Origen de la Cruz Roja (Copiado de Internet).
Publicado en May 19, 2011
Tipo Movimiento humanitario mundial.
Fundación 17 de febrero de 1863 (148 años) Fundador(es) Henry Dunant Sede Ginebra (Suiza) es sede del CICR y FICR, la sede de las Sociedades Nacionales están en cada país Idiomas oficiales Árabe, chino mandarín, español, francés, inglés y ruso Miembro de ONU (observador permanente (CICR y FICR)) Miembros CICR, FICR, 186 Sociedades Nacionales. Cruz roja es el nombre común con que se conoce al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, también llamado Cruz Roja Internacional. La "Cruz Roja" es un movimiento humanitario mundial de características particulares y única en su género, por su relación particular en base a convenios internacionales con los estados y organizaciones internacionales por un fin netamente humanitario, esta integrada por:[1] Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR). 186 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Los componentes del Movimiento, aunque conservan su independencia en los límites del Estatuto del Movimiento, actúan siempre de conformidad con sus Principios Fundamentales y colaboran entre sí en el desempeño de sus tareas respectivas y para realizar su misión común. Los componentes del Movimiento se reúnen con los Estados Partes en los Convenios de Ginebra del 27 de julio de 1929 o del 12 de agosto de 1949 en la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (en adelante: la Conferencia Internacional). La cruz roja también es el emblema inicial del Movimiento, inversa de los colores de la Bandera de Suiza, en reconocimiento a sus fundadores y su neutralidad. La cruz roja, junto con la media luna roja y el cristal rojo sobre fondo blanco, son emblemas humanitarios reconocidos oficialmente por casi la totalidad de países del mundo y su uso está enmarcado en el Derecho Internacional Humanitario, por lo que deben ser respetados en toda circunstancia, para que se puedan desarrollar las labores humanitarias en los desastres y conflictos armados. El símbolo de la Cruz Roja sobre un fondo blanco fue adoptado en la Primera Convención de Ginebra en 1864 y corresponde a la inversión de los colores de la bandera de Suiza. La Media Luna Roja usada originalmente por el Imperio otomano en la Guerra Ruso-Turca, 1877-1878 fue incorporada como segundo emblema oficialmente en 1929 por el CICR. Anteriormente se había sugerido que los países musulmanes en principio podrían utilizarla en vez de la Cruz Roja. Existió también como emblema del león y sol rojo propuesto por Persia (actual Irán) en 1899 y usado oficialmente por la sociedad nacional de Irán entre 1924-1980. Este emblema fue reconocido oficialmente por el CICR en 1929. Con el triunfo de la revolución islámica, el nuevo régimen informó al CICR de que se usaría en adelante la media luna roja. Sin embargo, mantiene su derecho a volver a usarlo. Existieron problemas en relación con los emblemas de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. En algunos conflictos se ha interpretado que estos símbolos poseen un significado religioso, lo que, a pesar de no ser cierto, ha provocado una interpretación errónea de la naturaleza de la organización. Ciertas sociedades nacionales como la Sociedad Magen David Adom de Israel, no se sentían cómodas utilizando estos símbolos. Por ello, en la actualidad utilizan la Estrella de David Roja, un símbolo que no ha sido reconocido por el CICR hasta 2006.[2] Esta situación fue el origen de un debate sobre la necesidad y conveniencia de adoptar un tercer símbolo. Como resultado de un largo proceso de consultas, el 8 de diciembre de 2005 se aprobó un tercer emblema, el cristal rojo, a través del Tercer Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949.[3] Memorial de la Cruz Roja en Solferino.El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja realiza su labor bajo siete principios fundamentales que rigen las actuaciones de esta organización, creando un vínculo de unión entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el CICR y la FICR. Los Principios Fundamentales garantizan la continuidad del Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y su labor humanitaria. Humanidad: El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al que ha dado nacimiento la preocupación de prestar auxilio, sin discriminación, a todos los heridos en los campos de batalla, se esfuerza, bajo su aspecto internacional y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la persona humana. Favorece la comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos. Imparcialidad: No hace ninguna distinción de nacionalidad, raza, religión, condición social ni credo político. Se dedica únicamente a socorrer a los individuos en proporción con los sufrimientos, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgentes. Neutralidad: Con el fin de conservar la confianza de todos, se abstiene de tomar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las controversias de orden político, racial, religioso e ideológico. Independencia: El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los países respectivos, las Sociedades Nacionales deben, sin embargo, conservar una autonomía que les permita actuar siempre de acuerdo con los principios del Movimiento. Voluntariado: Es un movimiento de socorro voluntario y de carácter desinteresado. Unidad: En cada país sólo puede existir una Sociedad de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja, que debe ser accesible a todos y extender su acción humanitaria a la totalidad del territorio. Universalidad: El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en cuyo seno todas las Sociedades tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente, es universal. Misión del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja: Prevenir y aliviar, en todas las circunstancias, los sufrimientos humanos. Proteger la vida y la salud y hacer respetar a la persona humana, en particular en tiempo de conflicto armado y en otras situaciones de urgencia. Tratar de prevenir las enfermedades y promover la salud y el bienestar social. Fomentar el trabajo voluntario y la disponibilidad de los miembros del Movimiento, así como un sentimiento universal de solidaridad para con todos los que tengan necesidad de su protección y de su asistencia. Actividades de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y Media Luna Roja: Cada Sociedad Nacional de la Cruz Roja, como auxiliar del estado en el ámbito humanitario tiene funciones acordes a las necesitades del país o responsabilidades que otorgan los estados y estas pueden ser: Campañas de prevención de enfermedades. Mensajes familiares y mensajes de buena salud. Campañas para promover el respeto a la diversidad y la dignidad humana, reducir la intolerancia, la discriminación y la exclusión social. Apoyo a las áreas de juventud. Intervención en casos de desastre Búsqueda y rescate. Atención pre hospitalaria. Abastecimiento de agua. Alojamiento temporal a personas necesitadas. Preparación para desastres. Campañas de recolección de ropa, juguetes y alimentos. Solicitud de medicamentos. Capacitación a la comunidad en gestión de riesgos. Primeros auxilios. Donaciones voluntarias. Mejora de los servicios de salud en la comunidad. Donación de sangre. Servicio de ambulancias. Hospitales e instituciones de formación. Servicios médico, Psicológico y odontológico. Apoyo social y acompañamiento al adulto mayor, niños y en general a personas vulnerables. Las personas que integran la Cruz Roja no reciben dinero como sueldo, pues son voluntarios (excepto técnicos, por ejemplo, un socorrista que trabaja todo el día en la playa). Trabajan para evitar el sufrimiento humano, y por el bienestar de todos. Además, para evitar incidentes, ninguna persona que sea remunerada por su acción en Cruz Roja puede acceder a puestos políticos en la jerarquía de la institución. Algunas actividades de voluntariado. Operación Paso del Estrecho. La Operación Paso del Estrecho es un operativo especial en el que participan voluntarios de la Cruz Roja para ofrecer asistencia social, asistencia médica y actividades lúdicas en la guardería a los miles de inmigrantes africanos que cruzan el Estrecho de Gibraltar durante las vacaciones veraniegas para volver a su país de origen. Los turnos de sus voluntarios se realizan de mañana, tarde o noche; cada uno de 7 horas, durante dos semanas. Preferiblemente, durante una semana a principios de verano y otra al final. El uso del emblema de la CICR en la Operación JaqueLa Operación Jaque fue un operativo militar colombiano, en el cual se pretendía el rescate de Ingrid Betancourt, 3 contratistas estadounidenses, 4 policías y 7 militares; la polémica se desató cuando la cadena de noticias CNN declaró que los militares habían usado el emblema de la Cruz Roja durante la operación. La polémica acabó cuando el presidente admitió el hecho y asumio su responsabilidad política. En un comunicado de prensa, el CICR afirma haber tomado nota de la declaración hecha por el Presidente Colombiano para recordar que el uso del emblema "está específicamente reglamentado por los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales". El