Abrió los ojos la mañana, llegose el día sin obligaciones,
una mañana de viernes que se supone despejada.
Trasnochadas las ideas y los deseos de "un alma en dos cuerpos"
desde el sueño emanaron, un juego que escapaba,
junto a el, el mar llegaba. 
 
Un momento de suavidad y dulzor se fraguo entre cuerpos enlazados
*<<despertaron en medio de abrazos, caricias y uno que otro beso "cerrado">> 
y una sabana, violinista inerte,  la perfecta acompañante del momento lento,
aunque desganado, de una mañana de viernes libre y sin ataduras.
Todo era superfluo, el tiempo no tocaba el cuarto,
las horas carecían de su importancia, algo inusual?.
Y allí todo quería ser ignorado, se quería abrazar la libertad
aprovechar el querer, el gusto, "una mañana de viernes prometedora".
Ambos, no uno, ni por separado, querían olvidarse del cajón,
o los cajones, de cruces oxidadas sobre sus hombros.
 
Nadaron juntos sobre el mar, tormentas y juegos sin alejarse.
acaso estaba el 9 cerca?, no casi diez, tal vez más.
 
Mientras, el mundo afuera se retrasaba,
solo esperaban algunos su llegada, su presencia,
la señal de vida del perdido en el mar;
los perdidos, para acomodar al caso.
Un elemento, este mar, un mar lejos de ser de sentimientos,
un mar de excusas y momentos.
No querían verse arropados por el.
 
Cuán difícil es para el hombre soltar los viejos harapos? ,
a veces es mejor ignorarlos,
siempre van a estar allí esperando sus segundos.
 
Dos, otro elemento: la inercia, cual habilidosa tentadora
ley física de la vida, no perdería su MOMENTO.
Los sedujo a conservar el movimiento;
los movimientos, tal vez más, los pensamientos,
tal vez más... su entorno. ¡Ahh! y la batalla.
una mañana ideal para concebir el ideal de un VERBO.
 
Cuál fácil es beber la droga del ocio pa' retrasar la razón?
La batalla, el final se había anticipado
desde el momento mismo del inicio. Aún así, ¡hay que dar la lucha!.
Dos cuerpos enlazados y forcejeando, 
no a las sombras, a la luz,
(a la luz de un mar que no despabiló momento para hacerse sentir),
fortalecidos por la inercia de seguir ignorándole.
 
Y mientras, el mundo afuera se retrasaba,
aquel verbo se gesta en su mente, crece y va tomando forma.
 
Al final exhaustos, dos cuerpos acalorados y sonrientes,
compartían el deseo sediento del refrescante premio
que limpiara las sales de aquellos momentos de desconcierto. 
 
 Él fue el primero en pedir el consuelo de aquella lluvia
que esperaba, en esa habitación de al lado, su llegada.
Más a pesar de la situación, de lo que veía venir,
no quería borrar tan rápido aquel sentir de su piel.
 
Ella sin inconveniente alguno tomo su lugar.
Cuando se vieron, estaban ahí, bajo la lluvia renovadora,
sin armaduras ni protección.
 
Pasaba el 10, afuera el mundo ni cuenta se daba.
 
tres.... no, casi tres,
no se le quería dar visa para aquel mar,
la razón no tenía cabida en estos juegos,
no se le debía reconocer como elemento. 
 
La lividez en sus ojos, el gusto y el deseo morboso
entraron a jugar con sus mentes y ellos con sus sensaciones.
 El verbo que se engendraba en una mañana desganada y sonriente de viernes
empezó a enfermar, su pulso se desvanecía de sus pensamientos.
Otra palabra tomaba su lugar, una fuerte ansia de algo más
se bebía su vida sin necesidad.
 
Y mientras afuera el mundo esperaba,
adentro se rompían compromisos,
¡Siempre hay algún imprevisto!.
 
Que válido sería si todo terminara igual,
con la sonrisa apremiante de una lucha
en un mar distractor,
con el deseo continuo de probar
alguna tentación, algo distinto, no?.
Pero más que todo,
con la placida alegría que daría
aquel VERBO no nato, respirando entre ellos,
con ellos.
 
Pero, tres, SI TRES, otro elemento, la razón,
cuya edición no oficial se presento por momentos
para dar sombra a la sonrisa y opacar su esplendor,
¡no vino sola!, eso es seguro,
solo así lograría terminar lo de antes de forma tan cruel.
al final un secuaz cayó culpable del crimen,
UN VERBO NO PUDO SER y el silencio rodea la DECEPCIÓN. 
 
El mundo afuera retrasado se cansaba de esperar.
Pero, qué esperaba? 
Tal vez, su presencia y tal vez
se esperaba un marco de sonrisa alegre y tonada tranquila. 
Un final adecuado y satisfactorio, de algo que realmente era obvio en noche y día.
 
Con las ganas de un marcador a favor de ambos,
con la secuaz sensación culpable del verbo no nato,
cerró la mañana sus ojos.
 
 StVn.............. 
* Esta frase es de la nota de Fabian Andres Fuentes S. 7,8,9 y casi 10.