Soy totalmente imparcial en este tema. Un gol más o un gol menos no me hace ni más goleador ni menos goleador pero llegó la hora de la verdad y, en base a la verdad imparcial, recuerdo lo siguiente: el balón estaba "muerto" en el área pequeña del equipo rival (me parece que era el Numancia de Vallecas). El caso es que, Numancia o no Numancia, tanto Lorenzo Aranzana (pésimo compañero por cierto) y yo metimos la pierna (él su derecha y yo mi izquierda). No sé si él llegó a contactar con el esférico pero lo que recuerdo con total claridad y nitidez es que yo sí contacté con el balón. El balón, impulsado por mi pie izquierdo (y desconozco si él llegó a darle también al balón que me parece que era casi imposible que lo hiciese) entró directo, en línea recta y a ras de suelo (lo que hizo imposible que lo detuviese el portero rival pillado a contrapié) en la portería de los contrrarios.
Desconozco, vuelvo a insistir, y lo digo con total sinceridad, si el pie derecho de Lorenzo Aranzana (pésimo compañero y flojo futbolista pues le faltaba potencia física de lo flacuchento que estaba) llegó a darle al balón; pero afirmo rotunda y categóricamente, sin ninguna clase de duda al respecto, que yo sí le dí al balón con mi pie izquierdo.
Era necesario aclarar esta duda pues no me duelen prendas al decir la verdad de lo que sucedió. En mi a veces proverbial memoria todavía está grabada aquella jugada. Recuerdo perfectamente que contacté con el balón y lo empujé directo hacia las redes de la portería rival. Luego fue gol mío. Repito que un gol más o un gol menos no me preocupa pero la verdad es que yo contacté con el balón y el balón salió de mi bota izquierda. Si él participó del gol no lo sé pero lo dudo y, aunque no me preocupa en absoluto, en base a la verdad quizás llegó una décima de segundo más tarde que yo o pudo ser que él lo tocase antes y una décima de segundo después contacté yo con el balón. De las dos maneras el gol fue mío. Insisto en que desconozco si él llegó a tocar el esférico pero yo sí lo hice. Así que luz y taquígrafos, que es una frase de la cual el sociólogo Amando De Miguel explicó, el día 16 de febrero de 2007, lo siguiente: "Elena me pregunta por el origen de la expresión "luz y taquígrafos". La popularizó Antonio Maura con la frase: "Yo, para gobernar, no necesito más que luz y taquígrafos". Se refería a que las decisiones de gobierno habían de salir de las sesiones parlamentarias, por tanto, públicas y registradas taquigráficamente. Se enfrentaba así el gran estadista a una forma de hacer política a través de cabildeos y señores de presión, que acabó con él. Tengo para mí que Maura recoge una expresión acuñada, la de "luz y taquígrafos". Supongo que es tan antigua como el régimen parlamentario". Yo la traigo aquí a colación para clarificar (luz y taquígrafos amigos y amigas lectores y lectoras) lo que sucedió con aquel gol.
Es casi imposible que los dos golpeáramos al mismo tiempo el balón pues, lo normal en esos casos, es que no salga bien dirigido y el balón entró limpiamente en la portería del rival. Lo único que sé como verdad comprobada es que yo toqué el balón luego dudo mucho de que él lo hiciera o si lo hizo fue antes que yo, por lo que el gol tiene que ser contado como mío. Por cierto aquel tal Lorenzo Aranzana era pésimo como goleador porque no tenía fuerzas suficientes para disparar fuerte y mucho menos colocado. Con esto queda zanjada la cuestión. O él no tocó el balón o yo lo toqué después que él pero ese gol es mío aunque me importa menos que un pimiento un gol más o un gol menos, porque eso no ma hace ni más goleador ni menos goleador... pero la verdad es la verdad y es necesario conocer la verdad. La única verdad que sé de aquella extraña jugada es que yo contacté con el esférico y lo colé dentro de la portería rival. Y esa es toda la verdad que digo en honor de mis hermanos que tuvieron que sufrir que el dichoso y pésimo Lorenzo Aranzana, al que tuvimos que despedir del equipo junto a sus amiguitos (no digo lo de amiguitos con doble intención por si acaso hay algún mal pensado por ahí) Jimy e Iglesias, les dejase sin jugar un partido completo. Ahora la verdad es la verdad y la verdad es que el gol fue mío y Aranzana jugaba peor que cualquier aficionadillo de las Islas Sandwich. Y es que, viendo su figura de futbolista, de verdad que parecía un sandwich de mortadela; que, la verdad sea dicha, se parecía al Pájaro Loco pues hasta el copete del Pájaro Loco tenía el menda en su cabeza siempre mal peinada y peor amueblada. Así hago justicia en base a la verdad del gol y de paso dejo constancia de que mis dos hermnaos pequeños eran infinitamente mejores futbolistas que Aranzana, Jimy e Iglesias juntos.