Comunicacin Interpersonal en la Pareja (Ensayo) -9-
Publicado en May 31, 2011
- Claves para el entendimiento de un proyecto común.
Capítulo 9: La sexualidad físicosensorial. - El sexo biológico. - Las áreas del sexo. - Las sensaciones sexuales. - La pornografía. - Patologías sexuales. 9.1.- El sexo biológico. El sexo biológico es aquel con el que se nace y no aquel que se hace. En cuanto a lo relacionado con el sexo biológico siempre se impone la coherencia porque es parte del código genético de la herencia que se transmite de padres a hijos; o sea, que se basa en un ordenamiento lógico de la Naturaleza. El sexo biológico es el factor que hace que nazcamos o bien varoniles o bien femeninas. Hombre o mujer sin ninguna clase de otro género salvo un tercer factor que explicaré más adelante aportando un texto mío publicado. Nos quieren engañar diciendo que la mayoría lleva siempre razón. Eso es falso. la razón de las mayorías no siempre es la razón de la verdad. Las mayorías, por ejemplo, negaron en su tiempo que la Tierra fuese redonda, que la Tierra diese vueltas alrededor del Sol, que la sangre circulara por el cuerpo, que se pudiesen fabricas aparatos (aviones) que volaran por los cielos, etcétera, etcétera, etcétera. Al decidir la mayoría ignorante se entra en el famoso y falso relativismo general. Sin embargo lo obejtivo, en el sexo biológio, es lo que se pregona desde el Cristianismo: biológicamente nacemos o masculinos o femeninos. No se puede afirmar a la ligera que la Naturaleza se equivoca. No se equivoca la Biología natural sino que las demás desviaciones son producidas por la sociedad que vive continuamente haciendo lo que le viene en gana. Es necesario identificar bien qué es el sexo biológico. Desde el punto de vista de la Biología las necesidades sexuales del ser humano, como las de cualquier otro animal, son un "instinto sexual" y vienen a ser algo así como la necesidad de comer, la necesidad de respirar, la necesidad de realizarse como hombre o como mujer. La ciencia llama a esto libido. Libido deriva del latín "libido" que significa deseo. Los psicoanalistas lo definen como energía de la pulsión sexual. En realidad, durante la infancia no es que no exista (como dice Sigmund Freud) sino que está todavía sin florecer; ahora bien, al llegar la pubertad, se exterioriza siempre al convivir los jóvenes con las jovencitas. Es una irresistible atracción que un sexo ejerce sobre el otro sexo diferente. Sin embargo, lo más adecuado es saber controlar ese deseo en la pubertad para que luego se desarrolle con total normalidad en la época del noviazgo y se haga práctico (sin amabage alguno) al formarse una familia de un solo hombre casado con una sola mujer. Biológiamente hablando, se puede afirmar que el control de la pulsión sexológica es el que hace que sepamos mantener el equilibrio emocional haciendo que el estado libidinoso no pase a ser lujurioso (después hablamos de ello) sino que se caracteriza por la primacía de una zona erógena y de un tipo de relación de objetos sanamente sexuales. ¿Qué diferencia existe entre la libido en las etapas juveniles y la lujuria?. Lujuria es palabra que deriva del latin "luxuria" y se traduce como deseo y actividad sexual desmedidos y, si no sabemos controlar bien dicho deseo, caemos en el error de acabar pronto con esa especie de sueño que debemos saber desarrollar para hacerlo práctico cuando ya nos hacemos adultos y adultas y formamos matrimonio hombre/mujer. Ser precoz, sencillamente hablando, es perder rápidamente el deseo y puede caerse en graves errores biológicos. La palabra precoz deriva del latín "praecos, praecocis" y significa que se produce, se desarrolla o se madura antes de tiempo. ¿Qué sucede con una fruta que se madura antes de tiempo?. Normalmente se pudre enseguida. El sexo biológico, al igual que las frutas naturales, necesita tiempo para madurar sólo cuando llega la época de su maduración para estar en verdadera armonía con la sexualidad masculina y la sexualidad femenina. Con las flores pasa lo mismo; si las descuidas pronto se marchitan... pero si las riegas todos los días y las dejas seguir su ritmo normal, cuando llega su momento adecuado es cuando mejor color poseen y mejor aroma expelen. El sexo biológico tiene que ver tanto con la madurez del hombre (más tardía) como con la madurez de la mejor (más temprana) y por eso los mejores matrimonios son aquellos en que el hombre tiene unos cuantos años más que la mujer pero sin pasarse demasiado de dicho límite; aunque a veces haya sanas excepciones porque aquí si existe una pequeña relatividad y puede ser que ella tenga más edad que él pero, insisto, sin pasarse demasiado de dicho límite de unos pocos años nada más. Si realizas el sexo de manera descontrolada y antes de tiempo pronto llega la inapetencia sexual. E inapetencia significa disminución o falta de apetito (en cuanto al terreno de lo sexual). Y de la inapetencia a la impotencia sólo existe un corto paso. La sexualidad biológica, cuando las relaciones sexuales se practican a destiempo, suelen desembocar en impotencia, que significa incapacidad, orgánica o psíquica, del hombre para realizar el acto sexual normal, a consecuencia de unas inhibiciones que pueden darse en cualquier edad según haya sido la precocidaz indebida. Veamos ahora que nos informa Wikipedia de Internet sobre lo que es el sexo biológico. Wikipedia hace tres distinciones. A saber: 1.- Diversidad sexual: "La diversidad sexual es el fenómeno por el cual una especie animal presenta individuos de diferentes sexos, identidades sexuales y orientaciones sexuales. Normalmente este término se usa para referirse a la diversidad dentro de la orientación sexual, de hecho habitualmente se usa una clasificación simple de tres orientaciones: heterosexual, homosexual y bisexual, sin embargo según diversas teorías de la sexología, como la teoría de Kinsey y la teoría queer, esta clasificicación sería insuficiente para describir la complejidad de la sexualidad en la especie humana y también en el resto de especies según diversas investigaciones etólogas. Es decir, por ejemplo podemos encontrar sexualidades que se situarían entre las anteriores clasificaciones. Entre heterosexual y bisexual: preferentemente heterosexual o heteroflexible. Entre homosexual y bisexual: preferentemente homosexual u homoflexible. En otras palabras, se cree que dentro de la bisexualidad existe una gran diversidad de tipologías y preferencias que pueden responder a una motivación puramente biológica (sexuación del cerebro) o también puede estar influenciada por las circunstancias (abundancia de un sexo u otro, fuerte líbido, etcétera). De hecho, en este contexto podemos englobar la heterosexualidad y la homosexualidad dentro del conjunto de bisexualidades, como dos casos situados en los extremos de la preferencia (Escala de Kinsey). Según la sexología, y en especial en nuestra especie, la diversidad sexual incluye también a todas las formas de identidad sexual, tanto si son definidas como indefinidas (teoría queer). En este sentido, socialmente se reivindica la aceptación de cualquier forma de ser, con iguales derechos, libertades y oportunidades, dentro del marco de los derechos humanos. La población LGBT suele aprovechar las jornadas del Orgullo gay para reivindicar la visibilidad de la diversidad sexual". 2.- Identidad sexual: "Con el término identidad sexual se alude a dos conceptos bien diferenciados: primero, relativo a la identidad y a la sexualidad; segundo, más en relación con la experiencia interna de pertenecer a un sexo. En el primer caso, que no se abordará en este artículo, numerosas investigaciones se centran en la identidad sexual como el autoconcepto de cada persona según se relacionan el sexo, género, orientación sexual, identidad de género y el conjunto de habilidades con las que esta persona se desenvuelve en su vida y en relación a la sexualidad. De ahí hablaríamos de distintas formas de organizar la identidad sexual dado el extenso desarrollo histórico de distintas identidades. Por ejemplo, la transexualidad, el trasvestismo u otras manifestaciones de roles de género pueden constituir identidades sexuales, desde la Teoría Queer. Por otro lado, en el segundo caso, el cual se extiende en este artículo, la identidad sexual es la suma de las dimensiones biológicas y de conciencia de un individuo que le permiten reconocer la pertenencia a un sexo u otro, es decir, ser varón o mujer (ser macho o hembra)independientemente de la identidad de género (sentirse como varón o mujer) o su preferencia sexual (orientación o inclinación sexual). Este concepto está en estrecha relación con la identidad de género, hasta el punto de que con frecuencia suelen usarse como sinónimos. La formación de la identidad sexual es un proceso complejo que empieza en la concepción, pero que se vuelve clave durante el proceso de gestación e incluso en experiencias vitales tras el nacimiento. Existen muchos factores y bastantes combinaciones de los mismos que pueden llevar a la confusión, pero la tradición en la mayoría de las sociedades insiste en catalogar a cada individuo por la apariencia de sus genitales. Si, por ejemplo, socialmente se le asigna a una persona la identidad sexual de varón, pero sus genitales son de mujer, esta persona puede experimentar lo que se ha venido a llamar disforia de género, es decir una profunda inconformidad con el rol de género que le toca vivir. Algunos estudios indican que la identidad sexual se fija en la infancia temprana (no más allá de los 2 ó 3 años) y a partir de entonces es inmutable. Esta conclusión se obtiene generalmente preguntando a personas transexuales cuándo se dieron cuenta por primera vez que la identidad sexual que les había asignado la sociedad no se correspondía con la identidad sexual con la que se identificaban. Muchas personas nacen con combinaciones de rasgos de los dos sexos, debiendo afrontar las complicaciones que surgen cuando la sociedad se burla o escandaliza de su físico -lo que suele ocurrir con las personas intersexuales- o insiste en asignar a un individuo un sexo con el que no se identifica -lo que ocurre habitualmente entre las personas transexuales. En el caso de las personas transexuales, sus problemas suelen reducirse cuando pueden pasar por el proceso de reasignación de sexo, el cual incluye la cirugía de reasignación sexual, mal llamada "operación de cambio de sexo". Por otro lado la identidad sexual suele intentar diferenciarse de la orientación sexual, en la que pueden darse individuos heterosexuales, homosexuales, bisexuales y asexuales. De igual manera que la orientación sexual, la identidad sexual no se puede elegir. Equivocadamente, hay personas que definen la transexualidad con una homosexualidad extrema; es decir, según estas personas, una persona transexual ama tanto al otro sexo que acaba identificándose con él. Sin embargo, investigaciones en sexología de la Universidad Libre de Ámsterdam apuntan a que la identidad y la orientación sexual son hechos absolutamente diferentes, por lo que pueden darse personas transexuales con diferentes orientaciones sexuales. De hecho, hay estudios que indican que más de un 30% de la población transexual es homosexual o bisexual, muy por encima al 5% ó 10% que suele darse en la población no transexual. Probablemente hay tantas formas de entender la identidad sexual y la de género como humanos existen, sin embargo las sociedades tienden a clasificar en compartimentos inamovibles a los individuos y a asignarles roles a veces muy reducidos. Este etnocentrismo se pone de manifiesto al observar que en algunas sociedades existen otras clases de roles sociales; por ejemplo, los Hijra de la India son personas intersexuales y dentro de su cultura se les considera "el tercer sexo". A veces la frontera entre la identidad sexual y la identidad de género no se muestra muy clara. En este punto, la teoría Queer rechaza la categorización del individuo en categorías universales "homosexual", "heterosexual", "hombre" o "mujer". Según esta teoría, la identidad sexual de las personas son el resultado de una construcción social. De ser así no existirían papeles sexuales esencial o biológicamente inscritos en la naturaleza humana. Es decir, todas las identidades relativas a la sexualidad, género y/u orientación sexual son igualmente anómalas, ya que son un producto socio-histórico. La transfobia aún no ha sido integrada en el discurso público. Tradicionalmente, se ha visto la transexualidad como un problema psiquiátrico, la llamada disforia de género. Sin embargo, recientes investigaciones en neurociencia sobre cerebros de transexuales indican que la composición de éstos muestra a menudo la composición del sexo con el que se identifica el individuo en lugar de la del sexo de nacimiento. Esto apoya la teoría de que el cerebro de un individuo puede desarrollarse en un sentido diferente al de sus genitales, por lo que la transexualidad es de origen innato y no psicológico. La investigación también apoya las expresiones "hombre atrapado en el cuerpo de una mujer" y "mujer atrapada en el cuerpo de un hombre". En realidad, la discriminación hacia los/as transexuales está en estrecha relación con el sexismo y la homofobia. De hecho se correlacionan. Esta asociación se debe a que estas formas de discriminación se sirven de las mismas creencias o ideologías: la heteronormalidad. 3.- Tercer sexo: Los términos tercer sexo y tercer género sirven para describir individuos que se considera que no son ni hombres ni mujeres, al igual que la categoría social presente en aquellas sociedades que reconocen tres o más géneros. estado de no ser ni masculino ni femenino puede entenderse en relación al sexo, rol genérico, identidad de género u orientación sexual del individuo. En diferentes culturas (o para diferentes individuos), un tercer sexo o género puede representar un estado intermedio entre hombres y mujeres, un estado en el que se es ambos (algo así como "el espíritu de un hombre en el cuerpo de una mujer"), un estado en el que no se es ninguno, la habilidad de cambiar de género, o una categoría del todo independiente de lo masculino y lo femenino. Esta última definición es la favorecida por aquellos que argumentan por una interpretación estricta del concepto de "tercer género". Este término se ha empleado para describir a los hijras de India y Pakistán, los mahu de la Polinesia, los muxe Zapotecas de México y las vírgenes juradas de los Balcanes, entre otros. También es utilizado por muchos grupos e individuos para describirse a sí mismos. En Occidente, las personas lesbianas, gays, transgénero e intersexuales han sido descritos como pertenecientes a un tercer sexo o género, aunque algunos ponen objeciones a esta caracterización. El término "tercero" se entiende que suele significar "otro"; algunos antropólogos han descrito un cuarto, quinto, e incluso muchos más géneros. El tercer sexo en Biología: en los animales que presentan un dimorfismo sexual, un pequeño número de individuos de una población no se diferenciarán sexualmente en su desarrollo en cuerpos típicamente masculinos o femeninos. Esto puede denominarse hermafroditismo o (especialmente en humanos) intersexualidad. La incidencia varía de una población a otra y también varía dependiendo en cómo se entienden la masculinidad y la feminidad. La bióloga y teórica del género Anne Fausto-Sterling propuso en un artículo de 1993 que sería más adecuado hablar de cinco sexos en lugar de dos para describir los cuerpos humanos. Además de que, por la morfología del sexo, el biólogo transexual Joan Roughgarden argumenta que en algunas especies animales no humanas, puede haber más de dos géneros. Sugiere que con un sexo biológico determinado, pueden existir múltiples posibilidades de conducta al alcance de los organismos individuales. Especies con un sexo femenino y dos masculinos incluyen el ciervo que tiene dos formas masculinas, una con cuernas y otra sin, así como varias especies de peces como los pertenecientes al género Porichthys y el Oncorhynchus kisutch. Especies con un tipo de hembra y tres sexos masculinos incluyen el Lepomis macrochirus, donde cuatro tipos distintos en cuanto a color y tamaño exhiben comportamientos sociales y reproductivos diferentes, así como el Symphodus ocellatus, el Oreochromis mossambicus, un cíclido, y un tipo de lagarto, el Urosaurus ornatus. Especies con dos tipos de machos y dos tipos de hembras incluyen el gorrión de cuello blanco, en el que las formas masculinas y femeninas poseen bien rayas blancas, bien marrones. Los individuos de rayas blancas son más agresivos y defienden un territorio, mientras que los individuos de rayas marrones proveen más cuidados parentales. Un 90% de las parejas que crían son entre gorriones de rayas blancas y marrones. Finalmente, el mayor número de formas, «sexos» o «géneros» dentro de una especie se encuentra entre las utas, que tiene en total cinco formas: machos de garganta naranja, que son «ultradominantes, de alta testosterona», controladores de varias hembras; machos de garganta azul, que son menos agresivos y guardan sólo una hembra; machos de garganta amarilla, que no defienden territorios en absoluto y se agrupan alrededor de los territorios de los machos de cuello naranja; hembras de cuello naranja, que ponen huevos pequeños y son muy territoriales; y hembras de cuello amarillo, que ponen menos huevos y son más tolerantes entre ellas. Desde por lo menos la década de 1970, los antropólogos han descrito las categorías de género en algunas culturas en las que no podían realizar explicaciones adecuadas usando un marco de referencia de dos géneros. Al mismo tiempo, las feministas comenzaron a establecer una separación entre el sexo (biológico) y el género (social/psicológico). Teóricos del género contemporáneos suelen argumentar que el sistema de dos géneros no es ni innato ni universal. Un sistema de sexo/género que sólo reconoce las siguientes dos normas sociales ha sido denominado «heteronormatividad. Los hijra de la India, Pakistán y Bangladesh son probablemente la población del tipo «tercer sexo» más conocido y numeroso en el mundo actual - la organización de salud The Humsafar Trust basada en Bombay estima que hay entre 5 y 6 millones de hijras en la India. También tienen el nombre de aravani/aruvani o jogappa. A menudo, aunque de forma equivocada, llamados en inglés «eunucos», a veces nacen como individuos intersexuados o aparentemente masculinos, pero visten ropas femeninas y en general no se consideran ni hombres ni mujeres. Sólo un 8% de los hijras que visitan clínicas Humsafar son nirwaan (castrados). La fotógrafa británica Dayanita Singh escribiendo sobre su amistad con la hijra Mona Ahmed y las diferencias entre sus sociedades dice: «Cuando le pregunté si le gustaría ir a Singapur para una operación de cambio de sexo me dijo, "Realmente no entiendes. Yo soy el tercer sexo, no un hombre intentando ser una mujer. Es problema de tu sociedad el que sólo reconozca dos sexos." Movimientos sociales de hijras han realizado campañas para ser reconocidos como un tercer sexo y en 2005, los pasaportes de la India fueron modificados para tres sexos: M, F y E (para masculino, femenino y eunuco, respectivamente). Además del papel femenino de los hijra, existen también formas institucionalizadas de «masculinización femenina» en la India moderna. Entre los gaddhi, en la falda del Himalaya, algunas chicas adoptan el papel de sadhin, renunciando al matrimonio y vistiendo y trabajando como hombres, pero manteniendo nombres y pronombres femeninos. A finales del siglo XIX, antropólogos anotaron la existencia de un rol social similar en Madrás, el de los basivi. Sin embargo, el historiador Walter Penrose concluye que ambos casos «su estátus es más de "transgénero" que de "tercer género". Los kathoey (en inglés a veces llamados ladyboys) son habitualmente considerados como tercer sexo en Tailandia. Sin embargo, a pesar de que un número significativo de tailandeses ven a los kathoey como un tercer sexo, otros los ven como un tipo de hombre o como un tipo de mujer. El estudioso Sam Winter dice: Preguntamos a nuestros 190 [kathoeys] si se consideraban hombres, mujeres, sao praphet song [«un segundo tipo de mujer»] o kathoey. Ninguno se consideraba hombre y sólo un 11% se consideraba kathoey (es decir, 'no-hombre'). En cambio un 45% se consideraban mujeres, con otro 36% que se consideraba sao praphet song [...] Desgraciadametne no se incluyó la categoría phet tee sam (tercer sexo/género); posiblemente, si lo hubiésemos hecho, muchos hubiesen elegido ese término [...]