Frente a Dios (De tanto en tanto, en el Camino/Victoria Aguilar)
Publicado en Feb 08, 2011
Lo primero que tengo que señalar, antes de entrar en el análisis crítico correspondiente, es que al leer "De tanto en tanto, en el Camino" nos encontramos frente a Dios desnudos de cualquier hipocresía, porque el poema habla de un ser humano (en este caso mujer) que habla desde su interior.
Los días, dice Victoria, son como agujas clavadas en las entrañas. Pero ¿qué significa tal expresión?. Pensemos en un anhelo y un deseo que le sugiere a la autora un querer fundirse con Dios. ¿Puede un ser humano, hombre o mujer, fundirse con Dios?. A los cristianos y cristianas nos llaman locos pero cuanto más nos llaman locos más nos acercan a nuestro hermano mayor que es, por supuesto, Jesucristo. Si leemos con pausa obligatoria el poema lo dice la misma autora ("y yo noto que soy más liviana, que estoy más cerca de ti") y eso es de una sinceridad absoluta. Porque seguir en el Camino supone tener más fuerza. Como dice la autora: con más fuerza cada año y cada día. Ahora nos podemos preguntar ¿por qué no ha escrito "cada día, cada año" como haría un escritor o una escritora no creyente?. Porque es una realidad que Jesucristo puede revertir el tiempo y reconvertirnos en lo que fuimos. Victoria Aguilar tiene otros muchos poemas más; pero he elegido este para deciros que ella encontró la Biblia cuando más la necesitaba y la Biblia no le decepcionó. Ese es el concuelo de Jesucristo en el Camino. Ese "cada día, cada año que pasa" (y ahora invierte la nocíón del tiempo la autora para decirnos que para Él lo mismo es un día que un año) significa una constante continua e indesmayable. Este poema, que viene escrito en el libro titulado "Brotes nuevos en el barbecho", es como el Prólogo de toda una serie de poemas de ella junto con otros seis autores y autoras. Pero volvamos al poema a criticar. ¿Qué sucede de tanto en tanto cuando seguimos en el Camino?. Sucede que existen las pruebas, las dificultades que sirven para afianzarnos ("que me queda poco para fundirme contigo"). No está hablando de ninguna clase de muerte ni espiritual ni física. Victoria Aguilar está hablando de la Vida completa que se inicia en la Tierra y llega a no tener límite alguno. Cada día Él nos arranca una aguja y nos da fuerzas para seguir siendo cada vez más livianos y livianas. Por eso Victoria Aguilar no sólo consiguió terminar la carrera de Filología Árabe en Madrid sino que se doctoró en Murcia. Y todo ello, sabiendo que nació en Burgos, nos habla de ese Camino que se entrevé leyendo, verso tras verso, todo el poema completo. En efecto. Es un encontrarse con Dios... pero no con un dios raquítico y avaro como son los dioses minúsculos de la Historia, sin con el Único Dios Omnipotente. Es encontrarse cara a cara con Jesucristo a través de la Fe cristina. Poema (y por supusto también libro completo) que os aconsejo que no dejéis de leer. Yo lo tengo previsto hacer porque, además de encontrarse el lector o la lectora con alguien que ha visto a Dios, podemos entender por qué los demás nos llaman locos cuando en realidad somos las personas lúcidas que está necesitando la Tierra entera. Y es que estamos viviendo un renacer que los incrédulos desconocen. ¿Dónde está la locura?. ¿Dónde está la ignorancia?. Ambas cosas van unidas y no precisamente en quienes, como Victora Aguilar hace, escribimos con lucidez mental. Por eso recomiendo a los famosos psiquiatras de esta raquítica y avarienta sociedad que lean el libro antes de afirmar que sus diagnósticos son la verdad. Nada de eso. la Verdad está en Jesucristo y este poema lo confirma.
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