Ella y el lapicero
Publicado en May 04, 2011
Prev
Next
Llamo un sábado en la tarde, me pregunto con su voz melosa, empalagante, casi adormecedora: -¿Que vas a hacer hoy Manuelito?- Manuelito (Ósea yo) ya estaba harto de tener que aguantar sermones acerca de mi inconversión, de mi falta de fe; no solo de ella, sino de sus amigos y familiares. Harto de aguantar las malas miradas de la madre preocupada por no ser lo suficientemente bueno para su hijita, un comunista de la "U" estatal, un imbécil que no tenía donde caerse muerto, un pecador. Mal visto Por ser un agnóstico, por odiar la religión. Y reconozco que el asco de la señora me lo gane, la doñita bien remilgada según ella "Highclass" Con conectes en lo más alto de la sociedad guatemalteca, ex reina de belleza, y Dios le había concedido el don de lenguas, la señora se sentía poco menos que la reina Isabel. Eso si cuando acompañe un día domingo a madre e hija a la iglesia en pleno "Culto" la doña temblaba, convulsionaba, cuando un pastor le imponía las manos, La seño perdía los cabales, las formas, y parecía una artista porno "Mature" acabando en el pene de un negro, yo me mordía la lengua para no cagarme de la risa, mientras mi noviecita que percibía que entre mis dientes tenía el órgano de la comunicación, y que tenía un gesto suspicaz en la cara, me veía con cara de reproche. En resumen Nadie en su entorno me quería, ni hablaba bien de mi, todos los que la rodeaban me deseaban lejos de ella.

-¿Cuál es el plan?- pregunte, acomodándome el teléfono en la oreja, mientras me sentaba en el suelo, y contaba mentalmente si tendría condones suficientes para ir a la batalla, 26 años, y aún tan inexperto, tan lento, tan despistado, en tantas cosas. Tardé como dos meses en darme cuenta de que ella no era tan nívea como me imaginaba, (Siempre pensé que los "Cristianos" eran personas ejemplares) hasta que ella prácticamente puso mi sexo latente en sus manos, ahí me di cuenta que los cristianos son tan humanos como el resto del mundo. Esa tarde noche hicimos el amor de una forma más torpe, que técnica, es decir, a veces la química corporal no va a la misma velocidad que el pensamiento (O el deseo) yo estaba un poco sorprendido, pero si recuerdo la crudeza de sus gemidos, y su humedad en mi boca. -Ojo- Yo la amaba habían cosas en sus ojos, en su ser. Ella al final era buena persona, era quijotesco ir a predicar a Cuba, o a alguna aldea perdida en el inhóspito interior de la república. Los hoyuelos que se le hacían en las mejillas cuando sonreía, su casi uno ochenta de estatura, su belleza, y ese aire de ingenuidad (Que ahora me parece más hipocresía) que le daba un toque de sensualidad, todo eso era lo que me gustaba de ella. Era una amante mediocre conocía pocos trucos que además usaba casi nunca. No sé si al final ella, entendió o no mi naturaleza, creo que nunca leyó los libros que le di; así como Beatriz Viterbo nunca leyó los libros de páginas cortadas que Borges le dio. Alguna vez con los ojos llorosos me dijo:

-Yo sé que sos demasiado inteligente para que te conviertas, quisiera que fueras un poco más bruto.- Quizá yo internamente hubiese querido ser más bruto para conformarme con encajar, con asistir a la iglesia donde un megalómano hablaría de cielo, infierno, diezmo, y salvación con exageración energética y renunciar a mis sueños por ella.

-Mamá y papá salieron de viaje a Nicaragua, me gustaría que vinieras.-

Después de decir eso sentí como algo se calentaba y crecía en medio de mis piernas. ¡Si tenía una caja de condones nueva, en una gaveta del armario¡ Me metí a bañar, me afeite, y me vestí, en tiempo record. Pedí un taxi en frente de mi casa, que me llevara, quince minutos tardó el taxi; me baje y para mi sorpresa, afuera estaban los carros de todas sus amigas y algunos de los amigos. Esto me hizo pensar algunas cosas que enunciare a continuación:

1. Que la cabrona había preparado una fiesta de esas protestantes con limonada y Coca Cola, y de sexo nada.

2. Tendría que aguantar a las amigas calentonas, y a los amigos comemierda (Enamorados secretamente de ella.) hablar estupideces que yo no estaba interesado en oír.

3. Me aburriría como en velorio.

4. mejor tomaba otro taxi y me regresaba a jugar Play Station 2 a la casa.

5. Llamaba por celular a mis amigos para saber en qué cantina estaban y ahogar el deseo en alcohol.

6. Que podría ser que en lugar de fiesta, fuera un grupo de oración, a las que 4 y 5 serían imperiosamente necesarias. Solo tendría que decidirme por una de las dos.

