APOCALIPSIS
Publicado en May 06, 2011
Este será mi nuevo relato... espero darle continuidad rápida y algunso lectores que incentiven....
I Tiempos diferentes. Llueve como antes, pero nada es igual. Ni el cielo, ni el suelo, ni el aire y menos el agua. Son tiempos diferentes. No se trata de una frase que se dice solo describir las tendencias juveniles, de la música, la religión o la política. Realmente, todo ha cambiado, el mundo es distinto. La muerte ya no es noticia, de hecho, no existen ya los periódicos, la internet o la televisión, tampoco la radio, al menos no formalmente. Nadie los lee, los ve o los escucha. La mayoría de las cosas que eran, ya no son, han desaparecido junto a casi toda la gente. La única noticia relevante en este mundo, es la vida. Rumores, mensajes fugaces encriptados en la radio, notas, pedidos de ayuda escritos en cualquier parte para anunciar que siguen con vida y que quieren mantenerse así aun cuando no ninguna razón para seguir viviendo en este mundo podrido. Pero siempre hay alguien vivo, siempre hay una razón por muy mínima que sea, y si no, entonces queda el instinto. La única certeza de la vida, es que su naturaleza es mantenerse en vigor, hacernos sobrevivir. Nadie sabe como llego todo a ser como es. Todo pasó muy rápido. En cuestión de meses, las principales ciudades del mundo fueron arrasadas y la mayoría de los pueblos se encontraban desiertos ¿La razón? Miedo y muerte. Esas son las palabras que rigen todo ahora. Nadie camina por las calles o las aceras, ni siquiera se atreven a salir de donde quiera que estén, si es que aún existe alguien, nadie se expone al exterior. Todos temen al aire. ¿Qué clase de hogar heredaremos a los jóvenes? Se preguntaban nuestros antepasados. Y ahora, he aquí la respuesta. El sol ya no brilla como antes, alguna vez alguien dijo que esto pasaría cuando comenzaron los ataques biológicos, lo maldigo porque tenía razón. El frío es un verdugo del que debes huir continuamente, de hecho, es el único que todo el tiempo te está persiguiendo, porque ahora, siempre hay alguien detrás de ti en este universo de donde parecen haber sido desterrados los colores. Si alguna enfermedad deberías desear padecer, esa es la paranoia, te ayudaría a sobrevivir ahora. ¿Qué sucedió? Las ciudades, como muchas veces anunciaban los apocalípticos excéntricos del mundo religioso, fueron devastadas por virus creados en laboratorios, virus y toxinas mortales que se encargaron de evaporar la carne de sus víctimas, hacerlas vomitar las entrañas o de tan solo dejarlas dormidas para ser usadas en experimentos. Fueron los peores días de la guerra y cuando todo estaba devastado por la muerte y la enfermedad, entonces comenzó a escasear el agua, los que quedaron vivos, asesinaban por el trofeo de los pozos aun no contaminados, o por las plantas de tratamiento que garantizarían saciar su sed en aquel mundo de discordia. El agua y el alimento eran puntos dependientes entre sí y eran la llave de la supervivencia; el petróleo, la tecnología y la información ya no eran nada. Los gobiernos estaban desvanecidos, los políticos habían huido a refugiarse hasta que todo pasara, pero cuando todo fue silencio, cuando no había gritos abundantes ni explosiones, ni nubes mortales cayendo del cielo, entonces era tarde. No había que gobernar. Todo comenzó con el nuevo orden que supuso la tecnología, un orden que se fue torciendo hasta alcanzar el suelo de nuevo y pocos saben dónde está exactamente ese punto de inflexión que resultó en este apocalipsis en el que solo Dios sabe por qué nadie se atrevió a lanzar la primera bomba nuclear. Al menos eso habría acabado con todos. Por alguna razón eso no sucedió, algunos seguimos vivos, al menos creo que no soy el único, he visto señales que me dicen que no estoy solo y quiero creer que es así. Pero, lo que sí es seguro, es que la guerra no ha terminado, la muerte aún camina por la tierra y tiene forma humana.
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Francisco Perez
carolis
saludos desde la luz...
Francisco Perez
Laura Alejandra Garca Tavera
Daniel Florentino Lpez
Muy buen relato
Felicitaciones
Un abrazo
Daniel