Empiezo por decir que hago la presente crítica de este libro dando por afirmado que Faemino y Cansado (Carlos Faemino y javier Cansado) son, para mí, dos de los más grandes cómicos del panorama huimrorístico español. A la altura de los también inolvidables Gila o José Mota.
El libro "Siempre perdiendo" es una colección de textos de las actuaciones en directo que llevaban a cabo en bares, café-teatros, anfitetros, solares... o en el Retiro de Madrid. Ellos, por cierto, son los dos nacidos en Madrid. Hay algo que diferencio entre este libro y lo que yo he visto que han hecho ante las cámaras de televisión. Se llama improvisación. Una pequeña decepción me he llevado al leer el presente libro es que, según confiesan en la introducción, cuando actuaban en el Retiro (los textos que vienen en el libro son de esa época) no improvisaban apenas nada porque se pasaban días enteros ensayando. Eso se nota bastante si queremos comparar los textos recogidos en "Siempre perdiendo" y la chistografía espontánea que sacan a relucir cuando están ante las cámaras. Una vez sobrepasada esta pequeña decepción leo el libro con más detalle.
Se ve en él momentos que muestran ciertos altibajos con respecto a todo lo comentado. Lees el libro y te quedas un poco desengañado pues esperas una colección de textos con más gags de espontaneidad. Siguen siendo grandes ejemplos de humor pero mucho más fríos que sus apariciones en vivo y en directo. Hay momentos muy buenos como en "El hombre que timó a Liberty Valance" excepto la aparición de algunas palabrotas o tacos que desfiguran un poco la efectividad de su humor. No es que tenga nada en ocntra de ello sino que yo imaginaba que no los usaban con tanta frecuencia. Soy de los que piensan que un buen humorista no usa tacos y palabrotas (a mí eso en abundancia no me hace reír) sino que tiene el suficiente equipaje lingüistico para alejarse de esa clase de palabras que son, si se emplean a menudo, graves deficiencias para un humorista si quiere pasar de ser excelente a ser genial.
Muy bueno el texto titulado "Si Sibelius levantara la cabeza" que es uno de los mejores del libro porque, precisamente, en ningún momento recurren a la palabrota altisnonate y fuera de lugar. Eso es lo que les hizo extraoridnarios a mi manera de ver y entende el humor. En "Paranoico a la vista" pierden muchos puntos bajo mi manera de entender el humor genial.
Aunque a veces usan recursos muy fáciles, los combinan con salidas inesperadas, toques de humor absurdo que a veces, como les he visto hacer en televisión, llegan a ser delirantes por lo disparatado que resultan. En ese aspecto es donde mejor veo yo los momentos más logrados de "Siemrpe perdiendo".
Quien se ha criado haciendo humor en las calles tiene una manera muy "sui géneris" de crear el ritmo improvisador que es necesario para ser genial. En resumen, recomiendo el libro para poder detectar esos altibajos que tienen en cuanto a cómo realizan sus trabajos improvisando (donde rozan la genialidad) o después de haberlo ensayado durante días enteros (donde pasan como unos humoristas excelentes nada más y como muchos otros que existen).
No sigo leyendo. Me gustan más en vivo y en directo, cuando la memoria falla y tienes que echar mano de improvisaciones que te convierten en un humorista genial. De todas forma para mí este libro, sin llegar a la genialidad que otras veces muestran, lo califico con un notable. Si estuviésemos ante un examen de conciencia ló clasificaría con un 7 dejando la conciencia a fuera. Ahora bien, Faemino y Cansado son mucho más que este libro. En sus momentos geniales son mucho más que lo que he leído de ellos.