Veintiuno (Veinte años y un día / Jorge Semprún). Crítica de libros.
Publicado en Apr 09, 2011
En el ambiente andaluz del buen café antes de las horas de la siesta y las damas tomando refrescos en el escenario sensual y sensitivo de La Maestranza de Sevilla, nombrar a Orwell, Hemingway y Dominguín es una manera de transmitir sensaciones de espiritualidad vista desde tres ángulos diversos: el mundo fatalista orweliano, la guerra ajena hecha como propia el el ejercicio de Ernest y la fiesta taurina que nunca falta en una buena novela de ambiente andaluz ¡y cuánto me recuerda esta obra de Semprún a la mía titulada "Doña Inés y La Paca"!.
Con detalles de narrador espléndido (el lector se puede imaginar a Jorge tomando una copa de coñac mientras escribe) y explícito, impregna a la trama el ritmo tremendista donde aprece el terrateniente de siempre, el campesino, el jesuita que afirma y niega a la vez porque es propio de la Iglesia de la ambigüedad, y estamos hablando de 1956, aparentar que se está con los débiles cuando en realidad se está con los poderosos, y la viuda consecuente, el muerto dentro del hoyo que sigue desatando recuerdos y hasta los hijos desprotegidos. Buena la trama de la novela y muy bien narrada. Para mi gusto, sin embargo, queda lejos de "El largo viaje" y no por deméritos de esta novela sino porque la considero una más de las muchas que han usado los viejos tópicos y lugares comunes para hablar de Andalucía. Yo creo, y así intenté hacerlo en "Doña Inés y La Paca" que el alma humana de los andaluces y las andaluzas es mucho más profunda que lo que se piensa sobre ellos y ellas a manera de tópico universal. Esta novela peca un poco de excesividad de tópico que distorsiona bastante la verdadera alma de lo andaluz. A mí no me parece que Andalucía sea simplemente fiesta taurina y bailaoras de cante flamenco y nada más. Cierto es que Semprún piensa lo mismo y hay insignes momentos en la novela en que huye de los tópicos facilistas y filosofa sobre la existencia andaluza. Eso sí es verdadermanete meritorio en "Veinte años y un dia". Las referencias culturales son válidas, valiosas y bien ordenadas. No entra el autor en contradicciones al menos a primera vista; porque tiene ganas de demostrar la gracia andaluza, pero la pone siempre en un pasado histórico y no es suficiente capaz de hacerla present y futuro al mismo tiempo o quizás es que no fue esa su intención al escribirla. Yo soy partidario de que hay que jugar con los tres tiempos en una novela de ambiente andaluz. Casi nadie lo ha hecho pero por eso yo me inclino a escribir de lo andaluz con esos tres tiempos a la vez. No veo esa triple dimensión en esta novela de Semprún. Pero por supuesto que es un punto de vista muy parcial y subjetivo. Sigamos. Para regular los recuerdos yo no acudiría a una botella de champán si estoy trazando una novela de ambiente andaluz sino a un buen vino de moriles o un buen vino de montilla por ejemplo. A mí, la verdad, me ha interesado más el tema de "El largo viaje" aunque reconozco los grandes méritos que tiene también esta novela titulada "Veinte años y un día" porque quizás sea esa la sanción al criminal que mata la historia. La verdad de Andalucía está bien reflejada pero, sin embargo, no pasa de tener más méritos que otras muchas escritas también en el ambiente andaluz. Yo diría que es una gran novela, buena de verdad, pero no genial. Recomiendo su lectura porque veo mucha cultura dentro del argumento; sobre todo a quienes han cumplido ya lo veintiún años y en adelante.
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