. Alrededor de 50% [de los tailandeses no transgénero] los ve como hombres con la mente equivocada, pero la otra mitad los ve, bien como mujeres nacidas en el cuerpo equivocado (alrededor de un 15%), o como un tercer sexo/género (35%). En 2004, la Escuela de Tecnología de Chiang Mai destinó un baño para los kathoeys, con un símbolo masculino y femenino entrelazado en la puerta. A los 15 estudiantes kathoey se les pidió que llevaran ropa masculina, pero se permitió que llevaran peinados femeninos. Algunos escritores han sugerido que el tercer sexo surgió hacia el 1700 en Inglaterra: el sodomita masculino. De acuerdo a estos escritores, el hecho estuvo marcado por la aparición de una subcultura de hombres afeminados y sus lugares de encuentro (molly house), asi como un marcado incremento de la hostilidad hacia los hombres afeminados u homosexuales. Existen personas que se describen como «pertenecientes al tercer sexo» desde por lo menos la dćada de 1860, coincidiendo con la aparición de los escritos de Karl Heinrich Ulrichs, continuando hasta finales del siglo XIX con Magnus Hirschfeld, John Addington Symonds, Edward Carpenter, Aimée Duc y otros. Estos escritores se describieron a sí mismos y a aquellos como ellos como «invertidos» o de sexo «intermedio», que tienen deseos homosexuales, y sus escritos abogaban por la aceptación de tales sexualidades intermedias. Muchos de los precedentes que citan estos escritores pertenecen a la literatura de la Grecia clásica y sánscrita. En la Alemania del II Imperio, el término drittes Geschlecht («tercer sexo») y Mannweib («mujer hombre») también fueron empleados para describir a feministas -tanto por sus oponentes, como por las feministas mismas. En 1899 la novela Das dritte Geschlecht (El tercer sexo) de Ernst Ludwig von Wolzogen, las feministas son retratadas como «neutras» con características físicas externas femeninas, acompañada por una psique lisiada masculina. A lo largo de gran parte del siglo XX, el término «tercer sexo» fue una descripción popular de los homosexuales y las sexulalidades no conformistas, pero tras el movimiento de liberación gay de la década de 1970 y una creciente separación de los conceptos, el término cayó en desuso entre la comunidad LGBT y el público en general. Con la renovada exploración de la sexualidad que ha promovido los movimientos feminista, transgénero y la teoría queer, algunas personas han comenzado en Occidente a describirse como un tercer sexo de nuevo. Un movimiento social bien conocido de hombres que no se identifican como hombres ni como mujeres es el de Radical Faeries. Otras identidades modernas que cubren un terreno similar incluyen a los pangénero, bigénero, genderqueer, andrógino, intergénero, otros géneros (other gender) y de genero diferente (differently gendered). El término tansgénero, que se refiere a aquellos que cambian de género, es empleado cada vez más para referirse a un género subjetivo que no es masculino ni femenino -un ejemplo reciente está en el formulario de la Harvard Business School, que da tres posibles sexos: masculino, femenino y transgénero. Las culturas indígenas de América del Norte han sido muy relacionadas con múltiples sexos, y a menudo efectivamente tienen categorías sociales de sexos que son colectivamente conocidos como dos espíritus. Ejemplos individuales incluyen los winkte de la cultura lakota, las ninauposkitzipxpe («mujeres con corazón de hombre») de los pies negros y los muxe zapotecas en México. Varios estudiosos han debatido sobre la naturaleza de estas categorías, además de la definición del término «tercer sexo». Diferentes investigadores pueden caracterizar a los dos espíritus como alguien que cambia de sexo (gender-crosser), de sexo entremezclado (mixed gender), de sexo intermedio (intermediate gender) o perteneciente a un tercer o cuarto sexo diferenciado que no son dependientes del masculino o fememnino como categorías primarias. Aquellos (como Will Roscoe) que han defendido esta última interpretación, también defienden que los roles sociales de los dos espíritus no deben ser entendidos como los de un tercer sexo. El antropólogo Jean-Guy Goulet (1996) hace un resumen de la literatura existente. Para resumir: «berdache» puede referirse a una categoría de seres humanos masculinos que tienen un estatus social determinado distinto de la de hombre o mujer (Blackwood 1984; Williams 1986: 1993); una categoría de seres humanos masculinos y femeninos que se visten y comportan 'como miembros del sexo opuesto' (Angelino & Shedd 1955; Jacobs 1968; and Whitehead 1981); o categorías de seres humanos masculinos y femeninos que ocupan el bien establecido tercer o cuarto sexo (Callender & Kochems 1983a; 1983b; Jacobs 1983; Roscoe 1987; 1994). Sin embargo, Scheffler (1991: 378) ve entre los «berdaches» y «amazonas» de los nativos americanos «situaciones en los que a algunos hombres (más raramente mujeres) se les permite actuar, en cierto grado, como si fuesen mujeres (u hombres) y puede hablárseles como su fuesen mujeres (u hombres) o con un anómalo "el-ella" o "ella-el". Desde el punto de vista de Scheffler (1991: 378), los datos etnográficos citados por Kessler y McKenna (1978), y más recientemente por Williams (1986), proporcionan la prueba definitiva de que no se consideraba que esas personas habían cambiado de una categoría sexual (o en la terminología de Kessler y McKenna, de género) a otra, sino que sólo eran "mujeres" (u "hombres") de forma metafórica. En otras palabras, no tenemos que imaginar un sistema de sexos múltiples. Individuos que aparecían con la vestimenta o las ocupaciones del sexo opuesto, sólo eran miembros del sexo o género opuesto en sentido metafórico. El término «berdache», o también «bardaje», es considerado como muy ofensivo por muchos dos espíritus e indígenas por su origen histórico. Fue empleado por primera vez por los colonos europeos de forma despectiva, con el significado de un hombre sumiso y afeminado. El termino «dos espíritus» es un calco del inglés two-spirit creado en 1990 para expresar una identidad reconocida por muchos pueblos indígenas y es preferido habitualmente como la forma más respetuosa. En fin, como podéis fácilmente deducir de todo lo expuesto en Wikipedia, todas las variantes han aparecido una vez ya desarrolladas las civilizaciones humanas; luego quiere decir que, en principio, la Naturaleza sólo produjo, en sentido biológico, dos sexos: masculino y femenino que es como nacen todos los bebés niños y las bebés niñas. El "maremagnum" posterior, a causa de vicios y corrupciones sexuales, es lo que ha producido esta actual situación de caos sexual. No es producto todo lo que dice Wikipedia de la biología natural sino de la descomposición físicosensorial que han producido las desviaciones sexuales producidas por las mal llamadas civilizaciones históricas. En la Prehistoria no existía más que la clara espontaneidad natural del nacido como hombre y la nacida como mujer. Por eso me gusta más el texto que encuentro en el chat de Yahoo. Aura, de Ciudad Méxixo (México), pregunta: "¿Qué es el sexo biológico?. ¿Las diferencias entre hombre-mujer o sea las diferencias fisicas o la relación sexual o sea el coito entre hombre y mujer?. Ivanhoe, de Montevideo (Uruguay) responde: "Sexo biológico es el que heredas por los cromosomas sexuales que en el caso de las mujeres son X X y en el caso del hombre son X Y. Estos crosomas determinan las características secundarias que son las que saltan a la vista cuando ves a un hombre o una mujer. Sin embargo su sexo biológico no determina sus inclinaciones sexuales que dependen de factores más complejos que no está a mi alcance explicarte. ¡Espero haber sido lo suficientemente claro!. Esta es la mejor respuesta que se puede dar sobre este asunto; pero a continuación voy a transcribir mi texto titulado Sexo y Género: lo "dado" y lo "construido" que publiqué en Vorem.com.: "Los conceptos de sexo y género no son idénticos. Hay que diferenciar, en este caso, entre las semejanzas y las diferencias que existen entre ambos y la independencia que hay entre uno y otro. El Diccionario de la Lengua Española divide los sexos en dos: varón y mujer o macho y hembra. En el término género (que pertenece a la lingüística) se aprecian tres: masculino, femenino y neutro. He aquí, por tanto, una primera diferencia bastante esencial. Es a partir de los años 60 del siglo XX cuando surge el término género relacionado con la psicología y con la antropología. Mientras que sexo es concepto biológico, género es una construcción cultural que depende de los roles o estereotipos que en cada sociedad se asigna a los sexos. Una forma clara y sencilla de determinar lo biológico (sexo) es llamarlo "lo dado" y una manera clara y sencilla de determinar lo cultural (género) es llamarlo "lo construido". Desde el ámbito de la psicología se dice que el género muestra su origen en el terreno de lo histórico y lo social aunque presente innegables interacciones y solapamientos con la variable sexo a lo largo de su desarrollo; mientras que cuando se analiza el sexo en sus múltiples vertientes siempre se constata su raíz biológica aunque se le enmarque su desarrollo en el campo de lo social. Numerosos estudios han señalado el impacto del sistema constructor del género en la articulación del modernismo en la sociedad contemporánea; con respuestas complejas dentro del contexto general de los procesos socioculturales. Género es una construcción social que se basa en las diferencias sexuales. Hay que buscar identidades subjetivas y relaciones de poder entre los hombres y las mujeres para poder establecer ideas y valores normativos que maticen los roles masculinos y los roles femeninos en la sociedad actual. Es por eso que la construcción del género se edifica sobre estructura social y normas culturales que, por tanto, pueden ir modificándose ya que no son meramente biológicas como el sexo "dado" por la naturaleza. Resumiendo: hay que tener en cuenta factores sociales, culturales, históricos, económicos y políticos que no pueden relacionarse con visiones muy deterministas de signo simplemente biológico ni tampoco como elementos aislados de lo sociocultural. Porque intervienen en la construcción del género lo roles, las perspectivas individuales y colectivas, los marcos sociales, las formas de sociabilidad general y sensibilidad personal, los procesos de socialización y las propuestas multiculturales del modo de vida contemporáneo así como las modificaciones paulatinas que van surgiendo a partir de la mirada social con que se observen dichas modificaciones". Con esto dejo zanjadas todas las equivocadas opiniones basadas en errores de conceptos. El sexo biológico sólo es "hombre" o "mujer" (macho o hembra) mientras que el concepto género, que no es el concepto de sexo biológico (y así resolvemos el caos de las opiniones equivocadas) no es "dado" por la biología humana sino "construido" por las sociedades humanas. 9.2.- Las áreas del sexo. Mi opinión personal es que todo el cuerpo humano (sea de hombre o sea de mujer) tiene cargas físicosensoriales; de donde deduzco que cualquier parte del cuerpo humano sea de hombre o sea de mujer puede desatar sensaciones eróticas. Sólo consiste en acariciar o besar con dulzura o buscando el placer de dicho erotismo. Esa es mi sincera opinión y creo no equivocarme. Da lo mismo cual sea la parte de piel que estemos acariciando o besando pues todo el cuerpo completo (hombre o mujer) tiene cargas físicosensoriales que, al despertarlas a través de las caricias amorosas o los besos amorosos, ponen en funcionamiento al cerebro que reenvía sentimientos de erotismo. Pero también es necesario escuchar la sopiniones parciales de algunos estudiosos del tema; aunque insisito en que todo el cuerpo humano tiene capacidad sensitiva para despertar placer erótico-sexual. En primer lugar he encontrado un texto titulado "La pareja: mapa del cuerpo" que dice lo siguiente: "Nuestros cuerpos tienen zonas neutras y zonas muy sensibles, las zonas erógenas. Lugares especiales donde las caricias producen sensaciones únicas. No se trata de puntos arbitrarios: coinciden con aquéllos donde se concentra gran cantidad de terminaciones nerviosas, lugares que responden ante una estimulación adecuada y su inervación les concede una especial sensibilidad. La punta de los pezones y el clítoris en la anatomía femenina y el pene e incluso las tetillas en la masculina entran dentro de esa clasificación. Son zonas aceptadas como eminentemente erógenas. Todos podemos enumerar también las llamadas zonas secundarias, como el cuello, el centro de la espalda, las orejas, la garganta, los labios, la parte anterior de las piernas, la cola. ¿Toda estimulación de los pechos femeninos será entonces placentera?. A veces no. Una diferencia de milímetros, una presión excesiva, o simplemente una falta de predisposición de la receptora, modifican la respuesta. Además de las terminaciones nerviosas existentes e iguales para todos, está la historia individual de las zonas erógenas, un descubrimiento necesario que cada amante debe realizar sobre el mapa de su compañero/a. Una travesía a veces por caminos cerrados o dormidos, que sólo una actitud exploradora puede ir despertando, abriendo, como una forma de enriquecer la sensibilidad y, por ende, la intensidad de la acción. La piel mantiene registros de contactos y caricias con las personas que alguna vez nos quisieron, que nos hicieron sentir bien. Si alguien las repite podemos sentirnos amadas nuevamente. También puede suceder al revés: que quien repita los gestos de otro - ese otro privilegiado en el recuerdo - aparezca como un intruso. A todas nos sucede esto. Cada una de nosotras, inclusive sin saberlo, llevamos una red en la que cada nudo es un punto sensitivo y cuyo diagrama está siempre sin terminar. Encontrar ese recorrido y continuarlo requiere de nuestra disposición a dejar correr la imaginación del otro. También necesita de nuestra atención para atrapar las sensaciones que puedan brindarnos sus gestos y actos. ¿Se localizan en partes específicas los impulsos ardientes que nos desatan algunas personas? Recuerdo y supongo que todas debemos recordar que alguna vez alguien nos provocó una corriente tórrida, quemante e incontenible por todo el cuerpo. Sin poder definir exactamente por qué ni poder localizarlo en alguna parte en especial, todo nuestro ser respiró con otro ritmo y se dejó invadir por una sensualidad arrolladora". Si habéis leído todo el texto fijaos bien lo que dice al final (lo repito porque me parece muy importante): "Sin poder definir exactamente por qué ni poder localizarlo en alguna parte especial, todo nuestro ser respiró con otro ritmo y se dejó invadir por una sensualidad arrolladora". Esto me da la razón en gran parte de lo que yo opino. Veamos ahora el texto titulado "Zonas erógenas en ambos Sexos": "Se ha dicho bastante que el cerebro es la principal zona érogena del organismo. Metafóricamente es algo indiscutible y significa que, tanto a nivel bioquímico como mental, y en especial el encéfalo junto a la médula espinal, es donde se procesan todos los estímulos y sensaciones placenteras relacionadas con lo sexual, mezclándolos con la parte que viene del intelecto. Significa también que, sin la adecuada predisposición anímica, psíquica, ambiental y relacional, sin la adecuada confianza, deseo y cualidad de y hacia donde proviene ese estímulo, más la confluencia de lo que procede de otros sentidos, cualquier contacto de intención sexual no producirá excitación. Somos también cuerpo, además de cerebro/mente. El sexo involucra a ambos, y a todos los sentidos. Igual que ocurre en el plano psíquico y emocional, y en el resto de los sentidos, en el mundo de lo táctil el