Las Crónicas De Encantador
 
Capitulo I
 
En la librería, Encantador llegó a la hora acostumbrado, sin embargo esta vez lo ví distinto, sus ojos brillaban y su cabello tan cepillado como el de una mujer no se movía con cada movimiento de su cabeza.
Buenos días-le dijo una cliente, por cierto muy guapa. Buenos días-respondió Encantador, ¿Qué necesitas?.
Tienes hojas-dijo la guapísima mujer. No-le respondió Encantador-solamente tengo un tronco y ay si lo vieras caerías de espaldas, mas yo con mis brazos te haría sombras hasta que cobraras tu aliento.
He visto troncos grandes-le respondió la mujer- otros en cambio pequeños a mi perecer, mas el árbol que en frente tengo, me perece una Liz joven, que con manos delicados se acomoda sus mechones, si pareces señorita por tu cara delicada y si miro mas abajo en tu entrepierna mas la veo acanalada.
Perdone señorita-le dijo Encantador-Hay un macccho recio que se esconde en esta ropa y mi figura delicada, aunque mis uñas tienen brillo, es porque toco la guitarra, siii, las cuerdas me hacen daño, como lazos hieren mis manos.
Señorita-Mire mis manos caballero y si es hombre en el metro, a las seis de la tarde yo lo espero.
Encantador-Mi bella dama-de caballero tiene mi palabra, vestiré como conde, llevando por cierto mi capa rosada.

El día se pasó volando y llegó la hora de la cita.
 
Señorita-buenas tardes mi joven caballero, desde hace diez minutos que lo espero.
Encantador- Déme su mano bella dama, pues con ansias quiero no solo a ella besarla.
Señorita- ya no seas anticuado y por cierto besa mis labios que te esperan desolados.
Encantador- Ho! Que besos tan sabrosos, parecen la miel que con ansias devoran los osos.
Señorita-vamos a mi casa, solo vivo a un par de cuadras, y ya veremos lo que pasa.
Encantador-mi bella dama, esta noche no diré yo mas palabras, mis manos recorrerán su cuerpo, serán ellas mi voz, mi todo, tu tormento.
Señorita-(murmuraba siendo apenas perceptible a los oídos de su amado, ya verás graciosito, lo que haremos ya lueguito), me tiene toda mojada, mis piernas que tiritan, han sido sus besos como agua bendita.
Encantador-Ho! Este será nuestro nidito de amor, es una cama bien grande como el tronco de su Encantador, ¿Qué es esto, a caso esposas?.
Señorita- póntelas que esta noche seré tu castigador, tu amante y de vivir tu razón.
Encantador-para mi será un honor, soy su esclavo, su sirviente, su amante, vamos mire lo que tengo en frente(ojala nunca hubiere dicho aquellas palabras), apúrese mijita que mi tronco ya se estalla.
Señorita-quien aparece con un traje de cuero negro y una maleta, mientras el propio Encantador se había puesto las esposas y se había atado a la cama), cierra tus ojos mi querido Encantador, esta noche sentirás como yo te hago el amor.
De un golpe la mujer tiró al suelo la maleta y se agachó dejando sus bellas nalgas a pocos centímetros de Encantador quien por mas que lo intentaba no pudo alcanzar a darle un beso en aquellas enormes y bien formadas nalgas rosadas.
Señorita-mire mi señor esta cosita, esto tapará su vista, mire mi señor esta otra cosita que callará su boquita (mientras ella se había despojado de la parte superior de su traje de cuero mientras pasaba las tetas por la cara de encantador haciéndolo casi explotar)
Mientras que encantador no podía ver ni hablar, se dejaba llevar por aquellas caricias que lo tenían loco, cuando de pronto un pinchazo en su entrepierna y de pronto unos azotes con un látigo de cuero que había sacado la mujer del maletín, el idiota se había metido en la casa de una sadomasoquista, y ahora estaba a disposición de ella.
Encantador-(quien por cierto no podía hablar ni ver nada porque estaba con sus ojos cubiertos y su boca amordazada, pensaba que le iba a hacer esta loca, cuando de pronto el pinchazo que sintiera en su entrepierna empezó a hacer efecto, y el tronco no tardó en convertirse una mustia fruta seca. Me va a cortar mi tronquito esta loca de mierda-decía para si mientras sentía que algo empezaba a funcionar, era una maquina eléctrica sin dudas.
Señorita-que cae de tus ojos mi querido encantador, acaso gotas de rocío o quizás me saliste un llorón (mientras con el látigo de cuero le golpeaba las piernas y también en el pecho).
Encantador (a quien fortuna se le salió la mordaza y pudo hablar-señorita mía, su amor es una tortura, ya no siento mi tronquito y su ramaje que fuero tan frondoso, ahora imagino a mi tronquito solo.
Señorita-recién he comenzado mí querido encantador, siente algo frío bajando por su vientre, es un cuchillo carnicero que cortará lo que no siente.
Encantador-noooooooooo.
Señorita-siente acaso algún dolor, siente algo calentito bajando hacia sus piernas?
Encantador-siiiiiiii, me cercenaste bruja loca, tendré que poner una manguerita para no mear sentado como señorita.
Señorita-sienta mi entrepierna mi querido Encantador, me hizo feliz, sin yo sentir ningún dolor.
Encantador-vieja loca, mejor corta mi garganta, que ya no soy nada, no seré padre, no seré padre, tendrá que buscar un perro para que me ladre.
Cuando de pronto pudo ver que la pieza se hizo oscura y entre gritos el pobre encantador se durmió, cuando de pronto despierta sobresaltado sintiendo un gran dolor en su entrepierna, estira sus manos hacia al lado cuando pudo sentir la compañía de una mujer, muy despacio se fue a la cocina y trajo consigo un enorme cuchillo para vengar lo sucedido, sin siquiera querer mirar su entrepierna para no ver lo que le faltaba, la destapa lentamente y enciende la luz, cuando de pronto refleja en las sabanas ve una sombra extraña, era su tronquito que lucia vigoroso mientras que casi mata a la mujer que le diera tanto gozo, siendo toda causa dicha culpa de una maldita pesadilla.
 
Fin
 
Pd. Quise hacer algo distinto esta vez con un poco de humor a cuestas, agradeceré su tiempo y comentario.
 
Caranndor