poder hacerlo, se reían de la situación en la que estaban, de cómo les sucedía eso a ellos si no era su primer beso, ósea ya tenían experiencias, supuse mal, pero porque no lo podían hacer me pregunte, ellos se abrazaron y seguían riendo, al instante la respuesta a mi pregunta surgió; y se dijeron que no lo podían hacer porque algo se los impedía, que se querían pero no se sentían seguros de hacerlo, porque no querían cometer errores en su relación, yo al escuchar eso pensé que eran raros, inhumanos...La noche era cálida uno que otro viento que refrescaba el ambiente, yo contemplaba esa situación tan graciosa, al menos para mí lo parecía, quería ver que mas pasaba y me llamo mi esposa diciéndome que tenía que ir a casa rápidamente, porque la fiesta sorpresa para mi hija ya estaba lista, le dije que estaría lo más pronto posible por ahí, colgué. Los jóvenes seguían hablando de lo mucho que se querían y respetaban y que todo llega a su debido momento...lo intentaron de nuevo, se acercaron muy lentamente, cerraron los ojos, rozaron sus labios, los movían despacio, se acercaban mas y mas, de lo despacio que movían sus labios ahora los movían más rápido, el toco su mejilla y ella abrazo su cuello, parecía que ya no se iban a separar, pero lo hicieron, no podían respirar estaban tan excitados y felices por lo que había sucedido, de pronto él sacó algo de su bolsillo y se lo dio a ella, era una cadena dorada con un símbolo que no alcance a ver, ella se lo agradeció y lo abrazo, de repente sonó el celular de ella, se apartó del chico y luego de unos segundos, colgó...Le dijo a él, que quien había llamado era su papá y que le había pedido que antes de ir a casa comprara unas cosas para la cena, se levantaron y de nuevo se dieron un pequeño beso, ya tenían más confianza, se abrazaron e iban caminando así por el césped...Yo también me retire y aborde el primer taxi que pasó, me dirigí a casa donde me estaban esperando para la fiesta...Llegué, la noche se hacía más calurosa, me quite el saco y abrí la puerta rápidamente, entré y me esposa me estaba esperando con todos los invitados, familiares, conocidos, colegas, amigos y por supuesto amigos y amigas de mi hija, luego de saludarlos a todos subí lo más pronto posible a la azotea y allí me quede a esperar a que llegara mi hija, luego de diez minutos ella llegaba con un "amigo", se dieron un beso en la mejilla y un abrazo, tocó la puerta -ya que siempre olvidaba sus llaves- y mi esposa salió a abrir, el "amigo" la saludo y mi esposa abrazo a mi hija, les dijo que ambos pasaran, y pasaron...yo bajé lo más rápido posible y me ubique atrás, todos al verla dijeron: ¡¡¡SORPRESAAA!!! Ella se sorprendió, como se suponía que debía de ser, abrazo de nuevo a su madre y le agradeció todo...Cada uno se iba acercando a felicitarla, yo la contemplaba fijamente, tenía ya 16 años, que rápido pasa el tiempo, era toda una señorita, era muy hermosa, inteligente, graciosa y agradable, yo estaba orgulloso de tener una hija así, ya estaba madurando y correctamente, no podía creer que ya había crecido y que era totalmente diferente en su forma de pensar y actuar respecto a otras chicas de su edad, hasta inclusive más reflexiva que yo, ¡cómo la quería!...Ella se acercaba lentamente, estaba con un jean negro, hasta debajo de la rodilla, un polo gris con un escote aceptable, y zapatillas negras, pues el negro era su color favorito, con el cabello largo y liso suelto, ya estaba delante mío y me dijo: No me felicitarás...Yo la abracé, y le dije al oído: no me presentarás a tu "amigo", pero preséntalo como verdaderamente es, crees que nadie te ha visto... Ella se separó, levantó la cara; sorprendida, y se sonrojó, captó el mensaje...Me abrazó de nuevo, se retiró y así lo hizo, me lo presentó...Ah, esos días...momentos que nunca se olvidarán...