cuerpo humano deviene una especie de territorio por donde transita la experiencia erótica. Y en primer lugar, la autoerótica, pues como ya lo esbozó Sigmund Freud a finales del siglo XIX, es un medio fundamental de conocimiento de uno mismo y de relación con el ambiente y con los otros. Hay quien pueda objetar que esta erogenicidad es siempre dependiente del deseo ajeno, pero al hilo de los enunciados psicoanalíticos, quizá puede asegurarse que el cuerpo humano es intrínsecamente erógeno, y junto a los afectos y a la mentalidad, constituye la subjetividad de todo individuo. Dado que la piel, la capa más expuesta de ese cuerpo, posee una superficie de unos 18000 cm2 y comprende alrededor de millón y medio de receptores sensitivos, se puede decir por tanto que la superficie dérmica es el órgano sensorial más extenso del cuerpo humano. Atendiendo a los mensajes que envían al cerebro estos receptores nerviosos, intentaremos esbozar el mapa de este extenso territorio. Hablando en general, se suele entender a las zonas erógenas como todas aquellas partes del cuerpo humano, sobre todo las más externas -piel y mucosas-, especialmente capaces de proporcionar placer erótico o sexual al ser estimuladas con esta finalidad. Hablando en particular, la importancia de cada una de estas áreas corporales en la respuesta sexual no coincide para todas las personas. Para algunas, se ciñe principalmente al área genital y a unas pocas más. Para otras, prácticamente todo el cuerpo es una zona abierta a experimentarse como erógena. Además, todos estamos condicionados por una especie de registro que nuestro cerebro/cuerpo guarda, de aquellas áreas que en la infancia, o en el pasado, nos hicieron sentir especialmente bien -o no fueron nunca acariciadas o estimuladas-, de lo cual podemos buscar la repetición o la evitación, inconscientemente. Obviamente están ahí para ser estimuladas y, como hemos dicho, procurar estímulo erótico, el cual probablemente derivará en un intercambio sexual. El cual, a su vez, puede posibilitar la reproducción. Pero esto es un esquema biologista quizá demasiado simple. Igual que tenemos unas manos no sólo para recoger alimentos, sino para tocar el piano, tejer, conducir, etc., la piel tiene otras funciones además de servir de caparazón protector y transpirador. No tiene mucho sentido decir que esto es algo aleatorio, cuando existen indicios de que la misma evolución ha destacado atributos y funcionalidades erótico-sexuales en los humanos, más allá del objetivo reproductor, clara y significativamente en comparación con otros primates. No sólo esta cualidad de la piel y mucosas, sino su aspecto y escasa vellosidad, el volumen de senos y nalgas en la mujer, la longitud y vistosidad del cabello también en la mujer, la capacidad de desear tener sexo en cualquier época del año -sin ciclos de celo concretos-, o el tamaño y vistosidad de los genitales masculinos son ejemplos. El mismo diseño o evolución biológica, probablemente, se ha enfocado hacia la potencialidad de vivir todo el cuerpo como erógeno, en especial su capa exterior o dérmica, provista de infinidad de receptores y transmisores nerviosos de sensaciones hacia el cerebro. Puede pensarse por tanto que todos poseemos tal potencialidad y que, quizás, no la desarrollamos del todo por condicionamientos represores culturales y psicológicos. Cada vez más estudios de sexualidad evolutiva concluyen que todo este realce de erogenicidad y sexualidad, confirma la posibilidad de que la sexualidad humana haya sido orientada evolutivamente no sólo hacia la reproducción, sino también hacia un componente lúdico o, quizá, como observamos en nuestros parientes los chimpancés bonobos, hacia un elemento de unión, apaciguamiento y conciliación entre los individuos del mismo grupo. Conocer la existencia de las más importantes de estas zonas, así como la forma más adecuada de estimularlas -o al menos, la claramente inadecuada-, tanto en uno mismo como en la otra persona o en el otro sexo, es importante para vivir satisfactoriamente una relación sexual. A menudo se define como un arte, y se llega a comparar al cuerpo humano con un instrumento que hay que aprender a tocar. Pero no debe tomarse como una cuestión meramente técnica. Estar demasiado pendiente de lo técnico, puede llegar a arruinar cualquier experiencia sexual, la cual es bueno que esté regida siempre por la espontaneidad y la creatividad. Lógicamente no hay que intentar estimular todas las zonas simultánemente, lo que es imposible. Más que obsesionarse con estas cuestiones, lo ideal es observar las reacciones de la otra persona a los estímulos que le dedicamos, tomar nota de las señales que nos envía, pedirle que lo verbalice cuando convenga, e ir rectificando e innovando sobre la marcha, y con el tiempo ir creando una o, mejor, varias secuencias ideales de zonas a estimular. Si cada persona es un mundo, también lo es cada cuerpo. En las sociedades llamadas occidentales o modernas, se destaca un tipo de cuerpos sobre otros, se estereotipa y se presupone unas formas por desgracia demasiado concretas y excluyentes de percibir y sentir a la otra persona, lo cual llega a penetrar en el ámbito de lo sexual, empobreciéndolo. Incluso el propio deseo sexual llega a estar mediado por esto. En los medios de información y propaganda en estas culturas consumistas, se ensalza unos modelos de cuerpo con unos parámetros concretos de dimensiones, formas y tamaños, así como unas formas concretas de relacionarse e intercambiar estímulos placenteros con esos cuerpos ideales. Esta contínua idealización lleva a la pérdida casi total del conocimiento corporal, tanto propio como ajeno -con toda su diversidad-, falta la contemplación de la desnudez real en los otros y, por qué no decirlo, de la visión real de otras personas relacionándose erótica y sexualmente, todo lo cual constituía en otros tiempos una fuente fundamental de conocimiento corporal y de desmitificación acerca de la sexualidad. Una consecuencia grave de este empobrecimiento es que infravaloramos la propia capacidad para sentir o provocar deseo sexual, el cual es uno de los puntos clave que nos define como seres humanos, sentimos incomodidad frente a la intimidad, y nos convertimos a menudo en individuos neuróticos, obsesivos, impulsivos, retraídos o torpes. La textura general que conforma este mapa está dominada en su mayor parte por la piel. Si ésta tiene un aspecto limpio, terso y saludable o, según los gustos, además muy blanca, o morena, o rosada, por sí sólo esto puede producir un impacto de gran sensualidad. Para la mayoría de personas los gentiales es el área erógena por excelencia. Sin embargo, en este aspecto existe también una importante minoría que no lo vive así. Es donde se concentran la mayoría de terminaciones nerviosas productoras de placer típicamente sexual. Su único estímulo directo a veces basta para proporcionar las suficientes sensaciones eróticas que quizá van a inducir luego al coito. Sin embargo, su estímulo demasiado directo puede también provocar el efecto contrario, de rechazo o extrañeza ante la posibilidad cercana del coito o del clímax, lo que será más cierto aún si además se proyectan complejos u obsesiones sobre estas partes íntimas. Por eso, en la relación sexual y sus prolegómenos, es más que aconsejable dejar su estimulación para el final, tras un recorrido o secuencia que explore antes otras zonas y despierte la adecuada excitación. Dentro de estos órganos, pueden aún diferenciarse áreas especialmente erógenas: En el hombre, el pene y los testículos, y en especial la zona ventral del pene (opuesta a la dorsal), el frenillo y el escroto, y como zonas más sensibles el glande y su corona. Generalmente se prefiere la estimulación oral sobre otras, y hay actuar con cierta delicadeza, pues tanto testículos como glande son muy sensibles en algunos hombres. En la mujer, en general, toda la vulva, desde el monte de venus hasta los labios interiores. En especial, la propia obertura vaginal y, dentro de ésta, su primer tercio y su cara anterior, donde también se halla el denominado punto G -no estimulable de igual modo en todas las mujeres-. Respecto a clítoris y labios vulvares -en especial la parte interna de los labios interiores-, las partes más sensibles y con más terminaciones reviosas, se suele preferir también el estímulo oral a otro tipo. Sí, seguramente habría que decir ‘el resto del cuerpo' y ya está, pues prácticamente cualquier punto de nuestra piel y órganos externos es susceptible de reaccionar positivamente al contacto y estímulo sexuales directos. O cualquiera de nuestros sentidos -el del olfato, en especial, parece tener conexiones muy directas con nuestro cerebro profundo, y en algunas personas deviene toda una zona erógena-. Y no sólo la piel siente cuando la tocan, sino que también percibe la sutileza de temperaturas, texturas, y vibraciones que disparan toda una amplia gama de sensaciones sexuales. Aunque no seamos conscientes de ello, cuando dos cuerpos se entrecruzan, el olor, el tacto, la compatibilidad de las pieles determinan la atracción o el rechazo más que cualquier otro elemento. Sentir todo esto a la vez es una clara potencialidad, hecha realidad en unas pocas y, quizá, afortunadas personas. Lo habitual, sin embargo, es que lo que resulta placentero para una persona, no lo sea para otra, el mapa erógeno se dibuja no tanto en base a unas zonas más sensibles que otras, sino respecto a diferentes formas de sentir y aproximarse al sexo. Aún así, hay las suficientes coincidencias como para trazar una serie de áreas erógenas comunes. Hay quien las diferencia entre propias de mujeres y propias de hombres. Pero en realidad son más las coincidentes que las diferentes. Vamos a destacar algunas de las más singulares, con breves comentarios añadidos, listadas simplemente recorriendo el cuerpo de arriba abajo, aproximadamente. La forma concreta de estimularlas depende de cada uno: con la mano, dedos, lengua, labios, dientes, succionando, etc. Con simples roces, suavemente, con firmeza, etc. Por supuesto, no todas estas zonas resultan erógenas para todo el mundo. Hay incluso personas que sienten repulsión a recibir estímulo en algunas de ellas. El masajeo suave o dedicado de la cabeza, o simplemente enredar los dedos en el cabello, conduce generalmente a la relajación o a sentimientos románticos, y puede ser bueno para sacar tensiones en los preliminares, así como para ayudar a distenderse más al final de la relación. Por otro lado, los cabellos pueden recibir a veces fuertes estirones, sentidos en general como muy excitantes durante el pleno acto sexual. De nuevo puede esto tener connotaciones animales o atávicas. En especial el lóbulo, pero también la cavidad del pabellón auricular y la zona dorsal, son muy sensibles en algunas personas -hay quien dice que un poco más en los hombres-, tanto en los preliminares como en pleno acto sexual, y más mediante estimulación oral, por ejemplo succionando el lóbulo, introduciendo la lengua o mordisqueando suavemente. Si hay pendientes, aros, etc., éstos o su extracción pueden dar también un poco de juego. Lógicamente, también puede recibir estímulo vocal, mediante el susurro de palabras adecuadas. En cuanto a ojos y párpados, un estímulo suave de estos delicados órganos, generalmente en forma de besos sobre los párpados cerrados, contribuye tanto a la relajación como a la sensibilización de otros nervios, lo que tal vez favorece la finura de la percepción de otras sensaciones en general. Naturalmente, los ojos encarnan por sí sólos el sentido de la visión, en sí toda otra zona erógena. Por ejemplo, mirarse fijamente durante el acto sexual puede incrementar la pasión y ayudar a conseguir un orgasmo más intenso. Boca, labios y lengua. Hay ahí muchas terminaciones nerviosas, lo que propicia gran sensibilidad a una amplia gama de estímulos, desde muy leves a medianos. El beso es sin duda el estímulo estrella en esta zona, pues depara una amplia gama de sensaciones, se sensibiliza incluso más durante el encuentro amoroso, despierta la sensibilidad en otras zonas y es uno de los mejores medios tanto de excitación sexual como de vínculo emocional con la pareja. Pueden usarse además para estimular zonas corporales de la otra persona, en especial da mucho juego activo la lengua. Hay quien dice que a los hombres les gusta más que a las mujeres sentir la humedad de labios y lengua en las partes erógenas de su cuerpo. Nuca, cuello y hombros. Quizá por ser una zona donde se concentran varios nervios que van o vienen del cerebro, resulta especialmente sensible para muchas personas, llegando a producir escalofríos de placer. Las sensaciones a nivel psíquico son muy variadas, yendo desde la confianza a la sumisión. Tienen un claro componente atávico, pues muchos animales machos sujetan o muerden a las hembras por la nuca antes y durante el acto sexual. Hay que tener cierto tacto y hacerlo en el momento apropiado, de otro modo, sobre todo en el cuello, puede sentirse cosquillas y risa. Espalda. Quizá por estar recorrida por la columna vertebral, es una zona ramificada con diversos nervios, los cuales pueden esitmularse de formas e intensidades diversas y aplicando cierta creatividad. Manos, dedos, bocas, lenguas y hasta uñas pueden tener aquí su papel. Hay quien dice que es mejor masajear en sentido vertical -ascendente o desdendente-, otros que en círculos, pero lo mejor será siempre la creatividad, la intuición y observar lo que más gusta. Las connotaciones psíquicas pueden tener ahí un cariz de acercamiento, ternura, acogida y confianza. Sobre la zona del hueso sacro, en la unión de espalda con nalgas, se concentra un poco más de sensibilidad, así como en la cercanía del cuello. Pechos/senos y pezones. Pese a la aparente diferencia de volumen entre hombres y mujeres, la zona suele ser altamente sensible en ambos, tanto en los preliminares como durante el acto sexual. Durante el coito a veces funcionan estímulos más fuertes que en los juegos previos, incluyendo mordiscos o estiramientos en los pezones, naturalmente sin sobrepasarse. Con los pezones ocurre como con el glande del pene y el clítoris: no suele resultar agradable ir directamente a ellas. En muchos hombres los pezones son sumamente sensibles. El mayor volumen en las mujeres permite explorar algo más, a veces gustan las carícias por su zona inferior, a veces presionando por el pezón y rotando a la vez directamente todo el seno, por ejemplo con dos dedos juntos. La estimulación oral sobre senos y pezones permite también una cierta creatividad -succionando, lamiendo, besando, mordisqueando, soplando aire, etcétra. Los senos son una zona importante, bastante conectada con lo sexual/genital, de modo que un buen amante por ejemplo intentará estimularlos simultáneamente a la penetración o estimulación genital. Curiosamente, existe un porcentaje significativo tanto de hombres como de mujeres a quienes más bien les disgustan los estímulos en esta área. Interior de codos/rodillas, y axilas. Es una de las zonas que más difiere de una persona a otra. Igual que ocurre en el cuello o en el ombligo, en algunas produce toda una mezcla de sensaciones, más bien chisposas, y en otras nada especial, o incluso cosquillas o risa. Abdomen/Ombligo. En algunas personas su estímulo no provoca nada especial. En otras, resulta ser un punto especialmente sexual, mejor en los preliminares y aplicando besos o roces suaves, quizá por su proximidad a los genitales. No sólo con las manos, con todo el cuerpo u oralmente, sino que además esta zona suele recibir estímulo de objetos externos, como alimentos, hielo, etc. Puede tener también, a nivel psíquico, connotaciones de relajación, seguridad o entrega mútua. Un contacto o presión inadecuada sobre el hueso ilíaco puede provocar a veces reflejos de risa. Manos y sus dedos. Aparte de ser un medio para estimular y explorar zonas de la otra persona, las manos ayudan fuertemente a transmitir y recibir sentimientos, tales como la confianza. Al disponer de afinadas terminaciones nerviosas, los dedos pueden recibir también estímulos excitantes, tanto por presión como p.e. por succión, provocando esto último en la psique un efecto simbólico de penetración coital. Cintura y cadera. Los estímulos en esta área deparan vrios tipos de sensaciones. Durante la seducción o los juegos eróticos, caricias suaves o un acompañamiento o agarre con una o ambas mano incrementan la sensualidad, la sensación de ‘moverse hacia algo más sexual', quizá por ser éste el punto central de articulación o flexibilidad de todo el cuerpo. Igualmente en pleno acto sexual, especialmente acariciando o sujetando con las manos, fuerte o suavemente, puede tener connotaciones psíquicas de posesión, de dejarse llevar. Nalgas, ano y perineo. El perineo o zona situada entre los genitales y el ano, así como éste mismo, es altamente sensible en muchas personas, quizá porque irriga la zona genital propiamente dicha, por lo que su estímulo ayuda a prepararla para el coito y el orgasmo, o directamente a precipitar este último. Debido quizá al ‘diseño evolutivo' del que hablábamos antes, las nalgas son especialmente productoras (visualmente) y receptoras de sensaciones eróticas, y quizá porque no contienen demasiadas terminaciones nerviosas, aceptan a menudo palmoteos o una presión fuerte agarrándolas con las manos, lo que puede incrementar la sensación de intensidad durante el acto sexual. Deslizar una mano o dedo por la hendidura entre nalgas resulta a menudo muy sugerente. El estímulo del ano, ya sea manual u oral, resulta más placentero cuando ya existe una buena excitación. Sin embargo, en muchos hombres estas zonas -ano y perineo- son rechazadas como receptoras de erogenicidad propia, por un condicionamiento mental que les lleva a asociarlas con la homosexualidad, a la que ven como una amenza a su masculinidad. Interior de los muslos/tobillos, o interior del antebrazo/muñecas. Son zonas blandas recorridas por nervios importantes. Las carícias suaves en el interior de antebrazo o de muslos suelen ser altamente erógenas, p.e. ascendiendo lentamente hasta las ingles, también como anticipación de un posterior acercamiento