7. Que quizá había invitado a todos esos hijos/hijas de puta a ver como se la metía (Eso me pareció un poco improbable)
Esta batalla interna, por no llamarla indecisión, duro pocos segundos mientras me aproximé a la puerta de su casa, y casi por un acto reflejo toque el timbre, mientras el nervio bajaba. Si era una fiesta, y Jehová sea loado había ¡Licor! La música de Daddy Yankee sonaba, y ella con una faldita mona, un top pegado, unas sandalias altas, (...Que la hacían más alta que yo que mido 1.87...) y el pelo en una cola, apresuro el paso al verme y me planto tremendo beso en la boca, y me dijo al oído, -Esta noche te quedas conmigo.- Mientras se separo despacito de mi, leí el deseo en sus ojos. Pues bien, sus amigos y amigas bailaban reggueton (Perreabán) Con una alegría pasmosa, sobre todo para ser jóvenes "salvos." Ella me tomo de la mano y bailamos al ritmo candente de la música, toda ella pegada a mí, sus piernas desnudas yo comenzaba a imaginármelas en mis hombros. Nos besamos frente a todos ellos, yo me sentía tan feliz era una especie de declaración por parte de ella, de decir lo amo, me vale madre lo que ustedes piensen, de sentir que yo -Al fin - había triunfado. Me quede ayudándola a limpiar, y ella me tomo de la mano y me llevo a su cama, ahí sucedió lo inexplicable. Me tendió con fuerza sobre el colchón, me quitó el pantalón, y me comenzó a dar una muestra muy buena de lo que era capaz ella con tres tragos. Luego me beso y sentí su aliento a ron por mi paladar, se quito el calzón, y se subió en mí, yo estaba muy excitado, pensé hacerle el amor toda la noche la mañana siguiente, la vida entera. Ella se movía con buen ritmo, de pronto tomo un lapicero de el escritorio y lamiéndolo se lo comenzó a meter por la retaguardia, mientras yo miraba encantado como al fin se quitaba todas las ataduras en la cama. Ahí ocurrió, pasmado vi como después de tener el lapicero en el culo lo saco en una forma "sexy" y se lo chupo, si señoras y señores, en otras palabras; succionaba el lapicero luego de tenerlo en el culo. Yo suspicaz hasta el último momento pensé: -Esta sabe perfectamente lo que comió.- Entonces me dio asco, nausea y me comencé a encoger dentro de ella por efecto del lapicero que en sus manos había pasado de instrumento de placer a instrumento vomitivo. Fue una metáfora para nuestra relación forzada. Y si me repuse para hacerle el amor toda la noche, eso sí, me cerciore de que se lavara la boca como si fuese niña de siete años, cogimos como conejos, al final logro adaptarse a mi ritmo, no de forma natural, repito, de forma forzada. Como cuando yo la acompañe a la iglesia con su mamá, como cuando ella fue conmigo y mis amigos al bar del centro donde éramos clientes fieles, como cuando les sonreía a sus amigos que me deseaban mal, todo forzado. Y lo forzamos por unos meses más, hasta que ella no pudo más librar batallas contra su entorno, y yo no supe cómo ganar la batalla contra mis perjuicios y mis fantasías.

Termine pensando que nunca encontraría una mujer con quien comentar el Aleph, una que si leyera los libros que me gustan, una con quien compartir mis sueños. Tres años después, de que me mando a la mierda, porque como decia la biblia en: Vetuasaber 12:78 "No os mezclaras con bueyes de diferente arado" -Que bello.- Me lo dijo tan sencillo, tan fríamente. Yo sentí la bilis a pleno, y me la encontré tres semanas más tarde con un hijoéputa que medía como dos metros, un tipo conveniente, con plata, y sobretodo líder de la iglesia. Me quede destruido, engorde como quince libras, de las cuales ya perdí diez, La maldecí y me volví (Hipócritamente) otra vez cachureco como de pequeño asistía a misa regularmente donde conocí una gordita que me saco los demonios de una forma muy ardiente, -Las gordas son agradecidas.- Después de algún tiempo cuando ella se entero de que esa mujer La de mis sueños había aparecido, me escribió por Chat para decirme que me mandaba un pasaje para ir a Miami ciudad donde vive, yo conteste que no, que no me gustaba Miami, ella me dijo -Yo sé que aunque te encantara Miami no vendrías.- Tenía razón ya no había porque forzar las cosas
Página 1 / 1
Foto del autor Manuel Chocano
Textos Publicados: 8
Miembro desde: May 04, 2011
0 Comentarios 509 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Llamo un sbado en la tarde, me pregunto con su voz melosa, empalagante, casi adormecedora: -Que vas a hacer hoy Manuelito?- Manuelito (sea yo) ya estaba harto de tener que aguantar sermones acerca de mi inconversin, de mi falta de fe; no solo de ella, sino de sus amigos y familiares.

Palabras Clave: Ella lapicero

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy