Historia personal y memoria humana (Reflexiones)
Publicado en Apr 07, 2011
El mundo mágico que se esconde en el infinito repertorio de los micromundos de las realidades cotidianas de cada uno de nosotros y nosotras (seres que se pueden visitar en la abierta programación de las comunicaciones día a día) registra fascinantes subconscientes plenos de idílicos recreos: los ejercicios de hacer filtrar, por la lente hechicera de nuestros propios ojos, la cámara caleidoscópica de la vida. Esa especie de Nada en la que Todo se engancha para registrar el hoy inadvertido que alimenta todas nuestras necesidades.
Descubrimos, cada segundo de vida, una visión cambiante que transforma las horas en épocas de sentimiento. Es el sentimiento el que nos hace explicar todo lo que básicamente generan nuestros encuentros con lo único inmutable de nuestro ser: la sorpresa de presentarnos distintos al ayer pero siempre peculiares, sugerentes, singulares e incluso hasta abstractos dentro de lo concreto de cada persona. Es impresionante lo que se descubre al mirar así a las personas y definirlas como fantasías de la realidad, jugando continuamente con las perspectivas formales e informales. Todo cabe dentro de la Nada. El mensaje de fondo para cada espectador de la vida es que siempre miramos dos veces. Una para indagar a través de las dudas trascendentales. Otra para interesarnos por descubrir la verdad que hay en todo lo que disfrutamos y en todo lo que nos inquieta. Más interesante que entender o no entender las realidades de los hechos que experimentamos es experimentarlos como una manera de seguir adelante. Y en ese seguir... ¿qué es el camino?. El camino es recorrer el bullicioso centro de cada persona asomada a la ventana de sus fantasías. Somos, por lo tanto, surfistas montando olas de sueños, hidrovoladores despegando continuamente desde las autopistas de cada uno de nuestros intereses anímicos, ninfas voladoras... En todo ello ¿qué somos nosotros además de eso?. Para contestar a esta última pregunta debemos abrir nuestras claras citas con la vida para convertirnos en continuos aspirantes de su proyección. Sólo la misteriosa concepción de lo inexplicable puede explicar el caudal de secuelas que la vida aloja en cada uno de nosotros y nosotras. Cada persona que camina por la calle es una historia personal y una memoria humana.
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