a la cercana zona pectoral o genital. Demasiado suave puede producir a veces cosquillas. Un estímulo o presión manual de intensidad media a fuerte, en muñecas y tobillos, tiene también a nivel psíquico connotaciones de posesión. Pies y sus dedos. Hay ciertas diferencias con respecto a las manos. Al ser las extremidades que nos sustentan durante todo el día, suelen estar muy cargadas de tensión, por lo que son altamente sensibles a manipulaciones con intención relajante, tras lo cual se convierten también una vía muy abierta -y a menudo muy poco explorada- de sensaciones eróticas, mediante caricias, besos, lametones, etc. Como en las manos, sus dedos tienen también muchas terminaciones nerviosas, por lo que funcionan bien ahí los cálidos estímulos orales". Ya está abundantemente explicado el asunto. Como véis coinciden los grandes expertos en los mismo que afirmé al principio: depende de cada ser humano cuáles son sus puntos de la piel que más carga erógena poseen porque todo el cuerpo tiene capacidad para ello. Entonces... ¿cómo saber qué es lo que más le gusta a la otra parte de la pareja hombre/mujer para sentir excitación previa al coito?. Esto es muy importante saberlo para tener una relación sexual completa y no como tantos -especiamente hombres- que buscan rápidamente el coito sin haber pasado por todo lo anterior: despertar sensaciones eróticas en la otra parte de la pareja. En fin, que la mejor manera de tener relaciones sexuales dentro de un matrimonio (y sigo insistiendo en que sólo dentro de un matrimonio porque soy cristiano pero que cada cual crea lo que libremente desee creer) es hablar con ella o con él y preguntarle cuáles son su partes más erógenas y también se pueden descubrir mientras estamos realizando las caricias y los besos del juego amoroso anterior a las relaciones sexuales incluso en la época llamada del noviazgo que sirve precismante para conocernos en todas nuestras dimensiones humanas si somos seres normales. La etapa del noviazgo debe aprovecharse para iniciarse en estos conocimientos que, después, tras habernos casado con ella, podemos desarrollar ya con total amplitud. En resumen, que antes de casarnos con la mujer de nuestros sueños (o el hombre si se trata de una mujer) lo que debemos ir aprendiendo es todo aquello que le gusta o le disgusta a la otra parte de la pareja y, entre ello, por supuesto lo relacionado con el sexo. Es como saber si le gusta ir a ver un partido de fútbol, hacer una excursión montañera, nadar en un piscina pública o privada, comer en un restaurante chino, jugar a las cartas, montar en bicicleta o cualquier otra cuestión que se os ocurra preguntarle para conocerla bien o conocerle bien... y no caigáis en la trampa de ir a la cama por desesos de de él o de ella (abundan mucho más los hombres que emplean este truco) diciendo eso de "para conocernos bien" y después, cuando han conseguido, engañando a ella o a él, lo que buscaban ya se sabe aquella frase de "si te he visto no me acuerdo". No caigáis en ese error. Si él (y algunas veces ella) quiere tener relaciones sexuales contigo lo primero que debe hacer es conocerte como una persona total e íntegra y, para ello, la única forma noble que existe es a través del matrimonio y su compromiso de estar unidos hasta el final. Siempre insistiré en este punto pues me parece muy importante o importantísimo para que luego no sucedan los fracasos emocionales y las crisis neuróticas que aparecen tras el abandono o la ruptura por parte de él o de ella. Vale más una decepción a tiempo (cuando todavía no ha habido relación sexual) que un arrepentimiento a destiempo. Si quieres valorarte como persona y quieres que la otra parte de la pareja hombre/mujer te trate como persona y no como mero objeto sexual ya sabes cual es el verdadero camino a seguir... porque lo otro... lo de "vamos a la cama para conocernos bien"... además de no ser verdad es una verdadera estafa sentimental cuando te lo proponen antes del matrimonio. Complemento para cerrar el asunto: "Un hombre desnudo es un acento circunflejo con aires de inveterada soledad. Es una expresión bucólica de órgano en ignición. Un hombre desnudo es una sensación de concupiscente inocencia perdida en el contexto de su lucidez. Un hombre desnudo suena a canto de jilguero ensimismado frente al espejo de su debilidad. Es un sexo disfrazado de conciencia que se entretiene en buscar palabras de erótico entretenimiento. Un hombre desnudo es mucho más abierto que los gabanes de la hibernalidad. Un hombre desnudo es, en definitiva, una respuesta cierta a la semiótica varonil. (Reflexión surgida tras leer a Antonio Gala y Rosa Montero). Termino dando unos apuntes sobre los llamados Punto G y Punto M. ¿Qúe es el punto G y qué es el Punto M?. Según Wikipedida: El punto de Gräfenberg, más conocido como punto G -llamado así en honor del ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg-, es una pequeña zona del área genital de las mujeres localizada detrás del pubis y alrededor de la uretra. Es la uretra esponjosa o parte de ella, donde se encuentran las glándulas de Skene y puede provocar altos niveles de excitación sexual y fuertes orgasmos. El término fue acuñado en 1981 por los doctores John Perry y Beverly Whipple. La falta de investigaciones científicas de la sexualidad femenina ha generado una controversia acerca de la propia existencia del punto G. En un estudio llevado a cabo por el King's College de Londres, un cuestionario sobre costumbres sexuales fue enviado por correo a mujeres mellizas y gemelas idénticas; y la mitad de las mujeres respondió que pensaba que poseía este punto G, mientras que la otra mitad creía que no. Los resultados de la encuesta han sido objeto de crítica por su falta de rigor científico al tratarse de un estudio basado en un cuestionario. En 2008, la revista Journal of Sexual Medicine publicó los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Aquila que afirmaba que se podría determinar el tamaño y la forma de la capa que está detrás del muro vaginal principal, lugar donde estaría localizado el punto G, mediante una exploración de ultrasonido". En cuanto al punto P, el blog Fantasy dice lo siguiente sobre el Punto P masculino: "Según la ciencia medica occidental y muchos sexólogos acreditados, afirman que al interior del conducto anal masculino, hay una zona similar al que poseen las mujeres de tacto rugoso que se diferencia de los tejidos que lo rodean. Es posible encontrar esta zona penetrando en el recto y tanteando la pared frontal, a esta zona rugosa se le llama glándula prostática, relacionada fisiológicamente con el proceso de producción seminal y de eyaculación. Esta glándula, exclusivamente masculina, la estimulan los hombres; la fricción constante con la próstata produce en el hombre un intenso orgasmo de eyaculación involuntaria y fuertes espasmos. Otra de las formas con las que se puede generar un orgasmo en los hombres es haciendo una pequeña presión o masaje en la zona del periné (zona entre el ano y los testículos) o directamente al presionar tal glándula con el dedo índice". Nota Aclaratoria: Si bien he traído al conocimiento de mis lectores y lectoras esto del Punto G femenino y Punto P masculino, para nosotros los cristianos no tienen ninguna importancia especial. Pero tampoco consideramos que sea un pecado si las dos partes del matrimonio hombre/mujer se ponen de acuerdo en usarlos; porque los verdaderos cristianos y las verdaderas cristianas somos, como personas, normales y nos comportamos como seres normales y, en cuanto a nuestra sexualidad, somo personas hormonormales y nos comportamos como seres hormonormales. 9.3.- Las sensaciones sexuales. Permítanme iniciar este asunto transcribiendo dos poemas míos escritos en Vorem.com y cuya creación pertenece a mi primera juventud: "Ya no existen nuestros cuerpos / ni existen las soledades. / Se han fundido en un abrazo / tras los opacos cristales / que, anegados con la lluvia, / expanden su resplandor / y brillan los vegetales / que reverberan verdor. / Nuestros cuerpos redimidos / mientras la lluvia resbala / se han unido en un abrazo / en la esperanza del alba./ Hundidos en el horizonte / por donde nace el sol / y brillan los vegetales / que reverberan verdor. / Ya sólo existen silencios / en medio de las sensaciones. / Sólo existen los latidos / de vivas palpitaciones / que galopan mientras se abren / los pétalos de una flor / y brillan los vegetales / que reverberan verdor." El segundo poema es este otro: "Siempre sueña con la luz / del farol de su existencia; / suave roca... / suave mar... / suave luna que presencia / a la barca que navega / en las aguas del amor. / Suave sueño de farol. / En la borda hay un marino / con recuerdos de mujer; / suave roca... / suave mar... / suave carta de papel / que refleja a medianoche / las palabras del amor. / Suave sueño de farol. / Las gaviotas planeando / en la playa de Benín: / suave roca... / suave mar... / suave aroma de jazmín / que envuelve entre fragancias / los recuerdos del amor. / Suave sueño de farol. / A la izquierda está Gbekeko / y a la derecha Forcados; / suave roca... / suave mar... / suave oleaje a los lados / como promesas de amor. / Suave sueño de farol. / Y un mundo de sensaciones / reclamando libertades; / suave roca... / suave mar... / suave canción de corales / que extiende en la bahía / sus ilusiones de amor. / Suave sueño de farol.". El autor de ambos poemas (que en este caso soy yo mismo) está mostrando que, dentro de la fidelidad total a la otra parte de su matrimonio hombre/mujer las sensaciones sexuales pasan siempre por ser, en principio, sensaciones amorosas (del amor hombre/mujer hablaré en otro capítulo) y así vemos cómo en el primero de los poemas el abrazo no se refiere a una simple amistad sino a algo mucho más profundo y por eso expone "hundidos en el horizonte al salir el sol" o sea, que ha habido una noche entera de sensaciones sexuales que han surgido primero de las sensaciones amorosas para luego tomar matices de sexo atraido por el sexo diferente (de hombre a mujer) y de ahí que haya definido la escena con el color verde de la esperanza. Y es que la esperanza es la antesala de la fidelidad eterna a la compañera de matrimonio cuando se trata de una pareja cristiana. En el segundo poema indica que ni la distancia, por mucho que exista temporalmente por causas ajenas a la voluntad de ambos, elimina la fidelidad y que es precisamente en la lejanía circunstancial donde más se pone a prueba la relación sensorial y sensitiva hacia la mujer a la que se ama. Todas las figuras simbólicas que usa en este segundo poema están hablando de comunicación interpersonal con la esposa y esas sensaciones sensitivas son las del recuerdo de las sensaciones sexuales. Podría extenderme mucho más en el análisis de ambos poemas pero me basta con volver a repetir que en un matrimonio verdaderamente cristiano lo que prevalece siempre es la profunda fidelidad tanto en la cercanía (el abrazo que nos llena de sensaciones emocionales y sensitivas antes de las sexuales propiamente dichas) como en la lejanía (a través del recuerdo -sueve sueño de farol dice el poema- de dichas sensaciones en toda su completud y complejidad que es, sin embargo, algo profundamente sencillo cuando se mantiene el juramento dado de fidelidad eterna). Así que, partiendo de esos puntos de origen (la cercanía y la lejanía pero siempre la unidad de ambos en un sólo cuerpo) vamos a ver qué dicen algunas fuentes sobre las sensaciones sexuales que, para ser más claros, son los llamados, coloquialmente hablando, orgasmos. ¿Qué es el orgasmo?. Según definición de la Real Academia de la Lengua Española, el orgasmo, en cuanto a sensación sexual se refiere, es palñabra derivada del griego ὀργασμός, y puede significar dos cosas: culminación del placer sexual y exltaciñon de la vitalidad de un órgano. Se me ocurre trae aquí un ampplio texto que hse ha publicado en la página internautica www.consultasexual.com: "Muchas mujeres con vida sexual activa y otras que todavía no la inician, se preguntan ¿qué es el orgasmo? y la verdad no es fácil dar una respuesta, así que vamos a mencionar los principales aspectos del orgasmo femenino. Para empezar, diremos que para iniciar una situación sexual, todo empieza con estímulos que entran por los sentidos, por ejemplo, vemos a alguien, que nos parece agradable a la vista, o nuestra pareja se ve bien ese día, y solo empieza una leve sensación de agrado: Nos dicen algo que nos gusta; nos tocan de una manera que nos agrada; la otra persona huele bien,sus besos saben rico, etcétera. A esto le llamamos Estimulo Sexual Efectivo, pero todo esto se encuentra en la parte psicológica de las personas, ya que no a todos nos gusta el mismo estímulo, o lo que para una persona es atractivo, para otra no, así que los estímulos se vuelven atractivos para cada persona en particular. Posteriormente, el cuerpo y la mente se unen para dar paso a lo que conocemos como fase de Excitación, en esta fase existen muchos cambios a nivel del organismo, por ejemplo, en la mujer se produce la lubricación y en el hombre la erección, se aumenta el calor del cuerpo, se aumenta el ritmo cardiaco, cambia el ritmo de respiración, se enrojece la piel, etcétera. Al seguir con los estímulos sexuales, por ejemplo las caricias, los besos, las miradas, las palabras y otras causas más, la excitación va subiendo hasta que aparecen las ganas en el hombre de penetrar y en la mujer las ganas de ser penetrada. Para este momento las caricias, los besos, las palabras y todas las acciones sexuales ya son muy intensas. Esta fase se conoce como Meseta. El siguiente momento sexual es el del Orgasmo, para posteriormente entrar en la etapa de volver todo a las condiciones en que se inició un evento sexual. Esta es una explicación muy breve de la respuesta sexual de una persona, solo para ubicar en el contexto adecuado al orgasmo. Pero y ¿qué es el orgasmo? Podemos iniciar diciendo que es un proceso complejo que involucra la mente y el cuerpo. Como ya vimos, la mente de la persona recibe estímulos sexuales y su cuerpo reacciona, los estímulos se procesan tomando como base lo que se ha aprendido durante su vida (tanto lo bueno como lo malo) y la capacidad sexual causa que el cuerpo responda a esos estímulos. A través del cerebro, se inicia el proceso de excitación sexual como respuesta a los pensamientos sexuales, a los estímulos visuales (viendo a la pareja, o parte de su cuerpo), estimulas auditivos (escuchando las palabras de la pareja, o su respiración), estímulos del olfato (el olor del cuerpo de la pareja, o su perfume) y gustativos (el sabor del cuerpo de la pareja, que empieza con el sabor de su boca). Posteriormente las caricias se ubican mas hacia los genitales, senos, piernas, cadera...., ya con la intención de provocar una sensación de placer, usando todo tipo de estímulos, tratando de conseguir el placer propio y el de la pareja. Para lograr que el orgasmo se produzca es indispensable que la mente y el cuerpo trabajen juntos. Esta es una de las bases que no siempre permiten el orgasmo, en otras palabras, es cuando el cuerpo esta en un lugar, pero la mente no se concentra, lo cual no permite lograr el orgasmo. Es más, muchas mujeres con solo el pensamiento pueden lograr llegar al orgasmo, pero el orgasmo es una sensación corporal, lo que quiere decir que si bien está en la mente, se siente en el cuerpo. La estimulación y la excitación pueden originarse en la mente o en el cuerpo, pero el orgasmo toma lugar en los dos, principalmente en sensaciones en el cuerpo. Uno de los grandes enemigos del orgasmo en la mujer, es que al llegar a la adolescencia, en ocasiones sin saber cómo ni por qué, ya saben que cualquier respuesta sexual es mala, lo cual se aprendió a través de mensajes directos o indirectos que reprimen la sexualidad de la persona. Hay mujeres que por cuestiones educativas, religiosas, sociales, etc., pueden estar aisladas de su propia sexualidad física que incluso no advierten cuando están sexualmente excitadas, o no saben ni como manejarlo. Sin darse cuenta, se van poniendo etiquetas que permiten que las propias adolescentes se cataloguen de chicas buenas y malas y por supuesto entre más malas, son las catalogadas de tener sexo. Muchas mujeres, tanto adolescentes como adultas, pueden no permitirse estar en situaciones que las hagan sentirse sexuales, si le dan categoría a esa sensación como mala. Pueden percibir la excitación sexual, siempre y cuando estén enamoradas, incluso confunden la excitación con el enamoramiento. Muchas mujeres pueden descartar cualquier sensación sexual, negando que ocurre o pueden responder de manera negativa a los estímulos sexuales. En ocasiones incluso la penetración no se puede lograr por el dolor que provocan las contracciones musculares de la pelvis que son inconscientes y que solo producen una intensa sensación de dolor en la penetración, lo se relaciona con las disfunciones sexuales técnicamente conocidas como "vaginismo o la dispareunia". Cuando la mujer logra no tener muchos sentimientos negativos hacia el sexo, generalmente son mujeres con buena apertura hacia el sexo y son personas que disfrutan de estar excitadas y buscan estímulos sexuales sin sentir culpas. No le dan mucho espacio a los prejuicios de qué o quién les provoca sentirse excitadas, sólo lo disfrutan como un estímulo agradable. El orgasmo para la mujer puede ser más una percepción mental que una experiencia física, mucho más que para los hombres, como resultado de las mayores restricciones sexuales impuestas sobre la mujer. Para las mujeres la excitación y el gozo sexual puede ser el sinónimo de una mujer fácil, lujuriosa o el tipo de mujer que es para pasar el rato mas no para una relación seria. Esto quizá explica por qué las mujeres a menudo son menos orgásmicas que los hombres porque uno tiene que especular que ambos son igualmente orgásmicos al nacer. Podemos afirmar que el orgasmo llena el cuerpo de la mujer de sensaciones y se denominan sensaciones subjetivas y están centradas en la región pélvica, en el hombre en el pene, en la próstata y en las vesículas seminales y en las mujeres en