Mi soledad y yo (Diario).
Publicado en Jun 13, 2011
Tú no tienes alma. Eso es inédito. La fuerza del corazón nos produce palpitaciones más allá de los sentidos. ¿Lo ves?. Escucha cómo late. No te preocupes por mí... quiero morir en tu veneno y con tu letras podrás acariciar mis sueños. Básico. Elemental. Primordial. Solamente si tú me miras mi primera canción será para ti. ¡Cómo te echo de menos en esta soledad!. Pisando fuerte. Eso es. Pisando fuerte a lo que soy. No hay más de mí. ¿Qué sucede?. ¿Qué te ocurre?. ¿Recuerdas a los dos cogidos de la mano?. A lo mejor es que sólo lo has soñado. No. Quizás no fuese así. Se apaga la luz de mis miradas y, ya lo ves, tumbado estoy en la cama pensativo. Yo también sé pensar. Lo he descubierto... ¿y si fuese ella?. Aquello que me dictas no existe. Bueno. Es que a veces soy poeta. No tiene importancia pues ocn el alma al aire qusiera ser otra vez alguien más de mí. Abro la ventana y miro: hay un número de pequeñas cosas paseando por ahí abajo y sólo se me ocurre amarte. Y si me llamas aprendiz pues... claro... no importa. Escucha bien porque ahora hablo yo en inglés: ¿try to save your s'ong?. No importa lo que he dicho. En realidad no importa. Sí. Un corazón partío como señal de democracia. y si sé algo es que es algo personal... pero soy demócrata cuando nadie me ve. ¿Demócrata?. ¡Qué bien suena esa palabra!. Vuelvo a abrir la ventana y a mirar más allá de mi corazón. Efectivamente, hay un universo de pequeñas cosas paseando por ahí debajo. Cada uno se siente, vaya usted a saber por qué razón, demócrata. ¿Seremos libres alguna que otra vez?. Tú ya lo eres. Yo apenas hablo de ello cuando me asomo a la ventana para observar a las estrellas. ¡Dale al aire por bulerías y no vayas a llorar por eso!. Dentro de mí no hay nada más que mi soledad y yo. ¿Qué le vamos a hacer?. ¿Qué vamos a sentir mañana?. Con Juan puedes comer habichuelas pero conmigo sólo las lentejas del o las tomas o las dejas. ¿Y qué tal los de Ketama?. ¿Te gustan los del Ketama que son como gorriones grises pero tirando más bien a pardillos de alas azuladas?. Y es que así es la vida por aquí, en este amar la vida y servir de espejo a Pepe y a Lucía. ¿Y sabes quién es Lucía para mí?. ¿Pepe?. ¿Quién es Pepe?. ¿De verdad crees que caí en las redes de un falso pastor brasileño?. ¿Pastoril yo?. ¿Te crees de verdad que yo, asomado a la ventana de la gran ciudad, soy un canto pastoril cayendo en las redes de un falso pastor brasileño?. No es cierto. Abro la ventana porque soy libre. Quizás sólo sea de los de la lejanía porque adoro como un enamorado a un manzano cargado de peras. ¿Que no se puede coger peras de un manzano?. Quizás. Ya sabes que algunas veces hasta sé escribir en inglés. ¡The hardest day con the cors!. Sí. Ya lo sé que no sé lo que he dicho. ¿Qué importa lo que he dicho?. Eso, tumbado en mi cama, quizás hasta me sirva para viajar hasta Portuondo?. ¿Portugal?. No. No soy portugués. Casi lo soy pero no lo soy. Así es, a vece, la vida. Por eso me trasladé rápidamente hasta el centro. ¿Que si me gusta la gente de la gran ciudad?. Yo, para ti, sólo soy gente de la gran ciudad. Y bien. Es cierto. Vale. Ya sabes que me he convertido ahora en silencio. Con Moncho quizás te vaya mejor. Canción de amor para olvidarte. Mi soledad y yo nos despedimos de ti. Adiós. Me queda la ventana abierta para seguir mirando por ella cómo pasean por ahí debajo un univeso de cosas que se llaman demócratas. Y que más da. Que cada cual se llame como desee. Pero yo sigo asomado a mi ventana abierta con la libre libertad del deliberado liberado.
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Emme
Saludos, Emme.