El gran especialista de los ensayos, Julián Marías, acomete la tarea del análisis metalingüístico de la ilusión, la imaginación, el deseo, la presencia y la ausencia del ser humano.

Ilusión considerada como arma secreta de la naturaleza y una prolongación del sueño lingüístico de carácter humano. Los engaños salen a la vista porque los trata como falsas apariciones. Un sentido nominativo puede ser una incursión, a través de todo ello, en la realización del individuo que alcanza la felicidad. La palabra ilusión toma un sentido nuevo. No es engaño, sino interioridad literaria ("un soñar despierto del corazón de hombre").

La imaginación es un reto antropológico según Julián Marías. Un elemento constitutivo de la conciencia y no un sustitutivo de ella. ¿Es la imaginación un reto de lo sociológico que hay en el ser humano?. Si tenemos en cuenta que es de carácter futurista este autor la aprueba como víspera del gozo.

Dentro de la proyección de lo ilusionado, el deseo viene a ser una realización proyectiva. Psíquica vivencia que recoge cosechas desde Brentano o desde Husserl articulándose en un ámbito de interpretaciones de la vida humana. ¿Cómo dar una respuesta a esta pregunta con palabras?. Enfrentándose a ella con lo significativo que existe en toda categoría literaria y su desenlace.

La presencia y la acción directa del hombre es un conocimiento que, en medio de la metalingüística del lenguaje, viene a ser descubrimientos que ponen de manifiesto la diferencia etre quienes "están" y quienes "no están". La ilusión es la presencia que ya decía San Juan de la Cruz: "Deseaba tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de morir, no se cura sino en la presencia y la figura".

En este mismo "estar", Julián Marías sitúa la ausencia apoyándose en "La voz a ti debida" de Pedro Salinas: "¡Si me llamaras, sí, si me llamaras!. Tú, que no eres mi amor, ¡si me llamaras!". Una ausencia que él hace irrevocable en la distancia que existe entre el futuro y el pasado al mismo tiempo. Entre futuro y pasado va elaborándose la ausencia de la que habla Julián Marías. Y el Gran Ausente es ese horrorizado e inaccesible intento dem penetrar en la desilusión; en la falta de ilusión que pulula desconocida por la conciencia y que es un concebir a Dios como la Nada cuando es exactamente el Verbo del vivir.

Buen libro. Buen trabajo ensayístico de Julián Marías sobre estos aspectos. De los mejores que existen en Europa y, también, en América Latina e incluso los Estados UNidos. Y así se le reconcoe como tal. Además siendo fácil de comprender y no como otros ensayistas que confunden la profundidad con lo ilegible. En la metalingüística de las palabras a veces nos hacemos ensayistas de la ilusión; sobre todo cuando experesamos las palabras libres y no sujetas a los parónimos y otras barreras impuestas por el autoritarismo literario de las Academias.