El amor de M.O. Pág 3. Por Alberto Carranza Fontanini
Publicado en Mar 25, 2011
Parecía sentir una especial fruición al lamerse las heridas psicólogicas. Y recordó cuando habló con M.O. el día antes de partir a Mar del Plata defendiendo a la masa trabajadora que - según su opinión- resultaba apaleada por el sistema social y laboral injusto porque los sindicatos , en ese periodo, no detentaban ningún poder pues se había vuelto corruptos al ser bastardeados por la misma cúpula y denigrados por la dirigencia política de entonces.
Sin embargo ( decía M.O.) no advertís hermano que en la década del "80, la democracia entró con fuerza buscando una transformación necesaria que iba a ser historia y resultó ciertamente penosa, difícil y contradictoria. Muchas veces fue obstaculizada por esos famosos paros masivos. Recordá que poner orden en un sistema que había sido trasvasado por la política militarista represora y sangrienta - a lo que se le agregaba la guerra de las Malvinas-, no era sencillo ni fácil de digerir. Pero para J.O., en esa instancia todo ocurría en un abrir y cerrar de ojos. Es como si hubiese estado ausente de su País aunque solía sentirse apaleado por la creciente deshumanización colectiva. Entonces se olvidaba del mundo, ya no le importaba que lo echasen de cada trabajo ni afrontar al llegar lo reproches de su mujer que clamaba por unos pesos, porque Laura no era sumisa ni estoica. Por el contrario se ponía muy irritable ante las necesidades. Fijate vos, che ( le decía a M.O.justificándose), ¿cómo le digo que ando mendigando un poco de pan en la confitería del Tio Lucas...que me rebajo, que me humillo ante ese puerco, y barro y limpio las vidrieras porque nadie me toma en serio? Pero no le dijo a su hermano menor que estaba asqueado de sí mismo. Que solía comprar vino tinto cada noche apurado por la ansiedad y que no podía olvidar aquella escena del retrete público, aquellos movimientos espasmódicos del proxeneta que lo hicieron sentir muy lejos de los ángeles. Que se había sentido pusilánime y que como otras veces se prometió cambiar, dejar de beber y doparse, que se prometió remontar aquella vida miserable para lograr ser quien debía ser.
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