De todas las playas paradisiacas del mundo,
De todos los lugares románticos, fue este, el
Refugio perfecto en la primavera de un amor.
 
 
Conduciendo ansiosa, con poca movilidad en la vía, un calor sofocante y el corazón a mil, solo podía pensar en mis inseguridades, que como un látigo mis ojos aquella mañana solo enfocaban las imperfecciones de mi cuerpo, cuando nada en mi ropero parecía darme la apariencia que deseaba tener para ese encuentro.
El reloj marcaba el tiempo implacable mientras mi angustia aumentaba, parecía que mi cuerpo estaba a punto de entrar en shock, aun cuando intentaba pensar en otras cosas, me era imposible apartar de mi mente lo que estaba por vivir.
 
Un mensaje en mi móvil… “amor, estoy en Cartagena”, mis sentido alterados, no lograban ubicarlo; sentí morir un poco allí, justo de pie en medio de la gente, que recibía con abrazos a sus seres queridos.
Ante mí se cerraron las puertas, ya no quedaba ningún pasajero por salir, justo en ese momento cuando la confusión arremetía con todas sus fuerzas, gire mi cuerpo y lo vi…
Caminando hacia mí con su sonrisa de niño travieso.
Aturdida y nerviosa lo abrace con todas mis fuerzas, mientras le repetía una y otra vez que sentí morir al no verlo.
-         Nos dimos un gran abrazo allí, yo te dije o creo habértelo dicho después, dos almas que se abrazan del, pero, me besaste en la mejilla.
Mi estado emocional era más que evidente para él, me convertí ante sus ojos en una amenaza en medio del tráfico,
-         es verdad te pusiste muy nerviosa-
Mientras sus ojos me detallaban sin ningún disimulo, podía sentir su mirada intensa y esto aumentaba mis nervios, sin atreverme a mirarle.-
-          eras un peligro al volante, ciertamente decirte que yo tenía la ventaja de poder mirarte tranquilo mientras tu tenías que concentrarte en el camino fue una mala idea-
oye no mencionas lo de la recepción   mientras vos aprovechaste para mirarme y yo me puse en pose de galán,  empezamos a reírnos;  la gente del hotel no entendía que nos pasaba y pensaban que nos reíamos de ellos, mientras la conserje se ponía hablar con el dueño del hotel porque no permitían visitas en el cuarto. ¿Y acaso para subir a mi habitación ya debías pagar como un huésped más?, pero lo solucionamos, obvio, mintiendo…jajajajajajajaj
 
Un vez en el cuarto , luego de hablar no sé qué cosas, porque claro hablaban más los nervios,  te acercaste y creo que me diste un beso más en la mejilla o en la frente no lo recuerdo,  entonces te dije –dame un beso con cierta irreverencia y era acaso el empujón que te faltaba?.
-        Y  si quizás ese era un empujón, o tal vez la irreverencia de tu gesto, cual galán  convencido, pero lo que no te esperabas era que yo terminara por sorprenderte, que mi adrenalina me llevaría de la niña tímida a la mujer desinhibida.
 
De repente ceso el huracán en mi interior,  sus brazos cálidos me hacían sentir paz, sus besos detuvieron el mundo a nuestro alrededor, solo podía sentir.
Su cuerpo contra el mío, sus manos en mi rostro, mis manos acariciando su espalda y toda la furia de nuestros cuerpos liberada, mientras me susurraba al oído aquel poema que escribió para mí.
-         A veces ...el aire trae aroma a magnolias
 
          Y de su piel es la suave sepia, siena, ocre
          Que sabe a afrodisíaca sal marina en el cuerpo
          de sus ojos; Nace el café de la tierra
          y el brillo en ellos, conducen a grandes ventanales
 
          A veces... me envuelve en su aroma
 
          Y de las comisuras de los labios se gestan
          Cuentos, poemas, relatos e historias
          Como de suave mujer; como guerrera y combativa.
 
Nacer en el amor, sentir la vida, vibrar y llorar de emoción todo en un instante, la promesa se cumplía, allí estábamos sonriéndonos entre besos mientras mis dedos recorrían su rostro ahora mucho más feliz.
Las horas siguientes no las sentimos, parecíamos suspendidos en la emoción de aquel momento, recordando cada detalle, de nuestro primer encuentro, las frases de los amigos, la presión, las dudas, los miedos que nunca lograron vencer la esperanza.
 
-         Y en verdad ogrita vos peleaste muchísimo por mí, -cuando tus pretendientes de turno hablaban de una estúpida relación virtual.
 
Los días siguientes trascurrieron en aquel ambiente de amor, ternura y pasión desbordada, con su cámara capturo imágenes de instantes que no deseaba olvidar.
Lugares históricos, balcones llenos de flores tropicales, monumentos y una que otra locura que yo hacía para él.
-         varias, pero hacíamos buen equipo-
 
Nuestro amanecer, la isla, la luna reflejando azules sobre mi vientre desnudo y su boca roja deseosa, medio continente no fue distancia para nosotros, el atravesó miles de kilómetros solo por amor… una pregunta…
-         que se la estarán haciendo ustedes en este momento, ¿ todo esto  es real?...
 
Me creerían si les cuento que me amo en un farol en una isla a menos de medio metro de las olas suaves de un mar plateado, envuelta en mi hermoso chal, cómplice de nuestra pasión, una luna tímida que nos ilumino.
 
-           
-          O pensaran que solo es una tonta historia de amor, pero déjenme decirle que…  
Esto no es producto de una noche de ovulación, ni de un par de copas de vino en una noche de soledad, tampoco es el sueño de la gordita que fui mirando telenovelas con una caja de chocolates en mis piernas.
-          Solo permítanos continuar contando nuestra historia
Era mi hombre, mi ogro, mi che presumido,- , mi amante en busca de la plenitud de mi deseo, entregándome toda la fuerza de su cuerpo, guiándome al desenfreno, la lujuria, la locura y la pasión.
 
Hay mamasita rica, y como se hace?, quería guardar este documento En otro lugar pero termine arruinando tu texto, con un poco de suerte te darás cuenta luego que me vaya, pues … ni modo jaja
 
 Te ama, tu ogrito!!!!
Pd: me siento sumamente feliz de tenerte!!!!
 
-       Creo que te fallo el plan ogrito, lo vi antes y me reí mucho.
Por eso sentarme ahora a contar esta historia se me hace sumamente nostálgico, porque a mi mente llegan ahora como ráfagas de viento fresco cada imagen, cada beso, tu acento, mis risas, todo como un recuento de doces días mágicos.
 
 
Llego el momento de la inevitable despedida, agónicos instantes en que se cerraba el capítulo, pero que continuaba la historia ahora con más intensidad, más emociones y esperanzas renovadas.
Mientras conducía hacia el aeropuerto, intentabas evitar mis lágrimas mientras cantábamos una canción, el recorrido fue corto.
De repente un extraño silencio se apodero del espacio entre los dos y mi alma gritaba… “no te marches, por favor” mientras cerraba con fuerza mis labios y regulaba mis respiración para no llorar, sabía que si te acompañaba a la sala de abordaje me faltarían las fuerzas y la última imagen que te llevarías de mi seria con lágrimas en los ojos y un dolor del alma reflejado en el rostro.
Una vez en aquel lugar mis piernas no tuvieron fuerzas para avanzar, no pude…
Me besaste en los labios, mientras mi dolor a punto de estallar me dio el impulso para marcharme a toda velocidad, hasta que vos no pudieras verme y llorar libremente hasta soltar todo el dolor que me causaba tu partida.
 
Ahora seré yo quien atraviese medio continente solo para decirte… te amo bebe!