Corría el año 1492 precisamente era 3 de Enero de la era de nuestro señor, cuando el rey Fernando II de Aragón nos encomendó ardua tarea por el bien de la luz, debíamos ir al nuevo mundo junto con el Marino Cristóbal Colon, y traer pruebas fehacientes de la existencia de una cuidad antigua que según reza en legendarios escritos alberga a los no vivos. Horrorosas bestias que beben sangre, y se encomiendan al oscuro, destruirlos seria nuestra epopeya en nombre del señor y nuestro rey. Pero antes de partir deberíamos recalar en la antigua fortaleza de Aït Ben Haddou para aniquilar una gárgola que se encontraba encaramada en la torre principal de la fortaleza y la cual guardaba algo que nos serviría para el resto de nuestras vidas.
Embarcamos hacia Marruecos desde el puerto de Algeciras en tierras andaluzas, antes de partir una gitana se acerco a Sir Marian de Elypcia y le dijo - duras pruebas vendrán, oscuros días vivirán, pero no escaparan de su final- y se oculto en las sombras.Navegamos varios días sin que la luna nos acompañara, y según los viejos marineros no es buen presagio. Pero éramos cien hombres armados con la luz de nuestro señor y excelente acero español.Llegado el día 7 tocamos las blancas areas de Marruecos, Sir Marian de Elypcia no siendo hombre de mar poso rodillas en la arena y clamo a los cuatro vientos -Camino en un valle de sombras, pero no temo pues dios es mi guía...- no termino de declamar cuando un grito helo las sangres de los valientes, provenía de la torre de Aït Ben Haddou.