Comité Internacional de Cruz Roja pidió respeto y condenó el "uso abusivo" de sus insignias. En base al uso del emblema, varios medios de comunicación recordaron que según las normas del Derecho Internacional Humanitario, el uso del emblema en operaciones que no sean humanitarias se considera "perfidia" porque constituye una violación de los Convenios de Ginebra. Puede además ser sancionado en los tribunales internacionales como "delito de guerra". Jean Henri Dunant (Ginebra, 8 de mayo de 1828 - Heiden, Suiza, 30 de octubre de 1910) fue un hombre de negocios suizo, filántropo y activista en favor de la causa humanitaria, cuya labor fue reconocida internacionalmente con el primer Premio Nobel de la Paz junto con Frédéric Passy en 1901. Dunant fue testigo durante un viaje de negocios en 1859, de las secuelas de la batalla de Solferino en Italia, cuyo impacto le llevó a escribir sus memorias y experiencias en el libro Un recuerdo de Solferino en el que reclamó la creación de un cuerpo de voluntarios para socorrer a los heridos de guerra. Esta petición sirvió más tarde para la fundación de la Cruz Roja Internacional. En 1864, la Convención de Ginebra fue adoptada en base a algunas de los postulados humanitaristas de Dunant. Dunant nació en Ginebra, primogénito del hombre de negocios Jean-Jacques Dunant y su esposa Antoinette Dunant-Colladon. Su familia era muy devota del calvinismo y tenía gran influencia en la sociedad ginebrina. Sus padres enfatizaron el valor del trabajo social, según el ejemplo de su padre que era muy activo ayudando a huérfanos y presos liberados, mientras que su madre trabajaba con los enfermos y los pobres. Muy influyente en la formación del joven Dunant resultó una visita a Toulon donde vio el sufrimiento de los presos. Dunant creció en el período del despertar religioso conocido como el Réveil, y a los dieciocho años se unió a la Sociedad Ginebrina de las Almas. Al año siguiente, junto a unos amigos, fundó la llamada "Asociación del Jueves", un grupo de jóvenes que se reunían para estudiar la Biblia y ayudar a los pobres, y pasó mucho de su tiempo libre ocupado en visitas a la prisión y trabajo social. El 30 de noviembre de 1852 fundó el capítulo ginebrino de la Militó en su juventud en movimientos cristianos. En 1855 propició la "Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes" (YMCA), y tres años más tarde intervino en la reunión de París dedicada a la fundación de su organización internacional. A los veinticuatro años, se le obligó a dejar el Collège Calvin por sus malas notas, y empezó como aprendiz en la firma de cambio de moneda Lullin und Sautter. Después de que concluyera favorablemente, permaneció como empleado del banco. En 1853, Dunant visitó Argelia, Túnez y Sicilia, por encargo de una compañía dedicada a las "colonias de Setif" (Compagnie genevoise des Colonies de Sétif). A pesar de su escasa experiencia, cumplió con éxito su misión. Inspirado por el viaje, escribió su primer libro con el título "Relato de la Regencia en Túnez" (Notice sur la Régence de Tunis), publicado en 1858. En 1856, creó un negocio para actuar en las colonias extranjeras, y después, habiendo recibido una concesión de tierras en la Argelia ocupada por los franceses, una compañía de cultivo y comercio del maíz llamada "Compañía financiera e industrial de los Molinos de Mons-Djémila" (Société financière et industrielle des Moulins des Mons-Djémila). Sin embargo, la tierra y los derechos sobre el agua no se asignaron claramente, y las autoridades coloniales no cooperaron mucho. Como resultado, Dunant decidió apelar directamente al emperador francés Napoleón III, que estaba con su ejército en Lombardía en aquella época. Francia estaba luchando junto al Piamonte-Cerdeña contra Austria, que ocupaba gran parte de Italia. Los cuarteles de Napoleón estaban ubicados en la pequeña ciudad de Solferino. Dunant escribió un libro en alabanza a Napoleón III con la intención de presentárselo al emperador, y entonces viajó a Solferino para encontrarse con él en persona. Batalla de Solferino: Dunant llegó a Solferino en la tarde del 24 de junio de 1859, el mismo día en que tuvo lugar una batalla entre los ejércitos austriaco y franco-piamontés que combatían en la guerra italiana. 38.000 heridos, agonizantes o muertos permanecían en el campo de batalla, y había pocos intentos para ayudarlos. Impresionado, el propio Dunant tomó la iniciativa de organizar a la población civil, especialmente las mujeres y las chicas jóvenes, para proporcionar asistencia a los soldados heridos y enfermos. Carecían de suficientes materiales y el propio Dunant organizó la compra de lo que se necesitaba y ayudó a levantar hospitales de campaña. Convenció a la población para que atendiese a los heridos sin fijarse en qué bando del conflicto estaban por el lema "Tutti fratelli" (Todos somos hermanos) acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione del Stiviere (Provincia de Mantua). Tuvo éxito igualmente para conseguir la liberación de médicos austríacos capturados por los franceses.El fue el que invento el maletín de primeros auxilios, gracias a el lo tenemos en nuestros hogares. Al regresar a Ginebra a principios de julio, Dunant decidió escribir un libro sobre sus experiencias, que tituló "Un Souvenir de Solferino". Se publicó en 1862 en una edición de mil seiscientas copias y se imprimió a costa del propio Dunant. En el libro, describió la batalla, sus costes, y las caóticas circunstancias que la siguieron. También desarrolló la idea de que en el futuro una organización neutral debería existir para proporcionar cuidados a los soldados heridos. Distribuyó el libro a muchos líderes políticos y figuras militares en Europa. Dunant comenzó a viajar por toda Europa promocionando sus ideas. Su libro fue recibido positivamente, y el Presidente de la Sociedad Ginebrina para el Bienestar Público, el jurista Gustave Moynier, hizo del libro y sus sugerencias el tema de la reunión de 9 de febrero de 1863. Las recomendaciones de Dunant se examinaron y se valoraron positivamente por los miembros. Ellos crearon un comité de cinco personas para investigar más la posibilidad de llevarlo a cabo e hicieron de Dunant uno de sus miembros. Los otros fueron Moynier, el general del ejército suizo Henri Dufour, y los médicos Louis Appia y Théodore Maunoir. Su primera reunión el 17 de febrero de 1863 se considera hoy en día la fecha de fundación del Comité Internacional de la Cruz Roja. Desde el principio, Moynier y Dunant tuvieron discrepancias y desacuerdos en relación con sus respectivas visiones y planes. Moynier consideraba la idea de Dunant de establecer protecciones neutrales para los cuidadores imposible de realizar y advertía a Dunant en que no insistiera en este concepto. Sin embargo, Dunant continuó defendiendo su posición en sus viajes y conversaciones con políticos de alto rango y militares. Esto intensificó su conflicto personal entre Moynier, que abordó el proyecto de manera bastante pragmática, y Dunant, que era el idealista visionario entre los cinco, y llevaron a que Moynier atacara a Dunant por el liderazgo. En octubre de 1863, catorce estados participaron en una reunión en Ginebra organizada por el comité para discutir la mejora del cuidado a los soldados heridos. El propio Dunant, sin embargo, fue sólo un líder por protocolo, debido a los esfuerzos de Moynier por disminuir su participación. Un año más tarde, una conferencia diplomática organizada por el Parlamento Suizo llevó a la firma de la primera Convención de Ginebra por doce estados. Dunant, de nuevo, se ocupó sólo de organizar el alojamiento de los asistentes. En septiembre de 1895, Georg Baumberger, el editor jefe del periódico de St. Gallen Die Ostschweiz, escribió un artículo sobre el fundador de la Cruz Roja, a quien había conocido y con quien había conversado durante un paseo por Heiden un mes antes. El artículo se titulaba "Henri Dunant, el fundador de la Cruz Roja", apareció en la revista ilustrada alemana Über Land und Meer, y el artículo pronto fue reproducido en otras publicaciones por toda Europa. El artículo llamó la atención, y recibió atención renovada y apoyo. Recibió el Premio suizo Binet-Fendt y una nota del papa León XIII. El apoyo de la zarina rusa Maria Feodorovna y otras donaciones mejoró notablemente su situación financiera . En 1897, Rudolf Müller, que ahora trabajaba como maestro en Stuttgart, escribió un libro sobre los orígenes de la Cruz Roja, alterando la historia oficial para enfatizar el papel de Dunant. El libro contenía también el texto de "Un souvenir de Solferino". Dunant comenzó un intercambio de correspondencia con Bertha von Suttner y escribió numerosos artículos. También fue particularmente activo al escribir sobre los derechos de las mujeres y, en 1897 facilitó la fundación de la organización femenina "Cruz Verde". Dunant recibió el primer Premio Nobel de la Paz por su papel al fundar el Movimiento Internacional de la Cruz Roja e iniciar la Convención de Ginebra. El médico militar noruego Hans Daae, que había recibido una copia del libro de Rudolf Müller, abogó por el caso Dunant ante el comité Nobel. Recibió