En estos momentos, y ante la duda racional, si yo fuese William Shakespeare no me plantearía el problema de "ser o no ser" sino "tener problemas o no tener problemas". La respuesta es breve, clara, concisa y contundente. Sólo puedes tener problemas con personas que te importan y no responden a tus espectativas pero con aquellas personas que no te importan no existe ninguna clase de problemas que te aprecien o no te aprecien, que te hablen o no te hablen o que te llamen para tener una cita o no te llamen para tener una cita... ni tan siquiera tienes problema alguno, con las personas que no te importan en absoluto, qué sea de sus vidas o lo que no sea. En resumen: que los problemas sólo se tienen cuando una persona o un grupo de personas te importan lo suficiente como para sentirte mal porque no te hablan. Esto quiere decir, para dejarlo totalmente claro, que no tienes ninguna clase de problema con personas que no te dirigen la palabra pero que no te importa en absoluto que te dirijan la palabra o no te dirijan la palabra y sean quienes sean esas personas de las que no sólo pasas en estos momentos sino de las que has pasado desde hace muchos años y por eso no has compartido con dichas personas el ocio que has vivido o que estás viviendo con personas que sí te importan. Termino yendo más lejos todavía. Si una persona que te importa no te hace caso la verdad es que tienes un problema momentáneo pero, una vez superado y se supera fácilmente no haciendo más veces caso a esa persona, ya has dejado de tener el problema. Breve, claro, conciso y contundente para quien lo quiera entender y si alguien no lo quiere entender tampoco tienes ningún problema si tampoco te importa que dicha persona lo quiera o no lo quiera entender. El asunto es, por lo tanto, que sólo existe el problema cuando la persona o grupo de personas que te importan de verdad te plantean el problema. Es mi verdad y verdad de mi propia existencia. Recordad siempre, y no me canso de decirlo, que "el compañerismo se busca, la amistad se encuentra y el amor nos sorprende... pero ninguna de estas tres cosas se debe mendigar". Frase que dije hace ya los suficientes años como para seguir diciendo que la mantengo. Y a eso lo llamo libertad humana. Si eres libre no tienes problema alguno con nadie que no te quiera hacer caso. Sigue tu camino en libertad y no tendrás ningún problema con nadie que no aprecie tu camino en libertad.