Habitacion sin luz
Publicado en Apr 10, 2011
En una oscura habitación en medio de la noche sueño con rostros cariñosos a mi alrrededor, escucho palabras y cuentos dirigidos a mi buen dormir. En medio de una soledad somnolienta mis ojos divisan la palida luz por entre la puerta, las voces de los padres y la carente emoción de mi corazón por ser yo a quien den su atención.
Un sonido dentro de mi cabeza rompe con la soledad y ahora me encuentro en un lugar donde no hay pared, donde solo existe el sol y el azul del cielo uniendose con el del mar. Puedo correr y conocer mas de lo que vi jamas en el aparato de televisión, los olores que descubro son la magia para sentir sin tocar mientras nuevas formas ante mis ojos se comienzan a revelar. Pasos hacia mi habitación se escuchan llegar, la oscuridad vuelve a reinar, pero la puerta jamas es abierta y los leves rayos de luz que se colaban por la puerta desaparecen junto con las voces que imperaban y ahora la oscuridad se une al silencio mortal. Y quiero volver a soñar y quiero volver a dormitar en medio de colores sin uniformidad, pero... es que nada de eso por ahora va a llegar. A mi llega la voz de quien me dio un pedazo de mi ser, a mi llega el sonido que nunca quiero dejar llegar, llega una y otra vez tratando se sonar casual, se cola entre las delgadas paredes, entre las puertas y ventanas como un murmullo que no quiere darse a conocer, más sin embargo, muere de ganas por dejarse escuchar. Y mi corazón no para de llorar. Sin amor Cierro mis ojos con fuerza, tratando de olvidar mientras sonrio con fuerza limpiando lagrimas que escapan con sumisa autoridad. Es un murmullo y es silencio; es soledad y verdad; es simplemente el dolor de vivir y de querer morir; es él saber y querer olvidar sin lograrlo en su totalidad. Es el resultado de un recuerdo en medio de la nueva soledad, es lo que soy y lo que no seré jamas, la decición y la oportunidad que abandone cuando aquello sucedio. Los años pasan sobre mí, la vida me come y quiero escapar mientras me aferro con mis manos a un trozo de ella sin querer perder una sola cosa que nadie me pudo arrebatar. Ahora la oscuridad no es total, esta pantalla donde escribo me da la luz suficiente para poder soportar en medio de un murmullo que nunca se ha logrado acallar. Al final Cierro mis manos abrazando la nada, cierro mis ojos que ya no dejan escapar lagrimas mientras la sonrisa instaurada en mi cara se asemeja a un cuadro en desconpocición que clama por perderse en los brazos de la sin razón.
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