el clítoris, en la vagina y el útero. El orgasmo dura unos cuantos segundos (entre 10 y 12), con una intensidad difícil de explicar en palabras. La forma de lograrlo es a través de las caricias directas al clítoris. Para hacerlo, es necesario que se conozca por parte de la persona que lo acaricia el conocer bien el clítoris. Espero que esta descripción les ayude a entender un poco mas del orgasmo y que a través de esta lectura puedas ubicar y definir si sientes o no el orgasmo, ya que el no sentirlo es un causante de insatisfacción, que en muchas ocasiones presenta molestias hacia la pareja de manera inconsciente y por lo tanto va causando problemas en la relación, los cuales en muchas ocasiones aparecen como problemas que no son fáciles de identificar y por lo mismo, solo se siente la incomodidad y se ven sus efectos, pero no se reconocen las causas. ¿Cuántas sensaciones sexuales (orgasmos) puede tener una mujer en una relación sexual?. Una èrspona de la cual guardo el anonimato por prudencia dice, en yahoo.respuestas los siguiente que me parece muy interesante: "la mujer puede tener varios orgasmos, dependiendo de la relación sexual y de la capacidad de estimularla de parte del hombre. Sí se puede tener más de 10 y eso se consigue si el chico se mueve bien y si la chica le sigue el ritmo. Además por supuesto de una buena estimulación en todos los sentidos. Todo depende del grado de compenetración entre las personas en cuestión (y no me refiero al amor), que no haya complejos y se esté dispuesto a "todo". Bueno en propia experiencia tuve a una que tuvo 14 orgasmos, pero esto no se refiere en gran parte a la habilidad masculina para lograr este tipo de situaciones, sino el grado de excitación y libido que tenga cada mujer en particular. Hay nujeres que alcanzan el orgasmo como el anterior ejemplo varias veces, esos son orgasmos múltiples. Otras llegan al orgasmo una sola vez pero muy fuerte, una especie de orgasmo explosivo, que las deja completamente agotadas. Una gran mayoria llega a tener los orgasmos normales dentro de cada relacion que pueden variar de 1 a 4. Pero no se preocupen mucho de cuantos alcanza, muchas mujeres tan solo fingen el orgasmo para dar placer al hombre(puesto que nos agrada sentirnos especiales y machos), como tambien hay otras que tienen orgasmos tan imperceptibles que jamas nos dimos cuenta que ya lo disfrutaron. Tambien hay mujeres con bloqueos psicológicos que no pueden llegar al orgasmo por traumas psicológicos acontecidos por diferentes factores, ya se imaginarán todas las atrocidades a que son pasibles las mujeres. Lo mejor para esta situacion asi como para todas las demas, es una perfecta comunicacion, puesto que con una correcta desinhibicion(perdida de verguenza), se llega a estar a completo placer con una persona, otra situacion es que a pesar de que suene egoista cada uno de los dos debe buscar su propio placer, normalmente el hombre trata de satisfacer a las mujeres(en realidad es parte de su ego) y deja de lado como el siente realmente la relacion, las mujeres tambien en el afan de agradar los caprichos d elos hombres no llegan a tener placer sexual alguno, particularmente la mujer deberia ser mas expresiba para poder alcanzar una mejor calidad en su relacion sexual". ¿Cuántas sensaciones sexuales (orgasmos) puede tener un hombre en una relación sexual?. He aquí otra respuesta acertada en yahoo.respuestas (sigo guardando el anonimato de la persona en cuestión): "Sólo uno, después se les encoje como un cacahuete y necesitan descansar un poco, algunos una hora y otros 5 minutos, eso depende del hombre". Exacto. Las dos respuestas (tanto en lo referente a las mujeres como en lo referente a los hombres) son verdaderas. Por eso yo aconsejo que, siempre hablando dentro del matrimonio formado por un solo hombre y una sola mujer, lo más importante es que el hombre sepa manejarse adecuadamente para, mucho antes de llegar a la penetración de su esposa, la acaricie, la bese, la excite de las maneras en que los dos se hayan puesto de acuerdo, para que ella experimente una cantidad de orgasmos suficientes para quedar satisfecha y que no tenga que fingir ningún orgasmo. Que sea el número de orgasmos que haya tenido no es tan importante sino que lo verdaderamente importante es que los haya tenido de verdad. Y, en efecto, el hombre sólo tiene uno y necesita unos minutos de descanso para poder intentar de nuevo tener otra nueva relación sexual con su esposa. Siempre digo que es mucho mejor tener una sola relación sexual pero totalmente completa en una noche que intentar tener dos, tres o cuatro de mala manera; porque la verdad es que si en una noche has realizado bien la relación, las sensaciones sexuales (orgasmos) son tan enriquecedoras que no necesita ninguno de los dos volver a tener más hasta la noche siguiente cuando se han quedado compeletamente sartisfechos los dos. Termino este asunto tal como lo comencé; con poesía ahora para detallar una sensación sexual u orgasmo: "En su llama mortal la luz te envuelve / y te alimentas de su fuego y de sus células / y vas haciéndote cada vez más universo / y más hembra de ávidos abrazos. / En su llama mortal la luz te envuelve / y te vas convirtiendo cada vez más en poema / de versos llenos de hambre interminable / que comienza en tus ojos y se expande. / En su llama mortal la luz te envuelve / y empieza la vida a desbordarte / convirtiéndote en germen del orgasmo / lumínico en la noche penetrada. / En su llama mortal la luz te envuelve / como asombro de rugiente mordedura / y, rocalla de balcones reverberantes, / en atmósfera de sueño te conviertes. / En su llama mortal la luz te envuelve / estallando en matriz de voz profunda / y un beso explota entre tus senos / para saberte mujer apasionada. / En su llama mortal la luz te envuelve / y la cópula del sueño te enardece / mientras te absorbe el imán de mi presencia / y ambos morimos de locura infinita". ¿Habéis visto de qué manera más bonita se puede definir un orgasmo vivido dentro de un matrimonio hombre/mujer formado por un verdadero critiano él y una verdadera cristiana ella?. 9.4.- La pornografía. Como no deseo, para nada, explayarme en comentarios propios sobre este tema me voy a limitar a escribir lo que en Wikipedia viene expresado de manera contundente: El término pornografía procede del griego πορνογραφíα (porne es "prostituta" y grafía, "descripción", es decir, "descripción de una prostituta"). Por tanto, en sentido estricto designa la descripción de las prostitutas y, por extensión, de las actividades propias de su trabajo. Hay que decir, sin embargo, que el término es de aparición muy reciente, pues en la Antigua Grecia nunca se usó la palabra "pornografía". Modernamente se entiende por pornografía todos aquellos materiales, imágenes o reproducciones que representan actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual del receptor. Desde la década de 1970, las películas y fotografías con dicho contenido sexual explícito recibían la clasificación X, para diferenciarlas de las de erotismo más suave (S). La Real Academia Española define a la pornografía como "el carácter obsceno de las obras literarias o artísticas". Es decir, todo lo que ofenda al pudor y que se represente artísticamente. En el Segundo Simposio Nacional Multidisciplinario de Sexualidad Humana, en Argentina, se ha considerado que la actual pornografía desvirtúa la sexualidad humana, expresándola en formas violentas, ya sea explícitas o implícitas, y siempre en una relación de poder y servidumbre de la mujer hacia el hombre o, en ocasiones, inversamente. La pornografía se manifiesta a través de multitud de disciplinas, como cine, escultura, fotografía, historieta, literatura o pintura, y ha logrado un gran auge en medios como las revistas pornográficas e inclusive el audio (teléfono erótico), y últimamente Internet. Bien podría decirse que la pornografía es casi tan vieja como el mundo. En tiempos prehistóricos se dibujaban o se hacían estatuillas con caracteres sexuales exagerados: con senos enormes, tal y como las Venus paleolíticas, o con falos prominentes. Sin embargo, en aquella época, la intención de estas representaciones no era excitar sexualmente, sino pedir a los dioses fertilidad y buenas cosechas. En la India hay templos hinduistas construidos hace más de 2.500 años con decorados en relieve o esculturas que muestran parejas en el momento de la cópula. En China se han descubierto dibujos y grabados de la época de la dinastía Chin con representaciones en pleno acto sexual. En las ruinas de las ciudades griegas se han encontrado desde jarrones con dibujos de parejas en el momento del coito hasta murales y textos con clara intencionalidad erótica. Las ruinas de la ciudad de Pompeya, en el sur de Italia, sepultada por una erupción en 79 después de Jesucristo, son como una cápsula de tiempo que ha permitido conocer cómo se divertían los romanos. Los restos del principal burdel de la ciudad muestran numerosas escenas de sexo. El surgimiento del cristianismo convirtió a las manifestaciones gráficas de sexualidad en un tabú, pero no desaparecieron del todo, pues resurgieron en el Renacimiento, bien abiertamente o bien de manera discreta o encubierta. La escultura que hizo Bernini de Teresa de Ávila la muestra en una pose que muchos interpretan como en un éxtasis orgásmico. En concreto el éxtasis místico se considera el equivalente espiritual al orgasmo físico. La pornografía, tal como la conocemos hoy en día, surgió con la aparición de la fotografía. Pocos años después de que Daguerre inventara su daguerrotipo ya se hacían las primeras fotos de desnudos y las primeras fotos de parejas en el momento del coito. En Gran Bretaña existe una fotografía tomada hacia el año 1890 que muestra una mujer realizando sexo oral a un hombre, en lo que sería la primera foto pornográfica en un país anglosajón. La invención del cinematógrafo amplió aún más la producción de pornografía, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. En los Estados Unidos, la llamada revolución sexual de los años sesenta permitió que temas de sexualidad se trataran más abiertamente. Una consecuencia indirecta de estos cambios sociales fue el aumento en la producción gráfica de material de contenido erótico. De hecho, en 1959 el posterior prolífico realizador Russ Meyer rueda su primera película "El Inmoral Sr. Teas", que marcaría el inicio de la carrera de explotación del desnudo femenino en el cine, sin alcanzar todavía la explicitud del actual Porno; a estas películas de corte erótico se las denominaba nudies. Durante su posterior desarrollo, en la década de 1970 se realizaron una serie de películas, algunas con notable éxito comercial, entre ellas, Deep Throat (Garganta Profunda), Taboo e Inside Jennifer Wells. En la década de 1980 llegó al público a través de videos. Con la difusión masiva del vídeo, millones de personas en todo el mundo pudieron ver películas porno en la privacidad de sus hogares, sin tener que asistir a un cine porno, lo que resultaba algo embarazoso. Las estrellas pornográficas, como Cicciolina o Rocco Siffredi, se hicieron populares y ampliamente conocidas. Con el surgimiento de Internet, el porno ha alcanzado una expansión aún mucho mayor. Las películas de Jean Yves Le Castel, Rocco Siffredi y Cristoph Clark marcan un antes y un después en la historia del cine pornográfico. Aunque pueden realizarse varias clasificaciones según los participantes, la temática o las posturas, una forma muy extendida de agrupar los géneros pornográficos es de menos a más explícito (ya sean las posturas de pose o las acciones representadas). De esta manera estarían: Porno softcore.- Es el género pornográfico en el que las escenas de sexo no se muestran de forma explícita. En el cine y la televisión, en particular, no incluye primeros planos de genitales (masculinos ni femeninos) y tampoco muestra en detalle penetraciones y felaciones. Los actores o modelos suelen tapar una parte de sus cuerpos. Este género lo han practicado y practican muchas mujeres y hombres más o menos famosos, como Demi Moore en la película Striptease. También se emplea en la publicidad, aunque este uso ha sido criticado por organizaciones feministas. Mediumcore o pornografía convencional.- Es aquella donde los modelos enseñan la totalidad del cuerpo en posturas más o menos provocativas. Las famosas revistas Playboy o Penthouse son quizá los ejemplos más conocidos de este tipo de pornografía. Pese a existir clasificaciones que las colocan en el apartado anterior. Porno hardcore.- Es el género pornográfico más extremo, pues muestra explícitamente el acto sexual, ya sea vaginal, anal u oral, o con aparatos o cualquier otro tipo de utensilios. Este tipo de pornografía se subdivide según la orientación sexual: heterosexual, homosexual (masculino o femenino) y bisexual. Las primeras películas pornográficas y la gran mayoría de las películas actuales son heterosexuales; las películas gays son las segundas más vendidas y producidas. Existe también la variante del género transexual (hombres transformados en mujeres por medio del consumo de hormonas y uso de vestimenta) y la zoofilia (actos sexuales con animales). La situación legal de la pornografía depende de cada país y del tipo de material. En algunos países todas las formas de la pornografía son ilegales, mientras que otros tienen leyes muy liberales sobre la pornografía de adultos. Los actores que participan en películas pornográficas deben ser mayores de edad. En los Estados Unidos, las restricciones que se han autoimpuesto las compañías obligan a los actores a someterse a exámenes médicos regularmente a fin de detectar enfermedades de transmisión sexual, sobre todo sida. En este país existe una red de salas específicas para todas las películas donde aparezca vello púbico (es el límite marcado por su legislación para catalogar a una película como pornográfica). La pornografía infantil está prohibida en todos los países. Muchas legislaciones restringen la pornografía que muestra actos violentos o con animales. En algunos países islámicos, todo tipo de pornografía es ilegal, hasta el punto de que puede afectar incluso a billetes bancarios (por ejemplo, un billete francés que reproducía el conocido cuadro "La libertad guiando al pueblo", fue considerado pornográfico en algunos países integristas, ya que en esta obra el personaje central femenino muestra un pecho descubierto). En la República Popular China todas las formas de la pornografía son ilegales. Salman Rushdie defiende la pornografía como indicador de la libertad de expresión. Actualmente existe una corriente de pensamiento que considera a la pornografía como una nueva forma de arte, que tiene por objeto mostrar la belleza de la sexualidad humana. Los que sostienen este parecer señalan que muchas formas de arte en un principio fueron menospreciadas, infravaloradas o incomprendidas, como ocurrió con las obras de arte del Postimpresionismo del pintor holandés Vincent Van Gogh, al cual nunca se le reconoció ningún valor significativo a sus obras durante su vida. Tanto fue así que incluso una señora de su época usó uno de sus cuadros para tapar un hoyo de su gallinero. Manifiestan que el mundo cambia constantemente y siempre ha cambiado, que cambian los intereses o aparecen nuevos intereses, y cambia el arte y aparecen nuevas formas de arte. Algunas personas, como el productor de pornografía Larry Flynt y el escritor Salman Rushdie, han argumentado que la pornografía es vital para la libertad y que una sociedad libre y civilizada debe ser juzgada en función de su disposición a aceptar la pornografía. Esta teoría se ve reforzada por el hecho de que muy pocos regímenes dictatoriales permiten o permitieron la pornografía; ya sean estos confesionales, como la España de Francisco Franco, o comunistas, como la Kampuchea Democrática. Por otro lado, su existencia provoca un fuerte rechazo en determinadas culturas o sectores conservadores de la sociedad. En contra de la pornografía se argumenta que: Puede convertirse en un vicio adictivo pernicioso para el individuo. Que es degradante para la mujer. Que es utilizada con fines comerciales. Que la pornografía explota la libido, erotizando el cerebro. Que ésta induce a personas sin criterio formado a objetizar al sexo opuesto. Que los individuos con pobre formación moral y cultural pueden ser inducidos mediante su lectura o visualización, a explorar sus propias fantasías libidinosas transgrediendo valores éticos y considerándolo ofensivo para las buenas costumbres. Que la pornografía sólo es para individuos con criterio formado. Que desvirtúa el acto sexual como la máxima manifestación del amor. Que, siendo una manifestación de angustia sexual, causada por la represión social, desvirtuaría el acto de todo erotismo en la cotidianidad de la vida en pareja, acarreando así la insatisfacción y el deseo por nuevas experiencias. La crítica a la pornografía proviene principalmente de dos direcciones: por una parte, de los conservadores y religiosos, y por otra de algunas feministas. Los conservadores religiosos tildan la pornografía de inmoral y consideran que el sexo está reservado para las parejas casadas y que la proliferación de la pornografía da lugar a un aumento de lo que llaman comportamientos inmorales en la sociedad. Religiones con amplio número de adeptos en todo el mundo, como el cristianismo, condenan la existencia de la pornografía. Por ejemplo, para esta religión el acto sexual debe orientarse a ser una fuente de felicidad mutua que ayude a unir a una pareja heterosexual y que por medio de este acto ocurra la procreación. También el Islam condena tajantemente la pornografía. Muchas formas de pornografía, por lo tanto, estarían en contra de este concepto. Algunos críticos feministas, especialmente estadounidenses, consideran que la pornografía degrada a las mujeres al utilizarlas como objetos sexuales para el disfrute de los hombres, ya que de hecho, en la gran mayoría de las películas y fotografías el hombre tiene un papel dominante. También la critican por estar en su inmensa mayoría dirigida a un público masculino, generalmente heterosexual, y por lo tanto