La última casa de mi calle
no recibe visita alguna tiempo há,
siempre está cerrada de puertas y ventanas,
pero todos sabemos
que vive en ella el último heredero.
La última casa de mi calle
no cuenta para nadie,
es como si no estuviera,
ninguna carta, ni llamada,
nadie ante su puerta se detiene,
ni atisbamos desde su muralla.
Pobre casa triste, vieja, abandonada...
su jardín asilvestrado,
el sendero de tierra se ha perdido,
está tan maltrecho el tejado!
Hay alguien dentro de ella,
un derrotado!
Un hombre ya mayor, que bajó los brazos,
allí encerrado está...
La casa envejece acompañándolo,
porque nadie más
está con él.