No es el mejor momento, pero tampoco el peor
sencillamente la cabeza no me da mas razones
y el corazón, creo que ha huido a algún otro rincón de mi cuerpo, hoy solo siento
el silbido agudo del viento atravezando mi pecho,
haciendo sonar en mi habitación la melodia de mi intangible sombra.
 
Y aguardo el segundo del inagotable tiempo
que perfora mis sienes con su estúpido  TIC-TAC
aguardo ese mágico segundo, ese que con ansias temo pero amo
ese segundo en el que las letras profanan mis labios,
aniquilan mis oidos,
resucitan mis monstruos y rasgan mi sangre, para esparcirla
en las paredes, en las almohadas, en las cornisas.
 
No es el mejor momento, tan solo aguardo y aprendo a mirar el silencio a los ojos,
mientras canta cada vez más lejos...
No es el peor momento, pero presiono mis dedos entre los cajones
para que no se duerman, mato pesadillas a garrotazos, peino los
ensortijados cabellos del agua, me saboreo un limón con una sonrisa, me miro en el reflejo de 
la ventana, y grito que por primera vez aguardo y me pongo una pausa, 
y un cuervo se posa sobre la rama de el árbol, cierra los ojos, y se queda congelado.