Y sigue ah...
Publicado en Jan 28, 2011
Seguía ahí, aún vestía ropa vieja y unas ojotas que al parecer, antes pertenecían a otra persona. Desde niña, cada vez que pasaba cerca de esa estación, lo miraba. Se sentaba sobre un lote de tierra que permanecía ahí desde hace muchos años, nadie se había dado el tiempo de removerlo. En ese entonces, yo sólo tenía cuatro años, para mi la vida sólo era jugar y ver televisión. Ni siquiera fui al jardín, mi primer acercamiento a un colegio fue a los cinco años. El hombre, cuyo nombre aún no conozco, lleva hasta hoy más de quince años en el mismo lugar. Siempre con el mismo rostro, siempre con esos ojos que sólo expresan tristeza y soledad. La gente le habla, le da comida, le regala ropa antigua... y eso parece ser suficiente para él. Desde hace más de 15 años que conozco a ese hombre, y desde ahí, siempre he tenido ganas de darle un abrazo, de preguntarle de donde viene, de acercarme a él aunque sea a regalarle una sonrisa. Porque sé que aunque ha aguantado muchos años en la calle, la fortaleza que ha ganado, no es suficiente para ocultar su desgano, su falta de vitalidad. Creo que lo admiro, no sé si sería capaz de aguantar en esas condiciones por tantos años. El hombre de cabello largo y barba canosa, no es sólo un "torrante" como le llaman, es un ejemplo de valentía y tal vez, de sufrimiento. Lo vi un día con una sonrisa en su rostro. Entre sus manos, había un pequeño trozo de pan (seguramente alguna persona con buen corazón se lo había dado), a su lado, un perro callejero lo miraba atentamente, mientras movía su cola. El hombre, que por la forma en que comía seguramente tenía mucha hambre, tomó un poco de su pan y se lo dio al animal, se lo dio y en ese momento, sus ojos brillaron y su sonrisa se hizo más firme. Hay días es que paso cerca de la estación u no lo veo, hay días en que creo que el valiente hombre ha dejado de existir... pero pasa un tiempo y nuevamente aparece ahí, en el lugar de siempre. Algunas veces con algo de comida, algunas veces con un vaso de plumavit con té caliente. Hay veces en que sus ojos están tristes, hay otras veces en que pareciera que ya no le quedan fuerzas para seguir... Y sin embargo, el hombre continúa allí. Creo que las pocas personas que trabajan en la estación han de conocerlo, seguramente son ellos quienes en ocasiones les dan ropa y les ofrecen comida. Espero que esa gente, no se olvide de que existe. Espero algún día tener valentía suficiente para acercarme a él, sin temor alguno. Espero que su vida conitúe en paz, con la simpleza que ha tenido hasta ahora. No sé si tiene una familia, no sé si hay alguien que lo quiera... sólo espero seguir viéndolo allí, sentado en la estación, en el lugar de siempre...
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Caranndor
un cordial saludo. Caranndor
silvana
Desde pequeña me he acercado a hogares de ancianos, y espero que mi sueño de participar activamente en uno se concrete...
hay gente muy vulnerable, y al mismo tiempo, hay gente muy desinteresada...
es una pena, pero la realidad que he mostrado existe... y está en nuestras manos hacer algo.
gracias!
JUAN CARLOS
Cariños...Juan Carlos..
frase
Carol
W ART IN
me lo llevarè a favoritos...
Saludos W ART IN.