el premio conjuntamente con el pacifista francés Frédéric Passy, fundador de la Liga de la Paz y activo con Dunant en la Alianza por el Orden y la Civilización. Las felicitaciones oficiales que recibió del Comité Internacional representaron finalmente la rehabilitación largamente debida a la reputación de Dunant: "No hay hombre alguno que merezca más este honor, pues fue usted, hace cuarenta años, quien puso en marcha la organización internacional para el socorro de los heridos en el campo de batalla. Sin usted, la Cruz Roja, el supremo logro humanitario del siglo XIX probablemente nunca se hubiera obtenido." Moynier y el Comité Internacional en conjunto habían sido también nominados para el premio. Aunque Dunant fue apoyado por un amplio espectro en el proceso de selección, era aún un candidato controvertido. Algunos argumentaron que la Cruz Roja y la Convención de Ginebra hicieron la guerra más atractiva e imaginable al eliminar algunos de sus sufrimientos. Por lo tanto, Rudolf Müller, en una carta al comité, argumentó que el premio debería dividirse entre Dunant y Passy, que estuvo durante algún tiempo en el debate como candidato a recibir el premio en solitario. Müller sugirió que si un premio debía dársele a Dunant, debería dársele inmediatamente debido a su avanzada edad y mala salud. Al dividir el premio entre un pacifista estricto como Passy y el humanitario Dunant, el Comité Nobel sentó un precedente para las condiciones del premio Nobel de la Paz que tendría significativas consecuencias en años posteriores. Una sección del testamento de Nobel había indicado que el premio debería ir a un individuo que hubiese trabajado para reducir o eliminar los ejércitos o directamente promover conferencias de paz, lo que hizo de Passy una elección natural por su trabajo. Por otro lado, distinguir el esfuerzo humanitario en solitario hubiera sido visto por algunos como una interpretación amplia del testamento de Nobel. Sin embargo, otra parte del testamento de Nobel marcaba el premio al individuo que mejor realzara la "hermandad de los pueblos", que podía leerse de manera más general como trabajo humanitario como el de Dunant, conectado a la pacificación también. Muchos receptores posteriores del premio Nobel de la Paz pueden entenderse enmarcados en una de estas dos categorías establecidas en líneas generales por la decisión del Comité Nobel en 1901. Hans Daae triunfó al colocar la parte de Dunant del dinero del premio, 104.000 francos suizos, en un banco noruego evitando así que lo alcanzaran sus acreedores. Dunant nunca gastó nada de ese dinero durante su vida. Muerte y memoria: Entre otros muchos premios en los años siguientes, en 1903 Dunant se le concedió un doctorado honorario por la Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg. Vivió en la residencia de la tercera edad de Heiden hasta su muerte. En sus últimos años de vida, sufrió depresión y paranoia sobre persecución por sus acreedores y Moynier. Hubo incluso días en los que Dunant insistía que el cocinero de la residencia probara primero su comida ante sus ojos para protegerlo de un posible envenenamiento. Aunque siguió profesando creencias cristianas, en sus últimos años rechazó y atacó el calvinismo y la religión organizada en general. De acuerdo con sus cuidadoras, el acto último de su vida fue enviar una copia del libro de Müller a la reina de Italia con una dedicatoria personal. Murió el 30 de octubre de 1910 a las diez de la noche, a la edad de 82 años irónicamente sobreviviendo a su némesis Moynier por dos meses justos. A pesar de las felicitaciones con motivo del premio Nobel, no se reconciliaron. De acuerdo con sus deseos, fue enterrado sin ceremonia en el Cementerio Sihlfeld en Zúrich. En su testamento, donó fondos para asegurar una "cama libre" en la residencia de Heiden siempre disponible para un ciudadano pobre de la región y legó algún dinero a amigos y organizaciones de caridad en Noruega y Suiza. El resto de los fondos fueron a sus acreedores, extinguiendo parte de su deuda; su incapacidad para satisfacer todas sus deudas fue algo que le pesó gravemente hasta su muerte. El día de su cumpleaños, 8 de mayo se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. El edificio de la residencia de Heiden ahora alberga el "Museo Henri Dunant". En Ginebra y otros lugares, hay numerosas calles, plazas, y escuelas que reciben su nombre. La "Medalla Henri Dunant", que se da cada dos años por una comisión del Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es su máxima condecoración.
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