ofrecer una visión muy unilateral de la sexualidad. Suele darse un especial rechazo, en relación con la pornografía en su vertiente más dura, como puede ser la que explota el sadismo, el sadomasoquismo, la zoofilia o la necrofilia. Otros estudios que han resaltado las consecuencias negativas de la pornografía son los siguientes: Los profesores Dolf Zillman de la Universidad de Indiana y Jennings Bryant de la Universidad de Houston encontraron que la exposición repetida a la pornografía tiene como resultado una satisfacción disminuida con la pareja, una disminución en la valoración de la fidelidad y un aumento mayor en la importancia del sexo sin compromiso. Jenna Jameson es la Reina del Porno. Con más de 200 películas, es la actriz porno con más éxito de la historia. Un estudio realizado por el doctor Reo Christensen de la Universidad de Miami en Oxford, Ohio, encontró que la pornografía deja la impresión en los espectadores de que el sexo no tiene relación con la intimidad; que no está relacionado con el amor, el compromiso o el matrimonio; que formas extrañas del sexo dan la mayor satisfacción (como zoofilia) y que el sexo irresponsable no tiene consecuencias adversas. Además, en una serie de estudios efectuados por los doctores Elizabeth Oddone-Paolucci y Mark Genuis de la Fundación Nacional para la Investigación sobre la Familia y la Educación (National Foundation for Family Research and Education), así como el doctor Claudio Violato de la Universidad de Calgary, se observaron numerosos cambios en las percepciones con respecto a la sexualidad y la conducta sexual después de exponer repetidamente voluntarios a la pornografía (es decir, seis sesiones semanales de 1 hora). Estos incluyen la trivialización de la violación como una ofensa criminal, el aumento de la insensibilidad hacia la sexualidad femenina y el descontento con las relaciones sexuales. En cambio, algunos otros estudios han demostrado la inexistencia de un vínculo entre la pornografía y la violencia sexual. Es el caso del estudio sociológico del investigador canadiense Simon Louis Lajeunesse, profesor asociado de la Universidad de Montreal, quien después de investigar el tema durante dos años llegó a la conclusión de que para la mayoría de los usuarios se trata, más bien, de satisfacer una fantasía marginal debido a su monosexualidad (expresión original del filósofo francés Michel Foucault) y que sería abusivo extrapolar casos patológicos. Los hallazgos de su estudio fueron, en resumen, los siguientes: De todos los entrevistados (un total de dos mil estudiantes universitarios, sobre todo mujeres), un grupo de 20, todos heterosexuales, aceptaron hablar de sus hábitos de ver pornografía. Todos los entrevistados indicaron que buscaban pornografía en Internet. Prácticamente todos los varones miran videos pornográficos, pero eso no afecta sus relaciones con las mujeres ni tampoco su comportamiento sexual. Por ejemplo, los varones que miran pornografía no son, en realidad, más violentos sexualmente que quienes no los miran. Una diferencia significativa fue que los solteros consumían dos veces más pornografía (tres sesiones de 42 minutos por semana, en promedio) que quienes vivían en pareja (1.7 sesiones de 27 minutos, en promedio). Solteros o no, casi todos ven pornografía en solitario, y no desean compartir ese momento íntimo con ninguna otra persona, ni siquiera con su pareja. Algunos de los usuarios de pornografía la integran en un programa más amplio. Otro de los comportamientos frecuentes es el de que los varones suelen seleccionar las escenas que les gustan y oprimen el botón de "avance rápido" (FFWW) en las que les disgustan o que no les interesan. Se trata, en este último caso, de escenas de violencia o, también, de eyaculaciones colectivas, que los usuarios consideraron muchas veces "repugnantes". Los varones buscan en la pornografía fantasías que ya habían tenido cuando tuvieron su primer encuentro sexual, en general alrededor de los 12 años de edad. Sin embargo, su "guión" se desvanece al toparse con la realidad. Tanto la hipótesis del espejo (la suposición de que las personas consumidoras de pornografía desearán llevar a cabo, en la vida real, lo que vieron en pantalla) como la hipótesis de la catarsis (que indica que la pornografía libra a los usuarios de algunas pulsiones y "purifica" al espectador) son nulas. En opinión del autor del estudio, los varones separan claramente sus fantasías de la vida real". He cambiado de opinión y voy a despedir este punto del capítulo 9 transcribiendo un cuento mío publicado ya en Vorem (con algunas variantes que he creido oportuno realizar para no molestar a nadie y advierto que cualquier parecido con la realidad es solo pura casualidad sin intencionalidad alguna por mi parte de dañar la sensibilidad de nadie y que nadie se de por aludido): El "viejo verde" que fumaba continuadamente en pipa se llamaba Sagi. Un tipejo argentino (perdón al resto de los argentinos pues yo siempre respeto a dicha nación). El verdadero nombre de Sagi era el de Diego. Resultaba ser un hombre patéticamente gordo, demasiado gordo para ser normal. Teniá un bigotito a lo Hitler y se teñía el pelo de rubio platino. Bajito. Con una barba rala siempre hirsuta y llena de pulgas que se le agarraban cuando paseaba por los viejos rincones y las tascas de Buenos Aires. El caso es que Sagi, el "viejo verde", sentía una enorme predilección por las chiquillas rubias, sin importarles si estaban teñidas o no. Y no le importaba en absoluto si estaban casadas, separadas, divorciadas o eran viudas. A todas ellas las invitaba a tomar copas de coñac sin parar hasta poder emborracharlas. Un día se encontró con una rubia teñida de rubio (valga la redundancia) y se le abrieron los ojos como platos. !Se lanzó rápidamente a por ella!. - Hola preciosidad... ¿te interesa un "plan" conmigo?. - ¿Qué es un "plan"? - respondió la ingenua chiquilla. - No te preocupes. Es algo que te va a gustar... La rubia teñida de rubio (y vuelvo a pedir perdón por la redundancia) se llenó de emociones. - !Acepto! - exclamó de forma inconsciente. La escena se estaba desarrollando dentro de un "pub" y el "viejo verde" Sagi, acostumbrado a ligar con prostitutas y con chicas inocentes, se relamía de gusto. - !Venga!. !Vamos a tomar otra copa!. !No te preocupes!. !Te invito yo a todas las que sean necesarias!. En el bolsillo posterior del pantalón de Sagi la cartera de los billetes abultaba demasiado... - ¿De verdad? - siguió entusiasmada la inocente criatura. Una sonrisa meliflua y unos ojos diabólicos se reflejaban en la cara de Diego Sagi. - Ya es mía... ya es mía... (pensaba el "viejo verde)... esta piba ya no me la quita "naide"... es una pobre pendeja... y clavaré mi pipa en los intestinos de quien me la quiera arrebatar. Y seguía Sagi fumando la pipa. No. No era tabaco lo que fumaba el "viejo verde". Era un nuevo producto (una nueva droga) llamada "megalina". - ¿Me dejas fumar un poco a mí?. - !Por supuesto que sí!. Ya sabes que entre los amigos todo es de todos. Era bastante paradójico y contradictorio Diego Sagi, que en sus momentos de ocio se dedicaba a escribir poemas que a veces rozaban la pornografía y a veces eran totalmente pornográficos. En el pub, repentinamente, comenzó a sonar un vals con música de Atilio Bruni y letra de Roberto Lambertini: "Te dirán por doquiera que vayas: "Señora Princesa". Te dirán que la virgen morena te dio su mirar. Las estrellas celosas... mirarán tu belleza y a tu lado las flores más bellas se avergonzarán. Pero sé que estaré en tu vida con mis pobres canciones y esos ojos que yo tanto admiro se humedecerán. Porque nada es más lindo en la vida que quererte, adorarte y besarte y por eso: "Señora Princesa" no me olvidarás..." El "viejo verde" Sagi y la rubia de "bote" estaban fumando aquella sustancia alucinógena cuando de repenta ella explotó: - !!Quiero bailarrrrr!!. !!Quiero bailarrrr!!. - Eso está hecho -dijo Diego Sagi relamiéndose de gusto- vamos a la pista... El vals continuaba... "No me extraña que te llamen "Señora Princesa" pero nunca podrán orfrecerte mi sinceridad. Llegará a tu oído... los más lindos piropos pero nadie sabrá comprenderte, en tu intimidad. Hoy podría empeñar a tus sueños , en brazos extraños pero el tiempo que todo lo sabe dirá la verdad. Porque sólo es eterno en la vida el amor que es sincero y se aprecia. Lo demás, mi "Señora Princesa", asoma y se va... Fue entonces cuando el "gordo Sagi" se corrió y manchó sus pantalones. Ella sintió el orín de él correr por sus pantorrillas. - !Déjame Sagi... déjame... ya no deseo seguir bailando contigo!. Y ambos se sentaron en sus sillas pero ya sin fumar "megalina" mientras el vals teminaba: Qué importa que todos te digan "Señora Princesa" si en su mundo mendigo y perezoso está el interés. La belleza de tu alma, lo despierto de tu cuerpo lo demás es mentira egoísta con suciedad y sed, En la dote de oro y de plata que todos te ofrecen hallarás el inmenso castigo de la falsedad, porque nada es más lindo en la vida que el amor que es sincero y se aprecia lo demás, mi "Señora Princesa" asoma y se va. Los dos quedaron profundamente mudos y en silencio. El camarero del pub les sirvió la enésima copa. Pero ya ella sabía la verdad y, derribando la copa que le seguía srviendo Diego Sagi, se levantó: - !Nunca más!. !Nunca más, Sagi!. !Nunca más!. Y la noche bonaerense los encerró en una oscuridad profunda cuando salieron a la calle. Él en taxi y maldiciendo. Ella andando y sin dejar de llorar. Siento la dureza del tema pero la vida es así. O conocemos la realidad de la pornografía y los tipos que usan la pornografía o somos víctimas propiciatorias de la pornografía. Aquí no valen "medias tintas". Pornografía sí o pornografía no. Y los cristianos y cristianas lo tenemos absolutamente claro: ¡¡¡pornografía no!!!. Y para un cristiano y una cristiana un no siempre es un no como, en caso contrario, un sí siempre es un sí. 9.5.- Patologías sexuales. Abramos este asunto consultando algunas anotaciones que tengo tomadas sobre opiniones de Sigmund Freud cuando trata de la inversión sexual y de la conducta de los invertidos. Freud dice: "Los invertidos se conducen muy diferentemente unos de otros. Hay tres variantes de invertidos: los absolutos, los efímeros (hermafroditas psicosexuales) y los ocasionales. Los invertidos absolutos buscan que su objeto sexual tenga que ser necesariamente de su mismo sexo. El sexo opuesto les deja fríos o despierta repulsión sexual. Los invertidos efímeros pueden elegir que su objeto sea del mismo sexo o del sexo diferente. Los invertidos ocasionales también lo hacen con personas de su mismo sexo. La inversión puede producirse en la primera época a la que alcanza los recuerdos del individuo o no aparecer hasta un momento determinado, anterior o posterior a la pubertad. Puede conservarse toda la vida, desaparecer temporalmente, no ser nada más que un episodio ocasional o darse dentro de un desarrollo normal o hasta manifestarse en un estado avanzado de edad por haber tenido una experiencia muy desagradable con otra persona de sexo diferente. Dentro del mundo de los invertidos, ¿qué significa la degeneración y el innatismo?. Por lo que tienen de múltiples objeciones se ha llegado a atribuir a la degeneración todos los síntomas patológicos que no son de origen traumático o infeccioso. Lo más apropiado, después de investigar por la línea de los estudios de Magnan, es que no se hable de degeneración en los siguientes casos: cuando no aparecen juntas varias graves anormalidades y, en segundo lugar, cuando no aparecen gravemente dañadas la capacidad de existencia y funcionamiento. Hablar de invertidos, en estos dos casos, no puede considerarse como degenerados. Son los siguientes casos. 1.- Inversión en personas que no tienen otros traumas personales. 2.- Cuando aparece tanto en personas con caon capacidad funcional perturbada con las las personas muy diferentes en el grado de desarrollo intelectual y elevada cultura ética; cuando se presentan operaciones médicas, etcétera". El innatismo se ha aceptado porque algunos invertidos afirman que no han conocido otra categoría sexual en sus vidas. Esto ha hecho que los expertos en estudios sobre este tema los hayan catalogado como absolutos. Pero hay otros expertos que sostienen teorías diferentes a la de los caracteres adquiridos y no por nacimiento. Según los expertos Frank Lysdtone, Kiernan y Chevalier (tres intelectuales sin ninguna clase de dudas), el individuo no puede ser más que hombre o mujer; aunque la ciencia conozca casos en que los caracteres aparecen borrosos, dificultando la determinación del sexo en el terreno anatómico". Definamos algunas clases de invertidos a través de Wikipedia que es, para mí, una fuente de información muy importante. Homosexualidad: "La Bandera del arco iris es un símbolo usado como apoyo al orgullo gay y lésbico desde la década de 1970. Diseñada originalmente por Gilbert Baker, los diferentes colores simbolizan la diversidad en la comunidad LGBT. La homosexualidad (del griego ὁμο, homo «igual», y del latín sexus «sexo») es una orientación sexual y se define como la interacción o atracción sexual, afectiva, emocional y sentimental hacia individuos del mismo sexo. Etimológicamente, la palabra homosexual es un híbrido del griego homós (que en realidad significa «igual» y no, como podría creerse, derivado del sustantivo latino homo, «hombre») y del adjetivo latino sexualis, lo que sugiere una relación sentimental y sexual entre personas del mismo sexo, incluido el lesbianismo. A pesar de que el término gay (que en inglés anticuado significa «alegre») suele emplearse para referirse a los hombres homosexuales y el término lesbiana para referirse a las mujeres homosexuales, gay es un adjetivo o sustantivo que identifica a las personas homosexuales sin importar su género. Desde 1973, la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, la situación legal y social de la gente que se autodenomina homosexual varía mucho de un país a otro y frecuentemente es objeto de polémicas. El término homosexual fue empleado por primera vez en 1869 por Karl-Maria Kertbeny, pero fue el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing el que popularizó el concepto en 1886. Desde entonces, la homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso debate y estudio: inicialmente se catalogó como una enfermedad, patología o trastorno que había que curar, pero actualmente se entiende como parte integral necesaria para comprender la biología, genética, historia, política, psicología y variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres humanos. Actualmente, el anglicismo gay se refiere en singular o plural a individuos homosexuales; ha venido a sustituir términos castellanos en su totalidad malsonantes u ofensivos (vulgarmente culero, invertido, maricón, puto, sodomita, etcétera). Muchos de los conceptos relativos a la orientación sexual (heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, etcétera) se confunden a veces entre sí, sobre todo por falta de información y por exceso de prejuicios. La homosexualidad femenina se llama también lesbianismo o lesbianidad (calidad de lesbiana). Los adjetivos correspondientes son lésbico(s) y lésbica(s). Este término proviene de la isla de Lesbos en Grecia y de la poetisa Safo, a quien sus poemas apasionados, dedicados a sus amigas, y la vida rodeada de otras mujeres le valió la reputación de homosexual. La terminación -ismo se considera a veces como peyorativa, tal como sucede con la palabra homosexualismo. Este sufijo tiene numerosas definiciones, que van desde «partidario de...» hasta «enfermedad de...», como en el caso de gigantismo. Por ello, su uso definiría la idea de que el colectivo homosexual tendiese a la promoción de sus conductas, o incluso de que la condición homosexual debiera entenderse como una deficiencia mental. Al irse apartando la sociedad de la creencia de que la homosexualidad es una enfermedad, se fue imponiendo el término homosexualidad, ya que la terminación -idad únicamente implica «calidad de... Actualmente, el diccionario de la Real Academia Española sólo recoge esta última. Aunque hoy se emplea de forma generalizada, es oportuno reseñar que la existencia de la categoría homosexual en sí misma, aplicada a personas, es objeto de contestación desde diferentes puntos ideológicos. Las corrientes integristas, entre ellas la mayoría de las Iglesias cristianas, niegan la existencia de personas homosexuales, a la vez que admiten la existencia de la práctica homosexual como "desviación" de la conducta; otras niegan que la orientación sexual de una persona la defina en modo alguno. La palabra homosexualidad fue creada en 1869 por Karl Maria Kertbeny en un panfleto anónimo que apoyaba la revocación de las leyes contra la «sodomía» en Prusia. Fue incluida en Psychopathia Sexualis (1886), un estudio de Richard von Krafft-Ebing acerca de lo que en esa época se consideraba una desviación sexual. No se conocen las causas de la orientación sexual de una persona. Aunque algunas teorías apuntan a que es innata, no se conoce con exactitud el papel que juegan la herencia genética (investigada por Simon Le Vay y Dean Hamer, entre otros) o las experiencias durante el desarrollo en la infancia, la influencia y la relación con los padres, etcétera. En 1991, el neurocientífico estadounidense Simon LeVay, publicó un artículo llamado "Una diferencia en la estructura hipotalámica entre hombres homosexuales y heterosexuales". En él se describe una diferencia en el porcentaje del tamaño y volumen del tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior (INAH3) entre hombres homosexuales y heterosexuales, aclarando que este es más grande en heterosexuales en comparación al hallado en cerebros homosexuales. El INAH3 homosexual es similar en tamaño al encontrado en cerebros femeninos. LeVay escribió que estos hallazgos indican que el INAH muestra un dimorfismo acompañado de la orientación sexual, y sugiere que tal orientación tiene un sustrato biológico. Sin embargo, LeVay agregó que hay una reducida existencia de excepciones en la que el tamaño del INAH3 no se correlaciona directamente