Minicho (Diario)
Publicado en Jun 23, 2011
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Minicho sólo es un viejo gato siamés; pero tiene algo que se llama veteranía. Por eso destaca su presencia del común de resto de gatos que merodean la casa. Minicho es una mezcla de colores entre el coco y la canela, por eso es mezcla metafórica de lo corpóreo y espiritual. Cuando se le acaricia gruñe ligeramente pero sólo lo hace para indicar su agradecimiento por el detalle. Los que no saben esta faceta de Minicho creen que es un gato cascarrabias y malhumorado. Nada más lejos de la realidad puesto que Minicho es tranquilo y dócil como un suave amanecer. Su manera de ser es consecuencia del mal trato recibido por sus anteriores dueños que lo han abandonado inmisericordemente. Y entonces, mirando sus lindos ojos y su color de pelo brillante y original, me pregunto qué clase de seres humanos son aquellos o aquellas que abandonan a un gato fiel pero viejo ya y que debió de dar tanta compañía cuando estaba en plena forma. Además, resulta que también sabe dar compañía ahora, en los últimos años de su vida, porque se tumba a mi lado y me es fiel escudero mientras escribo estas líneas. Él mira con sus bellos ojos entornados, ojos de felino misterioso pero amigo de verdad, y espera a que lo coja y lo acarice. Le gusta sobre todo que le acaricien la cabeza y la punta de las orejas.
Haber abandonado a Michino es propio de personas impropias de ser llamadas seres humanos. Y es que muchas veces el proceder de ciertos humanos (no sé si llamarles seres) es de verdad de gentes sin corazón, ni alma ni espíritu.
Acaricio a Minicho y me filtra su lento latir y es tan inteligente que reclama su comida con humildad pero con consistencia como diciendo que tiene derecho a ser atendido. Le comprendo. Observando su comportamiento comprendo a esos ancianos y ancianas que están abandonados en los bancos de madera de las grandes ciudades europeas mientras, con sus miradas apagadas y sus silencios sencillos, están gritando justicia social. Son seres humanos que ocuparon un día un lugar muy importante en las familias y que, en verdad, son los que más derecho tienen a seguir ocupando dichos lugares.
Pero la sensibilidad humana parece que ha evolucionado al revés; o, dicho de manera más clara, ha involucionado hacia la inhumanidad. Entre Minicho y ciertas personas abandonadas por ser ancianos o ancianas hay un hilo conductor. Un hilo conductor que pide, a gritos, voz y debate abierto. Para saber si es verdad que vivimos en una parte del mundo de alta civilización o muchos se han degradado hasta no saber lo que es el sentimiento. Miro a Michino, le alzo para acariciarlo una vez más y cierro mi diario donde unas gotas de sudor, especie de lágrimas de mi pensamiento, han manchado, precisamente, la palabra humana.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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