Ms all de los espejos (Invitacin a la Literatura).
Publicado en Apr 19, 2011
Eterna juventud; elixir de luces y sombras en los principios de cada espejo. Nos vemos en el umbral de nuestras voces como una escena que invita/incita a través de lo accesible y, como seres presentes en el repertorio de la existencia, somos una invitación a la mañana de la mágica corporeidad; una especie de cuentos revelados más allá de las circunstancias. Somos como un pasodoble compuesto de vida conmovida y como antesala del verdadero amor.
Protagonistas de nuestra propia representación nos contemplamos, con asombro, en este ser del revivir de nuestras memorias por donde desfilan, en el escenario de nuestras identidades, lo que vemos en los grandes sueños; nuestra representatividad del máximo deseo... una glorificación de la simpatía en este concursar de desconocidos finales que han de despertar nuestras partituras propias; nuestro querer ser ritmo de poesía, amantes con alma y danza de liberación: una original manera de vivir. Al destacar nuestras improntas de amaneceres en el espacio, nos unimos a nuestras raíces y a la amalgama de cantos y estilos participativos; y es que somos partícipes de nuestros grandes sueños. Fábulas teatrales de nuestro propio afán. Trasfondo real de historias diseñadas para ponderarnos entre el heroismo del amor y la fuerza de la verdad convertida en honestidad, amistad y compañía familiar. Nuestro especial cariño hacia los recuerdos vivos es tan importante como el presente cultural en el que lo más destacable es la inspiración que nos recuerda como aquellos niños y niñas que querían vivir la armonía de ser compositores del tiempo: algo así como inspiraciones de ese Dios omnipresente que nos armoniza la existencia con el deseo de ser de una manera tan especial que, en los espejos de nuestra pervivencia, volvemos a representar nuestras memorias como algo real y verdadero que nos cubre ese proyecto mágico en que Él abre sus puertas para brindarnos este joven pervivir/percibir lo que somos en realidad: la sinfonía de las edades como partícipes de una escuela músico corporal con invitación a la magia de la velocidad de nuestras luces y ese detenerse en el momento más exacto. Una especie de baño en las aguas de la filosofía de Dios en ese espacio donde jugamos con el tiempo real, el tiempo de las memorias y el tiempo soñado de nuestro propio ser. Tres actos particulares en el álbum de nuestra conciencia/consciencia con el objetivo de reconstruírnos como personajes de nosotros mismos realizados en ese tiempo en el que rotan nuestros grandes sueños con la velocidad de los principios convertidos en eternidad atemporal. Todo comienza con un desfile de mágicos mensajes que nos integran en las lecturas corporales y en ese espíritu capaz de volver a nombrarnos tal como éramos en el principio de nuestras consciencias. Somos animadores de este modo de aceptación que nos organizamos, en nuestro interior, para expandirnos por la acústica del tiempo. Y en ese hábitat de prevalencias reconocibles nos asumimos como adelantados de una nueva época/épica donde la oportunidad de ser profesionales de nuestra propia comunicación verbal nos hace entrar en el mundo de las creatividades en donde los pequeños fragmentos son las piezas que se unen más allá de los espejos y, más allá de los espejos, nos acercamos al nuevo mundo del pequeño acompañamiento escénico. Nos preparamos para ver lo nunca visto: la música eterna que contiene todas nuestras vidas para relatarnos/deleitarnos en la blanca luz y bajo el amparo de la sabiduría y las mercedes que nos ofrecen la verdad de esos secretos donde podemos reír, llorar o solamente sentir. Hablamos, entonces, de nuestro patio interior; ese compartimento donde la verdad sale a la superficie y nos alimenta de vida desenterrada, de texto nuevo, de misterio lúcido... en donde nadie deja de contar quizás que algún dia creció más allá del límite de los espejos. ¿Acaso en nuestro patio interior, donde anida el alma, tenemos algún límite concreto?. No. No somos abstracciones sino unos reales concretos y exactos de una nueva forma de vivir y de interpretar nuestro patio interior más allá de los espejos. Quizás nunca seamos más veces fracaso histórico. Quizás el éxito final de lo humano pase por la unción divina de nuestro espíritu que nos dicta la bitácora de nuestras existencias. Sólo debemos seguir el camino que se nos abre en medio de tanta bruma, en medio de tanta niebla, en medio de tanta oscuridad... para convertirnos en una innovación a través de las transformaciones en la edad de nuestros grandes sueños. Somos un presente proyectado hacia el futuro que nos vuelve a convertir en lo que éramos: un proyecto de autogestión vitalista; un proyecto de autointerpretación vitalista; un proyecto de necesidad expresiva vitalista y un proyecto de receptividad vitalista en medio de un mensaje claro que no es jamás violencia. Lo gratuito de nuestros espejos es ese cóctel de ritmos vitales, de música sin complejos que nos hagan dudar, de un beber en las fuentes del nuevo mundo para hacernos fluír como corriente de panorama universal y, de esta manera, ser como habitantes de una galaxia donde podemos ser el principio inspirado por Dios. Dicen que es este nuestro viaje un imposible y, sin embargo, se equivocan pues nosotros somos tanta verdad como nos dicta el sentimiento cristiano que va más allá de los espejos. Ojalá el mundo que no nos cree despierte a tiempo. Nosotros, mientras tanto, somos emociones prácticas, dibujos proyectados en medio de nuestras ilusiones que toman vida y nos convierten en seres humanos de un viaje fantástico hacia la amistad, la solidaridad y la búsqueda de la felicidad en el ámbito donde permanecemos y volvemos a aprender/aprehender las emociones. Y nos divierte esta sorprendente aventura que es algo así como miles y miles de sentimientos en un solo día. Si construimos los cimientos de la mente, se derrumban las barrreras de la incomunicacíón y se superan los fantasmas de los conflictos bélicos o simplemente beligerantes. Ha llegado la hora de comunicar una vedadera forma de vivir sin autoengaño y sin la locura del miedo a la muerte porque es absurdo vivir en esas guerras que superan lo racional y muestran la incapacidad que muchos poderosos poseen para superar dichas absurdas maneras de entender a los seres humanos. Nosotros y nosotras traemos una nueva esperanza que va más allá de los espejos. Traemos un nueva composición vital. Seremos la actualidad convertida en futuro y el éxito de nuestra juventud nueva, orgánica, incorruptible... para mostrar un nuevo camino a los desamparados/decepcionados. Somos la paz convertida en gran sueño verdadero y basado en el Verbo de Dios como equilibrio necesario para alcanzar nuestra victoria. Más allá de los espejos construímos un presente convertido en sinónimo de persona, en sinónimo de vida, en sinónimo de idea, en sinónimo de emoción y en sinónimo de sentimiento; porque tenemos el alma de los poetas y las poetisas y somos más consistentes/coherentes pues tenemos nuestras raíces en el nuevo pensamiento humano. Descifrar nuestro código es el esfuerzo que debemos interpretar en base a nuestra propia naturaleza. Abandonamos lo horrible y los barrancos de este trágico mapa mundi en el que tantos son incapaces de vencer a su mortal envidia y esa mortal forma de ser que es la iracundia de los perdedores. En este ámbito universal somos la responsabilidad que va más allá de los espejos y crecemos en nuestro caminar intinerante de forma gratuita, de invitar a los humanos a ser algo más que simple materia en continuo conflicto y en manos de los inmovilistas. No. Más allá de los espejos están nuestros grandes sueños convertidos en realidad.
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