con la orientación sexual, añadiendo que puede ser una importante variable, pero que no puede ser la única variable. También es posible, sin embargo, que estas excepciones se deban a deficiencias técnicas o de mala asignación de los sujetos a sus grupos. El neurocientífico neerlandés Doctor Dick Swaab, fundador del Banco de Cerebros de la Universidad de Amsterdan, menciona que en la orientación sexual interfieren gran cantidad de factores como circuitos neuronales, factores genéticos y hormonas; pero hace hincapié en que, durante los seis primeros meses de vida gestacional, se establece una impronta de carácter sexual en el encéfalo y que en dos etapas subsecuentes e importantes, durante los dos primeros años de vida y la adolescencia, existen cambios de gran actividad hormonal que pueden consolidar la forma en que cada individuo ejerce su sexualidad. Se mencionan controvertidos hallazgos con respecto al consumo de medicamentos en mujeres embarazadas, sobre todo dentro de los primeros dos trimestres de vida gestacional, como la utilización de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos pudiendo inhibir la producción y síntesis de prostaglandinas esenciales en la configuración neuronal hipotalámica fetal y que puede ser crucial para definir las características de la orientación sexual. También se mencionan otros factores importantes, como el estrés y el consumo de tabaco durante el embarazo, que se relacionan con cambios en la futura orientación sexual del producto. La psiquiatría incluyó inicialmente la homosexualidad entre los trastornos que debían y podían ser tratados. Richard von Krafft-Ebing, uno de los padres de la psiquiatría moderna y a quien el propio Sigmund Freud reconocía como su autoridad, la consideró incluso una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis de 1886. Los trabajos científicos de Freud, tras la llegada del psicoanálisis, dieron como resultado una postura que consideraba patológicas no sólo las prácticas sino incluso la mera condición homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad, Freud incluyó la homosexualidad entre las «aberraciones sexuales» o «perversiones», en sus propios términos, equiparados al fetichismo del cabello o de los pies o las prácticas masoquistas o sádicas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la "madurez heterosexual". Sin embargo, Freud llegaría a reconsiderar su posición con el tiempo, hasta el punto de que en su conocida Carta a una madre americana, Freud no dudó en afirmar que la homosexualidad «no es un vicio, ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad». Señaló que perseguir la homosexualidad era una "gran injusticia y una crueldad", y que el análisis a lo sumo serviría para devolver la armonía a una persona si se sentía infeliz o neurótica, independientemente de si era homosexual o no. Psicoanalistas como Alfred Adler y Carl Gustav Jung, en discordancia con Freud, se pronunciaron de manera más estricta. Los posteriores psicoanalistas no sólo no modificaron estos juicios, sino que los acentuaron a la vez que aplicaban la terapia reparativa. Por ejemplo, en la década de 1940, Sándor Rado afirmó que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo opuesto, por lo que se consideró susceptible de ser tratada como otras fobias. Ya en los años sesenta, Irving Bieber y otros psiquiatras, partiendo del análisis derivado de la experiencia de trabajar con un considerable número de homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. En esa misma década, Charles Socarides defendía, por el contrario, la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que, por lo tanto, resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. Socarides es considerado una figura cuestionable dentro del movimiento gay. La posterior relativización y negación de esos juicios médicos procedió de científicos como el doctor Alfred C. Kinsey, cuyas tesis fueron severamente criticadas por la ciencia psiquiátrica de aquel entonces. En el Informe Kinsey se establecen diversos grados de bisexualidad, se indica en azul la proporción de prácticas homosexuales. Así, con posterioridad, los estudios científicos realizados por Alfred C. Kinsey, concluyeron que, analizados tanto el comportamiento como la identidad, la mayor parte de la población parece tener por lo menos alguna tendencia bisexual (atracción hacia personas tanto de uno como de otro sexo), aunque ordinariamente se prefiere un sexo u otro. Kinsey y sus estudiantes consideraron que sólo una minoría (del 5 al 10 por ciento) es completamente heterosexual o completamente homosexual. De la misma manera, sólo una minoría aún más pequeña puede considerarse completamente bisexual y se establecieron diversos grados de bisexualidad. Estudios posteriores han querido demostrar que el informe de Kinsey había exagerado la prevalencia de la bisexualidad en la población; pero todavía su idea goza de una gran aceptación. Algunos pensadores en los estudios de género, siendo el más famoso el filósofo francés Michel Foucault (aunque algunos hayan argumentado que sus ideas en este tema han sufrido distorsión), atacan la idea de que identidades sexuales tales como la homosexualidad, la heterosexualidad o la bisexualidad tengan cualquier existencia objetiva. Dicen, en su lugar, que son construcciones sociales. Este punto de vista teórico se llama teoría queer. Un argumento frecuente es que la homosexualidad premoderna era diferente de la homosexualidad moderna, pues era estructurada por edad, por sexo o por clase, en vez de igualitaria. Los críticos contestan que, aunque la homosexualidad de épocas distintas haya tenido rasgos distintos, el fenómeno básico ha existido siempre y no es una creación de la sociedad actual. Una de las últimas teorías propuestas para la homosexualidad se basa en la llamada selección social. Propuesta por la profesora de biología de la Universidad de Stanford Joan Roughgarden, la teoría se enfrenta a la selección sexual de Darwin. Básicamente niega la reducción de la diversidad sexual a dos sexos, uno masculino y agresivo y otro femenino y cohibido. Con numerosos ejemplos del reino animal y de culturas distintas de la occidental, muestra que la naturaleza y las diferentes sociedades ofrecen soluciones sorprendentes a la sexualidad: peces con varios tipos diferentes de machos o cuyos componentes cambian de sexo en caso de necesidad; mamíferos que tienen a la vez órganos reproductores masculinos y femeninos, etc. En el caso de la biología humana, afirma que la existencia de homosexuales, transexuales y hermafroditas no es más que una variación natural que se integra perfectamente en la diversidad mostrada por los demás animales. La expresión social de esta diversidad se encontraría en sociedades como la de los nativos norteamericanos, con sus dos espíritus, los mahu polinésicos, los hijra indios o los eunucos, que identifica con personas transgénero. Las personas que generalmente tienen una orientación heterosexual pueden sentir deseos leves u ocasionales hacia personas del mismo sexo, del mismo modo que aquellos que generalmente tienen una orientación homosexual pueden sentir deseos leves u ocasionales hacia personas del sexo opuesto. Hay personas con orientación homosexual que, por las condiciones de intolerancia y violencia o de difícil acceso a otras personas del mismo sexo, mantienen relaciones heterosexuales. La represión, la homofobia y la postura de la mayor parte de las religiones obliga a los homosexuales a esconder su orientación fingiendo ante la sociedad tener una orientación heterosexual, lo que se denomina coloquialmente «estar en el armario» o «en el closet». Sin embargo, autores como el doctor Joseph Nicolosi refieren que, si muchos homosexuales ocultan su orientación sexual, no se debe tanto a la represión social, que no se niega como factor secundario, sino a que la homosexualidad en sí misma representa para el homosexual una condición de incompatibilidad tanto a las bases sociales establecidas como a su particular sistema de valores morales, es decir, que existe un conflicto entre lo que se es y lo que se debe ser según la educación familiar que se haya dado, así como a ciertos grados de desorden en la identidad sexual. En la actualidad, hay personas con orientación homosexual que están 'saliendo del armario' o que 'han salido del armario', lo que se aplicaría a las personas que dejan de fingir o reprimir su orientación sexual. La actividad sexual con una persona del mismo sexo no se considera necesariamente homosexualidad como orientación sexual, sino un comportamiento homosexual. No todos los que desean a personas del mismo sexo se identifican como homosexuales o bisexuales. Algunos tienen relaciones sexuales a menudo con personas del mismo sexo pero son y se definen como heterosexuales. Es entonces importante distinguir entre comportamiento, deseo e identidad homosexual, los cuales no siempre coinciden. Por ejemplo, en algunos sitios segregados por sexo puede aparecer relaciones homosexuales "situacionales", aunque el comportamiento sea heterosexual fuera de allí. Lo mismo puede ocurrir por razones económicas o ajenas a la voluntad. El informe Kinsey reportó que el 37 por ciento de los varones estadounidenses admitían que habían experimentado un orgasmo al tener contacto sexual con otro varón. La mayor parte de los estudios al azar efectuados en los Estados Unidos y en Europa occidental estiman que alrededor del 8 por ciento de los hombres y las mujeres admiten haber tenido alguna experiencia homosexual, y que alrededor del 2 por ciento admiten su preferencia por experiencias exclusivamente homosexuales. El National Opinion Research Center ("Centro Nacional de Investigación en Opiniones", en español) ha informado que aproximadamente el 0,7 por ciento de los hombres estadounidenses se consideran homosexuales". De todo ello deduzco una verdad inapelable: que lo natural es nacer hombre o nacer mujer y en este sentido no hay duda alguna de que Dios creó al varón y como compañera a la hembra y los denominó hombre y mujer para diferenciarlos de los demás animales. Es, por lo tanto, por causas ajenas a la Naturaleza por la que algunos nacen homosexuales o lesbianas (volved a leer lo entresacado de Wikipedia donde se demuestra que son causas ajenas a la Naturaleza las que hacen que, en un muy pequeño número de casos, se nazca con estas desviaciones y, desde luego, me afirmo y me reafirmo en la idea de que la inmensa mayoría de homosexuales y lesbianas no son producto del nacimiento sino de la clase de vida que les ha rodeado en la infancia o bien a la clase de vida viciosa a la que se han entregado en cualquier edad. Existen algunos casos que llaman mucho la atención debido a la forma tan personal e individual en que se presentan. Son, entre las más conocidas, el transformismo, la metrosexualidad y los llamados emo. Vamos a ver cómo los definen en Wikipedia. "El transformismo, es un sustantivo usado para referirse en su mayoría a personas de sexo masculino que ocasionalmente adoptan los modismos culturales (maquillaje, vestimenta, gestos, forma de hablar) que convencionalmente se le asignan al sexo contrario. Esto puede estar relacionado o no con la identidad sexual. Muchas culturas incluyen esta práctica como una expresión artística, como es el caso de los onnagatas del teatro kabuki japonés, o los actores masculinos que representaban roles femeninos en la ópera tradicional china, así como también se acostumbraba en el antiguo teatro de algunos países de Europa. Un ejemplo moderno podrían ser las películas hollywoodenses Victor Victoria (1982) y Tootsie (1982)". "Un metrosexual es un hombre que siente una gran preocupación por su imagen y se caracteriza por gastar en cosméticos y ropa bastante más que la media. El término es de aparición reciente. El prefijo metro proviene de metrópoli y refleja que se trata de una tendencia principalmente urbana. Es la persona que requiere satisfacer ciertas necesidades a través de la compra u obtención de algún producto que se utiliza para la belleza o higiene del cuerpo, especialmente del rostro. La palabra "metrosexual" fue inventada en Inglaterra por Mark Simpson en 1994, usando las palabras "metro" de Metrópolis y "sexual" de sexo. Define al "nuevo hombre" del siglo XXI. El metrosexual es un hombre que no necesariamente debe ser adinerado, vive en la metrópolis y le gusta vestirse con ropa a la moda, se arregla las uñas (manicura), cuida su piel (faciales, tratamientos, entre otros), usa cremas, se tiñe el pelo, etc. Puede ser éste hombre homosexual, heterosexual o bisexual. Lo que importa es que el individuo se "gusta" a sí mismo y no tiene miedo en hacerlo saber o en manifestarlo de forma evidente. Mark Simpson inventó un nombre para definir algo que ha existido durante mucho tiempo pero que ahora se está haciendo más común. Hombres que no tienen vergüenza en pintarse las uñas, pintar su pelo, usar cremas para la cara, ni de vestirse usando ropa de colores vivos. A pesar de que esto ha existido siempre, ahora parece que muchos hombres se sienten "liberados" de la imagen tópica de "macho" que ha caracterizado al varón por siglos. Este nuevo varón posiblemente está en contacto con su parte femenina sin miedo a exteriorizarlo. Sin embargo el metrosexual no se debe confundir con un travesti o transformista. Algunas sociedades no ven con buenos ojos a este tipo de hombres y los tildan de afeminados u otros términos peyorativos e insultos. A lo largo de la historia se han utilizado otros términos para referirse a características hasta cierto punto equivalentes. Por ejemplo, los vocablos petimetre y dandy hacen alusión también a la preocupación por el aspecto personal, aunque lo vinculan con cierto componente de afectación. ¿Por qué usan los hombres cosméticos?. Todos somos consumidores potenciales de cosméticos, independientemente de la edad, género, raza o cultura. Anteriormente era mal visto que los hombres utilizaran productos de belleza; sin embargo actualmente cada vez más hombres usan cremas, mascarillas, tintes y no tienen reparo en que la gente lo sepa. Marcas como Zirth Skin Nutrition, Clinique, Yves Rocher, entre otras, han investigado las motivaciones de los hombres al momento de comprar productos para el cuidado de la piel y se han enfocado en entender los motivos de compra y de no compra de los hombres al decidir usar productos de belleza. Existen diferentes técnicas para identificar y medir los motivos humanos. Cada una con ventajas y limitaciones. Los productos de belleza o cosméticos ya no están pensados solo para las mujeres, ahora los hombres también tienen la necesidad de verse mejor y cuidar su piel. Es por eso que ahora el mercado de cosméticos se ha vuelto más amplio y con una nueva gama de productos especiales para el cuidado de los hombres; ya que estos productos de belleza son más efectivos y día con día preferidos por el género masculino. Es por ello que se necesita realizar una investigacion que nos permita entender las necesidades actuales de los hombres y así poder satisfacerlas. La última década se vio el fenómeno metrosexual, con los hombres a prestar más atención a las compras, vestirse y arreglarse. Ahora las compañías conocen desde hace décadas para el maquillaje y productos para la piel de las mujeres se atienden a las cuestiones de género con otros productos para empujar las fronteras de los hombres de estilo. Clinique ha hecho la racha de bronceador y corrector para los hombres. Jean Paul Gaultier, que es sobre todo una casa de moda de alta costura, cuenta con un dos-en-un palo de corrector y delineador de ojos, también conocido como guyliner. "Universalmente, el mercado de preparación de los hombres sigue creciendo a medida que muchos hombres se esfuerzan por cuidar mejor de su piel. El consumidor masculino es cada vez más informados sobre la salud de su piel y [cómo] para frenar los efectos del envejecimiento", dice Megan Marsanico-Byrne, asistente del gerente de Comunicaciones de Clinique Mundial. Los hombres están descubriendo que pueden utilizar los productos de cuidado de la piel que proteger y mejorar su piel. Se puede quitar el brillo y cubrir imperfecciones no deseadas que mantiene la piel de aspecto natural, masculino y no "hecho hasta". La verdad del asunto es que las mujeres están tomando ventaja de todos del maquillaje para verse fabulosas, por lo que los hombres mejor ponerse al día, ya que u n poco de ayuda extra nunca viene mal. (Labossiere, 2008). El hombre quiere cada vez más a su piel y ése en un proceso que no admite vuelta atrás. Según el Estudio Cuantitativo Cosmética Masculina Euro RSCG elaborado en 2007, en la actualidad el 91% de varones afirma usar productos para el cuidado cutáneo, lo que ha redundado en un incremento del 14% en el consumo de la cosmética masculina. Un posible ejemplo es la observación que realizo Vichy en el año de 1988; donde demostró que la cosmética no era solo cosa de mujeres he hizo un lanzamiento de la gama Basic Homme, la cual impacto y por tanto la reconvirtieron en el siglo XXI como Vichy Homme. Además un estudio elaborado por la consultora D' Alessio Irol para la marca Biotherm Homme, de L'Oreal, indicó que los hombres argentinos no son ajenos a este cambio paradigmático. De acuerdo con el informe "el sentirse o lucir mejor, además de ser considerado saludable, es considerado un factor importante para el desarrollo laboral (en el 83% de los casos), la relación con la pareja (90%) y la relación con los hijos, especialmente cuando son adolescentes (65%)". En el caso de los hombres de 24 a 35 años, el 53% respondió que todos los días le dedica tiempo a su cuidado personal, algo similar a lo que ocurre en el segmento de 48 a 59 años . Además, el 81% de los hombres admitió que compra personalmente los productos para su piel y sólo el 22% que se lo pide a la pareja. La tendencia está moviendo la aguja de las ventas en las compañías productoras de cosméticos. Valentín González, director de la División Lujo de L' Oreal asegura que el año pasado, las ventas de la marca Biotherm crecieron un 34% respecto del año anterior y las del segmento Homme, subieron 79%. Este