Tío Cruz (Diario).
Publicado en May 26, 2011
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Era pastor de ovejas; sólo un pastor de ovejas que no sabía ni leer ni escribir. Un pastor de ovejas con corazón pero sin cultura; agraviado siempre por el ignorante y paleto, además de rencoroso, Benito y sirviendo de burla para Emiliano y sus secuaces. Era sencillo pero noble; allí siempre acurrucado, cuando llegaba a su hogar después de unas largas jornadas con los apriscos de las ovejas, inmóvil, buscando no hacerse notar... siempre inmóvil ante las palabrotas de Benito. Y sólo porque Benito, el ignorante y paleto Benito, había estado en Madrid pero únicamente como peón de albañil nada más. Y yo meditaba, miraba a Tío Cruz, el abuelito sin nietos que parecía decirme siempre algo pero que se limitaba a darme un par de besos en las mejillas como pidiéndome ese algo que yo entonces no comprendía que era justicia. Yo entonces, en aquel entonces de mis infancias juveniles, buscaba en mi memoria ante las ruidosas carcajadas del ignorante y paleto Benito y las no menos ignorantes y paletas bromas de Emiliano al cual sonreían siempre, zalameros como hacen los gatos sin personalidad ante un gato montés, sus dos secuaces, Y todo porque Tio Cruz era analfabeto y sólo sabía contar, de memoria, el número exacto y completo de todas sus ovejas.
Pero Tío Cruz era valiente. Se enfrentaba a las palabrotas que le dirigía el ignrante y paleto Benito en la propia casa de Tío Cruz y ante el cobarde silencio de Tía María, la esposa de Tío Cruz que permitía que le atacaran de aquella manera sin decir esta boca es mía, dispuesta siempre a darle a Benito lo que fuese necesario para satisfacer los caprichos del "galancete" de la aldehuela que sólo era un experto en "varillas" feminoides (que no femeninas) nada más. Entonces, en aquel entonces de mis primeras infancias juveniles, yo comprendía la diferencia que existía entre la nobleza de Tío Cruz y la soberbia de Benito, Emiliano y sus dos secuaces (todos juntos conmtra él). Y me levantaba de mi asiento, salía a mirar al cielo y contemplaba las múltiples estrellas sobre los riscos. Desde allí, mirando de frente a la luna, yo escuchaba el rumor de Dios a través del rumor de las aguas del río y el borboteo de la que salía del caño de la fuente con pileta. Entonces era cuando me sabía embarcar y me encantaba el silencio de nadie para hacerlo mío durante la noche. Y todo porque Tío Cruz era analfabeto.
Pero Tío Cruz sí que había estado en Madrid aunque a Benito le diese tanta rabia y tanta envidia que no le dejaba explicarme que conocía Campamento y El Goloso y quizás La Cibeles o muchas más cosas de Madrid. Emiliano, mientras tanto, se zampaba todas las fresas que había sembrado Benito gracias a las semillas de mamá. Siempre él abusando de todos y poniéndose en el lugar que no le correspondía. Pero mi padre callaba sabiamente y, como astuto hombre de la vida, sólo me miraba y yo comprendía por qué. En aquel silencio Tío Cruz (callado y cayado) preparaba su talego para irse, de nuevo, a pasar otras largas jornadas con las ovejas. Se iba de madrugada, mientras yo seguía escuchando el Silencio de Dios. Y así jornadas tras jornadas en las que las palabrotas de Benito y las burlas de Emiliano y sus dos compinches eran siempre suplicio continuo para él mientras daba de beber a las ovejas en las fuentes naturales de los riscos. Hasta que un buen día mi padre pidió que le acompañase a una expedición por el monte y aproveché la ocasión para saber la verdad.
- Papá... ¿es verdad que Tío Cruz estuvo en Madrid?.
- Sí, José, sí que estuvo... y tienes que hacer justicia...
Entonces los dos guardábamos silencio mientras Benito seguía despotricando contra el sencillo y honrado Tío Cruz, con la cómplice aquiescencia del silencio de María y el brutal acompañamiento de las carcajadas de Emiliano y sus dos compinches. Yo sólo escuchaba el silencio (callado y cayado) de Tío Cruz y seguía caminando junto a mi padre por los mismos rincones donde las ovejas habían ido pastando lentamente. El tiempo se hacía lento pero sabio...
Así que pregunté a Dios y me respondió. "Bienaventurado los mansos, los nobles de corazón y los que sufren insultos e injusticias porque de ellos es el Reino de los Cielos". Entonces es cuando yo volvía al hogar, me introducía enntre las ásperas sábanas de la cama en el duro y frío invierno y me ponía a soñar con Ella. ¿Por qué con Ella?. Porque, al otro lado, aún más allá de los riscos que observaba a través de la ventana y más allá del rumor de las aguas del río que veía sentado en el pretil del puente de piedra, la contemplaba toda entera con mis pensamientos; mientras oteaba, de vez en cuando, por ver si veía llegar a Tío Cruz. Los insultos del ignorante y paleto Benito más las brutales carcajadas de Emiliano, asesinos los dos de inofensivos gorriones nada más ante el apoyo moral de los dos secuaces, no eran nada para mí. Absolutamente nada para mí. Y por eso decidía siemrpe quedarme en el hogar junto a la familia cuando ellos me tentaban a gozar de las buenas comidas de Cuenca. No. Yo permanecía fiel a Ella y por eso me quedaba con la familia en Los Molinos de Papel... mientras al inciarse la noche escribía en algún papel tiernos poemas de amor para Ella.
Y es que resulta que hay pastores como Tío Cruz que saben más de Madrid, de las plazas de Madrid, de las calles de Madrid y de mi forma de ser de Madrid, que Benito y Emiliano y su dos secuaces. Más que todos ellos juntos.... puesto que pastores hay los necesarios pero abundan demasiado los ovejos de dos patas.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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José Orero De Julián

Te equivocas pero es razonable. Gracias. No corrijo nada pero acepto tus consejos. Claro que, por supuesto que tengo muy en cuenta tus palabras... peor no corrijo nada... que lo corrijan los editores que para eso les pagan.
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May 30, 2011
 

Emme

Es muy confuso el relato, repites muchas veces los nombres y otras palabras cada vez que los personajes aparecen. Creo que tendrías que hacerlo más sencillo y centrar la acción justamente en el hecho que haga avansar la historia. Lo terminas de leer y te quedas con la sensación de no saber bien si entendiste después de tantos "arreglos" de palabras.
Saludos, Emme.
Responder
May 28, 2011
 

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