No ríe;
no tiene alegría.
Es una carcajada
hueca y vacía.
Es un alarido desesperado
de un alma que pena cada día...
Es un alma afligida,
envuelta en una oscura sábana sombría.
Un ser hambriento
de apretones  y caricias.
Un  espectro viviendo en las tinieblas;
sin ver nacer en la sombra algo que brilla.
Ella es miedo
y desdicha.
Una negra flor sumergida
en un pozo de aguas turbias.
Lleva una pesada carga que duele y martiriza;
no sabe cómo salir del laberinto donde habita.
¿Cuándo nacerá la luz
para esta pobre alma que agoniza?
jlm
marzo 2011