Cortes de Personalidad
Publicado en May 19, 2011
El cuarto practicamente a oscuras era llenado por el sonido del agua proveniente del baño, ahi la luz amarillenta del foco alumbraba cada rincon. El suave tarareo lo marcaba la compas del movimiento de sus pies descalsos sobre la loza blanca y fria, mientras se recargaba sobre la pared mirando de cuando en cuando de reojo la bañera.
Cuando el agua sobrepaso la mitad detuvo el movimiento acompasado de sus pies más no el tarareo, para cerrar la llave del agua. Se acerco al lavabo para tomar un pequeño frasco de plastico del cual extrajo las pastilals y comenzo a tomarlas calmadamente una por una. Abrio el espejo del baño para sacar una daga un poco más grande que el tañamo de su palma, se acerco hasta la bañera para dejar sobre una de sus esquinas la daga, se quito la parte superior de la piyama de rayas naranjas para quedar con una blusa de tirantes. Se metio sintiendo en la piel el dolor por el agua caliente, aun así no se detuvo a pensarlo. Tomo la daga con la mano izquierda y tomando aire doblo el brazo para que quedara horizontalmente, cortando de un tajo desde dentro del codo hasta la muñeca. Solto el aire con una finas lagrimas y el ceño fruncido, repitio la accion dos veces más, hasta que la sangre comenzo a brotar de forma libre. Cambio entonces la daga a su mano derecha para repetir la accion sobre su otro brazo, pero no pudo hacerlo, le dolio demasiado para mantener la preción suficiente para elaborar el corte, así que cerro los ojos con fuerza y corto de un solo tajo doblando un poco más su cuerpo hacia delante. Dejo caer el brazo sobre sus piernas sosteniendo aun la daga, el otro brazo solamente lo dejo caer al lado. Se hundio un poco más hasta que su cabeza descansara sobre el borde de la bañera, el techo comenzo a ensombrecerse a la vez que el sueño doblegaba sus sentidos, extrañamente a pesar de que el agua estaba caliente sentía un escalofrio recorrerle desde la planta de los pies hasta la cabeza. Sonrio, sonrio mientras la oscuridad se la tragaba por completo. -despierta- una lejana voz conocida -despierta- una voz que pensó no escucharia más -despierta- un corazón que no latia, pero que aun vivia. Abrio los ojos de manera peresosa, la luz blanca le molesto, por lo que llevo sus manos tapando su cara y tallando sus ojos lo necesario para poder ver adecuadamente. El blanco inmaculado de las paredes, del suelo, el blanco que devoraba todo a su alrrededor provoco un malestar dentro de su cabeza. Solo ella estaba demás en ese lugar de altas paredes en total vacío. Su pelo largo negro hacia juego con el vestido de tirantes que ahora portaba mientras sus pies descalsos dejaban una marca gris por donde pisaba. Caminó por lo que parecia un laberinto sin final, solo podia distirguirse en algunos lugares las enormes salas vacias y los pilares de marmol que tenian grabadas flores en diversas partes de su estructura. Después de estar caminando lo que parecerian horas, la joven se paro en frente de una de las enormes paredes blancas de su lado izquierdo, toco con ambas manos la pared mientras sus ojos seguian el movimeinto ritmico de éstas. Sonrió de medio lado unos segundos después de que parecia haber encontrado lo que buscaba, haciendo presión se escucho un clip bastante sonoro y al instante la enorme pared desaparecio. Entro a la enorme habitación soportada aparentemente de cuatro pilares, al centro una esfera hecha de agua se elevaba sobre el piso reflejando un cielo azul lleno de nubes blancas, pero que si se miraba hacia arriba no se encontraba más que el blanco de las paredes que no suponian un fin. -Pense que dormirias un rato más- La suave voz le hizo voltear de manera rápida la cabeza encontrandose con una niña sentada con las piernas flexionadas hacia su izquierda, su pelo y ojos grises resaltaban sobre su piel morena y su vestido verde claro. Su mirada se perdia enfrente de esa espe sa esfera de agua que aparentemente retenia a alguien o algo, ya que una sombra se divisaba dentro. Se levantó hasta la otra joven dejando ver un pequeño peluche en forma de leon con una melena de hilos de colores. -ten, ya me canse de cuidarlo por ti- resongo mientras salia de la habitación siendo seguida por la otra. -espera, no te enojes. - Una voz que reconosco, un sentimiento que detesto, es todo lo que tengo, incluso aqui los días, los meses, pasan lentamente hiriendo los restos que quedaron. Dio una rapida mirada hacia tras, para salir corriendo de ahi. Cuando alcanzó a la pequeña, esta ya se encontraba frentre a una enorme puerta de metal.
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