Aliviando que es gerundio (El Chivatazo)
Publicado en Feb 10, 2011
¡Ya vienen los de atrás arreando!. Aliviando que es gerundio. El mundo actual está lleno de correveidiles dando mensajes por teléfono. Uno de ellos me llama para decirme que no me piensa llamar nunca más y que nunca le van a hablar a su hermana. Yo no sé para qué pierde el tiempo de esa manera tan infantil. Hasta cualquier niño o niña de hoy en día utiliza el teléfono para decir cosas mucho más importantes porque lo que es es que quiere decir... ¿para qué me llama para decirme que no piensan llamarme nunca y no van a hablarle más, en toda la vida, a su hermana?. Verdaderamente debe estar "priva" el susodicho correveidile.
Olvidemos el pasado olvidemos el pasado y volvamos a amor, como cantaba la guapísima Marie Laforêt que sí merece ser escuchada y no perder el tiempo oyendo a un correveidile diciendo que otro correveidile y el que les manda no me piensan llamar nunca más y. sobre todo, y aquí viene lo sorprendente por lo infantiloide del asunto, que no piensan hablar nunca en su vida con su hermana. A nosotros plin porque dormimos en pikolín. Que parece que han olvidado algo muy importante como este anuncio. Mirad, amigos lectores y amigas lectoras lo que he "pescado" por ahí, por una de esas fuentes informativas de las de verdad que usan el teléfono para decir algo más interesante que el correveidile de turno que siempre resulta que es el que menos tiene que hablar y por eso ya no me habla lo cual bien mirado es del todo lógico: "El lema de Pikolin también me parece interesante: "Pikolin, símbolo del descanso." No sé por qué, se adhiere a mi memoria con facilidad". Y hablando de "privatas" mejor es hacer caso al zig-zag de esta vida contemplativa, ¡que vaya chavala más guapa viene en el anuncio! y darse un garbeo por la chocolatada de San Valentín a ver si se nos viene a la memoria la chavala guapísima o sino por lo menos a ver quien sale elegido como el más guapo y la más guapa del Vip de Oro (que no sé por donde cae ahora mismo) pero que como tiene entrada libre también tiene salida libre. Fiesta. También me suena esa canción. Fiesta. La vida es una fiesta. Bueno en realidad quise decir que la vida es una tómbola donde a veces hay correveidiles diciendo tentería y media por el teléfono... que no sé yo a cuánto le va a ascender la deuda telefónica que les va a presentar su hermana pero que hace bien. Ahora que como ellos no piensan hablarla en toda la vida pues yo opino que "privatas" están un mogollón. ¿Qué más?. Ah... que no se os olvide que abren el viernes a las 6 de la tarde (hasta las 10 de la noche), el sábado a las 6 de la tarde (hasta las 10 de la noche) y el domingo... ¡zambomba!... a las 6 de la tarde (pero solo hasta las 9 de la noche porque el lunes hay que madrugar para ir al "curre"). ¡Ni el papa Bonifacio IV decía tantas tonterías por teléfono!. Primeramente porque no había nacido todavía Alexander Bell pero, sobre todo, porque el uso de las palomas mensajeras se usaba de manera más racional que el dichoso teléfono. Pero si a algunos de vosotros o vosotras os interesa un dato muy interesante si es que os decidís a hacer una tesis sobre el teléfono os informo que Alexander Bell se llamaba exactamente Alexander Graham Bell. Otra curiosidad... de Bell deriva Bella... o sea que la Bella Durmiente y la Bella y la Bestia son dos productos de Disney. Pero nosotros a lo nuestro. Especial de San Valentín con chocolatada a partir de las 7,30 de la tarde (sábado) y una fiesta por todo lo alto... ¡nada más y nada menos que 2x1 Coca Cola (que no es una quiniela por cierto) para otro sábado más posterior que ya digo que los de atrás vienen arreando!. Y por cierto... que me sigo preguntando que para qué me llama el correveidile para decirme que no me llama. Y es que el mundo de los correveidiles y quien les dirige de verdad que están más "privatas" que el Fantasma Gori-Gori del TBO que ya es decir. Sigamos. Termino diciendo que qué feliz vidorra esta de lo contemplativo porque la chavala guapisima del anuncio de Privatta Zig-Zag está que se sale. Sí. Porque si la llegan a fotografiar un poco más inclinada seguro que se sale de la octavilla. Y qué cuiroso es esto de las octavillas que antes se enviaban en palomas mensajeras (en la época del papa Bonifacio IV seguro que sí) y ahora hasta se convierten en papel "couché" (que significa papel "acostado" en español según dice El Mundo). Y es que este mundo de los correveidiles parece más bien el mundo de los caballitos de la feria de San Isidro pero ya veis que no es San Isidro sino San Valentín quien se nos viene encima. Aliviando que es gerundio y, por favor, que el correveidile no me llame nunca más para decirme la tontería de que no me van a llamar más y que no van a hablarle en toda su vida a su hermana. Como críos. Se comportan como críos estos correveidiles de hoy en día y mucho más el que los dirige. Adiós. Voy a ver si me llama alguna chavala guapa que es mucho más interesante aunque sólo sea para decirme ella hola y yo decirla adiós. Adiós.
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