año, ese crecimiento fue del 28 y 59% respectivamente. Según los expertos, las consultas masculinas más frecuentes son por la caída del pelo, la foliculitis de la barba (leáse pelos encarnados), la limpieza de cutis o la posibilidad de reducir los famosos "rollitos" de la panza. Los datos lo demuestran. Biotherm realizó un sondeos entre consumidores ABC1 en la que uno de cada dos hombres admitió que se cuida la piel habitualmente. El 73% de los encuestados, además, consideró el cuidado personal como una actividad placentera y cotidiana. No parece ser una cualidad excluyente del mercado premium. Soledad Cabut, a cargo de la línea hombres de Nivea, reconoce que el mercado respondió mejor de lo esperado al lanzamiento de la línea Nivea for Men en el 2005. Al año, la empresa alcanzó con esos productos el 30% de la facturación de la marca. Ahora cuenta con una línea de cremas revitalizantes para el rostro, a la que sumó una línea de artículos para piel grasa, y vende sus productos apuntando al "cuidado por salud, más que por belleza". A la hora de vender "el mensaje de la belleza sigue afectando el concepto de macho", según Cabut. Las perspectivas, sin embargo, tienen que ver con los nuevos hábito de consumo. Mientras que hasta hace unos pocos años era impensable encontrar a un hombre comprando cosméticos, la encuesta de Biotherm revela que el 50% de los que utilizan esos productos dice que los adquieren ellos mismos. Hasta el año pasado, la mayoría utilizaba el producto de la pareja. Y se anima en perfumerías y shoppings, no sólo en free shops o durante los viajes. Desde el marketing, las líderes del mercado han invertido sus millones para desarrollar una nueva estética, adaptar los colores y poner el packaging a la altura de la demanda masculina. "Nada de potes", coinciden por ejemplo en Dior, Biotherm y Nivea. Los hombres prefieren productos con envases en colores fuertes, en pomos o vertedores, y buscan geles antes que cremas, envases de vidrio o pesados. Nada de formato femenino. Francois Dif, maquillista internacional que visitó nuestro país durante el Festival de la Belleza, comentó a Galería los detalles que el hombre debe tomar en cuenta para mejorar su imagen. El hombre necesita ser un caballero, un gentleman, y no solamente vivir de la apariencia; que sea inteligente, natural, sin excesos, la belleza para mi es algo natural y con los cosméticos ayudo mucho a complementarla, ahora tenemos la suerte de tener muchos productos que ayudan a resaltarla. La tendencia de los hombres en cuanto a su arreglo personal es lucir muy atractivos, muy agradables, que las mujeres vuelvan hacia ellos su mirada. El hombre busca verse muy bien vestido, que físicamente esté muy bien, pero sin exagerar; ser elegante, pero discreto. A los hombres gusta mucho que las mujeres los miren. Ahora los hombres compran más periódicos que antes porque también como la mujer buscan la moda, quieren saber qué hay de nuevo para ellos, qué es mejor, cómo gustarles más a las mujeres, eso es bueno. Usan mucho las cremas y los cosméticos. Los hombres antes eran machistas, hoy no, ahora es una cosa muy natural que los hombres compren cremas de día y de noche. También en Europa muchos gustan de usar un poco de polvo para verse bronceados y tener una apariencia más saludable en la cara. Pienso que es importante que el hombre se cuide la piel, esto lo debe de hacer tanto la mujer como el hombre. Creo que a una mujer le gusta que un hombre tenga buena piel, que sea elegante, sentirlo atractivo. Ahora la situación en la que nos encontramos contribuye a que también los hombres cuiden de piel; debido a los cambios climáticos, pero más aun influyen la época en la que nos encontramos y por tanto la sociedad cambia, haciendo que sean más globalizados y abiertos a nuevos paradigmas. También contribuyen los medios de comunicación al mostrarnos un estereotipo de cómo deben ser los hombres; jóvenes, guapos y que cuidan de aspecto físico; recibiendo a cambio una mirada de admiración por parte de una mujer. Se define a los emo de la siguiente manera: "El término "emo" es un apócope de emotional hardcore o emo-core y hace referencia a las letras de los grupos del género, caracterizadas por abordar variadas emociones y estados de ánimo, buscando asimismo generar estas mismas emociones en el oyente. Para lograr una mayor expresividad utilizan en su música cambios de ritmo y crescendos, combinando en una misma canción estallidos de furia heredados del hardcore, con sonidos más apacibles. Los emos son adolescentes de entre 13 y 18 años que parecen tristes, lucen un aspecto mortecino y tienden a victimizarse. Se definen como personas sensibles que no tienen ningún diálogo con sus padres porque "no los entienden". Usan largos flequillos que les tapan normalmente el ojo derecho y melenas largas y de color negro. De esta forman dicen que expresan inconformidad y que es la barrera que les protege de la sociedad, una sociedad deprimente. "Usamos los cabellos en el ojo para mostrar que una parte de la sociedad nos da vergüenza. No queremos que esa parte de la sociedad, que no nos gusta, nos vea", dice Matías, integrante de un grupo de "emos". Visten ropas de color negro y ceñidas. También usan otros colores, a diferencia de los góticos, como el blanco, el rosa o el rojo, siempre combinándolo con el negro. Llevan piercings, pulseras fluorecentes, chapas, muchos colgantes y muñequitos-llaveros. Tanto los chicos como las chicas se maquillan los ojos con abundante sombra negra. En general son muy delgados. Sienten un aprecio especial por las películas de Tim Burton, sobre todo por Pesadilla antes de Navidad (El extraño mundo de Jack). Jack es el esqueleto animado de la película. Debido a sus estrafalarios peinados y su andar afeminado, los "emos" muchas veces son comparados con los "metrosexuales" (hombres que cuidan mucho su estética, y terminan luciendo un aspecto femenino). Su música es de estilo emocore y screamo, géneros derivados del hardcore y el posthcore (ritmos rápidos y excitantes, mezclas de punk y hip hop, con letras que hablan de amor, muerte, odio y desilusión). Tienen una forma especial de bailar: se colocan en círculo, mueven los brazos al aire como si pelearan, no se tocan, lanzan un grito (scream) de vez en cuando simulando dolor y mantienen la cabeza gacha. Dicen que no creen en nada, que no tienen sueños y que han nacido para sufrir. Son de clase media, algunos se autoflagelan para mostrar su dolor, rechazan a sus padres y a la sociedad. Existen "emos" que, entre otras prácticas oscuras, se cortan la piel como sinónimo de descontento con el mundo que los rodea y fantasean con el suicidio. El caso de Hannah Bonn, la adolescente británica que se ahorcó con una corbata y que estaba ligada a este movimiento, ha levantado la alarma sobre sus actividades. Algunas parejas de "emos" se cortan el cuerpo para llevar las mismas marcas, como símbolo de fraternidad, lo cual constituye, en tiempos del VIH/sida, un riesgo para su salud. En You Tube se cuentan por decenas los videoclips donde jóvenes "emos" se cortan los brazos. "Hay muchos emos que se cortan los brazos para expresar el dolor que llevan adentro", informa Sebastián, de 16 años. El psicólogo Miguel Espeche alertó en el periódico La Nación: "Los padres tienen que ser capaces de ofrecerles a sus hijos un lugar en el mundo con algo más de luz que el que estos muchachos sienten tener para ellos". Ahora vamos a ver cómo define Wikipedia a la hipersexualidad. Dice así: "Hipersexualidad es la necesidad incontrolable por el sexo de todo tipo ya sea anal, oral, vaginal y su motivación lúdica está fijada con las relaciones sexuales con otras personas hasta masturbación o un ávido consumo de pornografía son personas catalogadas como hiperactivos sexuales o adictos al sexo. La hipersexualidad se caracteriza por una frecuente estimulación visual que hace que el individuo exacerbe su natural sexualidad hasta la adicción. Esto provoca que se autoestimule genitalmente y una vez alcanzado el punto de orgasmia, puede no resultar en la satisfacción emocional (o sexual) a largo plazo del individuo; o bien escale en mayores grados de placer. La hipersexualidad se manifiesta en individuos reprimidos sexualmente en su infancia o adolescencia; y en los de mayor edad, el sentimiento de perder el vigor sexual (especialmente en hombres) y desear mantener la libido excitado sexualmente consumiendo pornografía. En ocasiones, la hipersexualidad va acompañada de sentimientos de malestar y culpa. Se piensa que esta insatisfacción es la que alienta la elevada frecuencia de estimulación sexual, así como síntomas psicológicos y neurológicos adicionales.Otra manera en que se manifiesta la hipersexualidad es cuando ocurre la ruptura con la pareja en que la relación ha sido predominantemente sexual, el o la afectado(a) o abandonado(a) busca a la pareja insconcientemente en otras parejas sexuales y de este modo se produce la adicción al sexo. Los hipersexuales pueden tener problemas laborales, familiares, económicos y sociales. Su deseo sexual les obliga a acudir frecuentemente a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, buscar páginas sexuales en Internet, realizar con frecuencia llamadas a líneas eróticas, buscar el contacto sexual mediante citas a ciegas, entregarse al sexo ocasional con desconocidos, etcétera, haciendo que su vida gire en torno al sexo. El concepto de hipersexualidad sustituye los antiguos conceptos de ninfomanía (furor uterino) y satiriasis. La ninfomanía se consideraba como un desorden psicológico exclusivamente femenino caracterizado por una libido muy activa y una obsesión con el sexo. En los hombres el desorden era llamado satiriasis y quien la padecía se le denominaba sátiro. Actualmente, los términos "ninfomanía" y "satiriasis" no aparecen listados como desórdenes específicos en el DSM-IV, aunque permanecen como parte del CIE-10. El umbral para lo que constituye la hipersexualidad está sujeto al debate, y los críticos preguntan si puede existir un umbral diagnóstico. El deseo sexual varía considerablemente en los humanos; lo que una persona consideraría como deseo sexual normal podría ser entendido por otros como excesivo y por otros como bajo. El consenso entre aquellos que consideran la hipersexualidad como un desorden es que el umbral se alcanza cuando el comportamiento causa incomodidad o impide el funcionamiento social. La hipersexualidad también se manifiesta en individuos sanos, presentándose por cortos periodos en que la testosterona o estradiol presentan máximos niveles. La hipersexualidad puede expresarse también en aquellos con desórdenes bipolares durante periodos de manía. Personas que sufren de desorden bipolar pueden presentar continuamente enormes oscilaciones en el libido, dependiendo de su estado de ánimo. Algunas veces esta necesidad psicológica de actividad sexual es mucho más alta de lo que ellos reconocen como normal, y a veces está muy por debajo de ello. La hipersexualidad es una de la dependencias menos conocidas y visibles, puesto que las personas que lo padecen suelen mantenerlo oculto y disimularlo, sobre todo con las personas conocidas (con las que se muestran incluso como tímidos). Se estima que hasta el 6% de la población lo padece, y que sólo el 2% de los afectados son mujeres. Ahora vamos a ver como define Wikipedia al bestialismo (de cuyo tema prefiero no escribir demnasiado por la enorme aberración que supone): "La zoofilia (del griego zoon, "animal", y philia, "afinidad") o bestialismo es una parafilia que consiste en la atracción sexual de un humano hacia otro animal distinto de su especie. Las personas que sienten esta afinidad o atracción sexual son conocidas como zoófilos o zoofílicos. Para mayor claridad, en este artículo se utilizará el término zoofilia para la atracción sexual, y el término bestialismo para el acto sexual. Las dos tendencias son independientes: no todos los actos sexuales con animales implican a zoófilos, ni todos los zoófilos practican el sexo con animales. La zoofilia es considerada en muchas ocasiones como antinatural, y el acto sexual con otros animales como un abuso de éstos o como un "crimen contra la naturaleza". Algunas personas, por ejemplo el filósofo y autor Peter Singer (involucrado en movimientos por los derechos de los animales), defienden que esto no es así. Aunque la investigación de la zoofilia se muestra optimista y apoya a los zoófilos en su mayor parte, la cultura general se muestra hostil al concepto de la sexualidad animal-humana. La actividad o el deseo sexual zoófilo no es considerado como patología por el DSM-IV (TR) (cuarto manual diagnóstico y estadístico de la American Psychiatric Association, asociación estadounidense de psiquiatría), a no ser que vaya acompañado de angustia o que interfiera en el funcionamiento normal de la persona en cuestión. Críticos alegan que dichos comentarios en el DSM-IV no dicen nada sobre la salud mental y física del animal que tome parte en actos sexuales con personas; sin embargo, defensores de este tratado sostienen que la relación entre un humano y otro animal puede ir más allá del mero acto sexual, que los animales son capaces de formar una relación amorosa duradera con otro animal o con un humano, y que tal relación no es funcionalmente diferente de ninguna otra relación sexual o amorosa. Dejo este tema para el profundo debate de quienes estén interesados en el mismo porque yo no tengo nada más que añadir. Pero voy a terminar este capítulo amenizándolo con una curiosa reflexión que presenté en Vorem.com. Es para pensar detenidamente y lo presento sólo para que podamos reflexionar sobre estos temas de sin ninguna clase de prejuicio a priori ni tampoco represión contra la libertad de opinión: "Y vendrán a ofrecerte, ellas y ellos, el placer en forma de libertad. Engañosa libertad es esa, Eva. Engañosa libertad donde te pedirán a cambio toda tu dignidad. A cambio de un placer tan pasajero que, si lo piensas bien, lo puedes autogozar mucho mejor sin necesidad de entregarte a sus lujurias. Ellos y ellas, los y las del auto a cambio de la satisfacción no son más que la gangrena de la sociedad y la corrupción de tu cuerpo. Tú eres libre para no tener que someterte a ninguna esclavitud que sirva para saciar los apetitos ajenos al tuyo mismo. El amor libre es la venta de los gatos y de tu dignidad. No. No al auto de los cementerios a cambio de su satisfacción. Eres libre y por eso no debes someterte a las estafas ni a los traumas de la represión. No te sometas nunca ni a los gallos ni a las gallinas (gays y lesbianas del corral). Ese amor libre que con tanto afán quieren llevar a tus oídos es cubrir sólo su satisfacción. ¿Y la tuya?. No te vendas para satisfacerte a ti misma. Tu cuerpo no está hecho para bailar al traqueteo de los autos de los cementerios porque no es un cuerpo para la muerte sino más bien para el vivir. Tu cuerpo está hecho para que lo puedas disfrutar dentro de lo que es tu naturaleza femenina. No es pecado. Busca siempre lo normal de tu propia naturaleza. Que nadie toque lo que es tuyo porque no es lo mismo el auto a cambio de tener un momento de satisfacción que la autosatisfacción a cambio de poder gozar algún día del verdadero matrimonio. No sé si me habéis entendido amigas pero ojalá que sea así. Os envío un cariñoso beso de amistad. Y para finalizar con el capítulo definitivamente hablando he aquí mi texto titulado "Siempre conturba algo". Lean, piensen y analicen... después... reflexionen lo suficientemente maduros y maduras de mentalidad: "Siempre que, por alguna circunstancia, he tenido que pasar por la puerta de la cafetería Santander, en la madrileña calle de Sagasta, entre los metros de Alonso Martínez y Bilbao, rememoro aquel día en que había quedado allí con dos amigos para luego ir a bailar a alguna discoteca de la zona. Ocurrió que llegué un poco tarde a la cita y vi a mis amigos algo "mosqueados". Pero no era conmigo... Lo que pasó es que, mientras me esperaban, habían avistado a dos preciosas chicas sentadas junto a ellos al borde de la barra e intentaron ligar con ellas. No habían hecho nada más que comenzar con esta labor cuando, repentinamente, aparecieron dos mujeres de edad ya madura, abrazaron a las chicas, las besaron en la boca y se las llevaron, asidas por la cintura, a un automóvil. Siempre que los hombres vemos tan de cerca un acto de lesbiansimo, nos entra una extraña e idefinida sensación muy variopinta. Algunos, sobre todo los de edad muy avanzada, desearían convertirse, en esos mismos momentos, en El Guerrero del Antifaz o El Espadachín Enmascarado y, desenvainando sus espadas (quizás por ilación de ideas...) liarse a mandobles hasta poner un poco de orden en sus desconcertados pensamientos. Otros, de menor edad, quedan algo perplejos y reaccionan simplemente con la sorpresa de estar nadando en alguna laguna inconclusa. A muchos, de edades más juveniles, les gustaría ser en esos momentos boca y eliminar los fantasmas de las "veteranas" para ser ellos los que besan los frescos labios de las chavalas. Hay otras muchas reacciones imprevistas, que dependen de nuestras maneras de pensar. Algunas son tan transitivas que se comienza a divagar con eso de que si se verifica que para un elemento a hay un elemento b y para un elemento b hay un elemento c también para un elemento a hay un elemento c... y otras tan intransitivas que van seguidas de un complemento directo como dormir, morir o quedar. Yo no acierto nunca a definir exactamente qué es el lesbianismo y me apresto a aceptar lo que diga mi diccionario. Pero la sorpresa es grande cuando este diccionario (tan locuaz y explícito con las palabras "homosexualidad" o "genética" por ejemplo) se limita a un breve y lacónico "homosexualidad femenina" cuando define la palabra "lesbianismo". Así que solo puedo acudir al recurso de citar a Safo de Lesbos cuando evocando a su amiga Arignota escribiö: "Semejante a la manzana dulce, roja en la parte de la rama, en lo alto de la copa del árbol, los cosechadores se han olvidado de ella. Pero no, no se han olvidado; es que nos han podido alcanzarla".
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|