Se acerca la hora H del temible día D. Nos encontramos ante la incertidumbre de saber si es que todo lo estudiado nos es valioso o simplemente vamos a la deriva proque nos hemos quedado demasiado tiempo esperando... y nos preguntamos ¿qué esperan de nosotros?. Nosotros, al fin y al cabo, lo hemos intentado pero la imposición es incontestable. ¡O me sacas un 10 en las Matemáticas o este año te quedas sin vacaciones!. Y nos lo dice como si ese 10 de las Matemáticas fuesen los 10 Mandamientos de la Ley de Dios. Y nosotros pensando... ¿cuál será la verdad después de la hora H del temible día D?. Si. Muchas veces, durante el transcurso del año escolar, nos hemos distraído a veces, a veces nos hemos quedado en el limbo sin saber qué diantres era aquello de la trigonometría y, como pajar sin trigo, se nos ha quedado una laguna mental en el subconsciente.
¡O me sacas un 10 en Física o este año te quedas sin vacaciones!. Ahora son los 10 Mandamientos de la Ley de un dios que se cree sabedor de toda nuestra conciencia. y nosotros todavía con la resaca de los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer que hemos estado escribiendo a escondidas, en el cuaderno que nos blanquea la conciencia, mientras no entendíamos nada de la Ley de Avogrado.
Alguien dijo de la enseñanza: "En cuestiones de cultura y saber; sólo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da". Es algo que todos desconocen. Sabemos que fue Antonio Machado pero... ¿cómo poder saber lo que hemos perdido si nos han obligado a escribir fórmulas y más fórmulas cuando nosotros estábamos intentando escribir algún poema a la chica de la primera mesa?. Si. La chica imposible. La más inteligente de toda la clase que, para más inri y pesar nuestro, es la más guapa de todo el colegio y, desde luego, innacesible para nuestros deseos.
Empezams a repasar todo lo de la química orgánica e inorgánica. Intentamos despejar la mente como si estuviésemos todavía jugando de defensa lateral izquierdo... ¡con lo mal que manejamos nosotros la izquierda!... y tuviésemos que decidir entre enviar el balón al primer anfiteatro o despejarlo hasta más allá del estadio. El problema es que nos han estabulado, como si de terneros fuésemos, lo de ¡o me sacas un 10 en Química o este año te quedas sin vacaciones!.
Miramos el libro. Es muy lindo esto de mirar al libro para contemplar la fotografía de ella que tenemos escondida entre sus páginas sin que se haya enterado nadie. Ella por supuesto que lo desconoce como desconoce también quién hemos sido durante el año escolar en que sólo nos hemos tenido que contentar con verla desde atrás, desde el último lugar de las filas... y todo porque estuvimos despejando incógnitas como si todo el curso hubiese sido un solo partido, sobre esto de ¿qué es enamorarse de la más guapa del colegio que, para más inri de nosotros, es la más inteligente de la clase?. Volvemos a la realidad. Ni sabe como nos llamamos ni se ha interesado nunca por saberlo. ¿Habrá suerte este año?. Sabemos que no... y lo único que nos queda como consuelo es, quizás, tal vez, acaso... si es que sacamos un aprobado suficiente en Matemáticas, en Física o en Química... nos levanten la admonición de los 10 mandamientos del señor padre... y tengamos la asombrosa fortuna de que ella, la que nos va a hacer repetir dos o tres materias para septiembre si es que no espabilamos a tiempo antes de que llegue la temida hora H del horrible día D... veranee también en Las Habas del Cíncara, que es el pueblo de nuestros ancestros adonde vamos, ienxorablemente, año tras año por culpa de un cero más o menos en materias que no deseamos ni que hayan existido. Por soñar que no quede... pues como dijo Antonio Machado: "caminante no hay camino se hace camino al andar"... ¡y otra vez el dichoso Antonio de la primera fila, el que tiene la suerte de ser el sempiterno compañero de mesa de ella!... machacándonos la conciencia porque más de una vez y más de dos y más de tres nos hemos tenido que aguantar las ganas y los deseos de haberle roto los morros y las gafas de empedernido "empollón" con un trompazo de aquí te espero.
Soñar no cuesta nada más que conseguir otra fotografía más de ella... que ya vamos me parece que por la 17 ó 18 que hemos conseguido reunir... aunque lo más seguro es que no tengamos nada de suerte... ¡como siempre!... porque ella pertenece a una rica familia con chalet en Salou y ni soñar que vaya a veranear a Las Habas del Cíncara. A lo mejor, con un poco de "potra", logramos pasar el curso y tener la oportunidad de que, en alguna ocasión, nos decidamos a dirigirle la palabra en vez de jugar tanto al fútbol para disimular que estamos enamorados de ella.