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Publicado en Jun 27, 2011
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Escenografía: Una barra de un bar. Dos mesas con dos sillas cada una.
El desarrollo es en un bar cuando la madrugada se esta yendo, en la
hora en que los trasnochadores ya tienen varias copas en su haber y
reflejan sus sentimientos en los estados más puros. Entra a escena
Marcelo, con un vaso y una botella de whisky en la mano. Hablando
como para sí, pero en voz alta dice:
M: Parece que la mala racha no se quiere cortar, hace quince días que no
tengo una changa, en el "escolaso" no veo una, y la cueruda cada vez está
más flaca. Y como si eso fuera poco ni una mina tengo hoy, para olvidarme
por un rato de tantas fulerías.
Para colmo, cuando me sobra el tiempo, como ahora, me vienen todos los
recuerdos, los asquerosos recuerdos de mi vida, como si no hubiera ni uno
que valiera la pena.
Y debe ser así, no habrá ninguno que valga la pena.
Pero ¿cómo puede ser? cuarenta y ocho años, y no puedo rescatar un
miserable momento que valga la pena quedarse pensando en él...
(Se sienta, en la silla que está frente a la primer mesa del bar, y ese
sector queda a oscuras).
(Se acerca Juan casi hasta el borde del escenario con una botella de
whisky y un vaso en la mano, ese sector está iluminado).

J: Una noche más de soledad y van..... yo que sé, ya perdí la cuenta, aunque ¿qué importancia puede tener? días más meses menos, todo da igual; mis amigos se casaron, alguno se fue del país, otro desapareció......
y yo sigo dando vueltas y más vueltas, ¿para qué? no lo sé.
Ya ni la televisión me entretiene. Se me fueron las ganas de leer; salvo él
diario a la mañana, no leo otra cosa. Y también estoy cansado de estas
noches de insomnio visitando bares donde todo está en silencio, donde el
aburrimiento se olvida después de la cuarta copa y ya no importa pensar en
qué le pasará al otro pobre tipo que está dos mesas más allá.
Bares donde se espera que el dueño te venga a echar, como el boxeador
espera el gong que le anuncia el final de la pelea. Y así volver a casa durando un día más.
Y pensar que siempre me encantaron las mañanas, salía de casa y sentía esa
brisa fresca y me daban ganas de estudiar, de trabajar, salía a disfrutar el día y no a enfrentarlo como ahora.
Hoy, y ayer, y también mañana es una lucha contra ese día que me espera;
ya no me importa si hace frío o calor, si es primavera o invierno, todo me da igual, siempre luchando contra esta soledad.
(El escenario se va iluminando de a poco, y luego de observar un rato y con cierta timidez Juan se acerca a Marcelo y le dice: )
J: Perdoname... Te estoy mirando hace un rato y te encuentro un aire
conocido...
M: Ah! ¿Sí?...
J: Si, pero ahora no me doy cuenta de donde puede ser.
M: No serás un putito de esos en busca de un levante ¿no?.
J: No, para nada..., para nada....
M: Porque si es así, tomatelás ya... Si no, te arranco la cabeza.
J: Tranquilizate, sólo me acerqué porque, realmente, te veo cara conocida y
como te vi solo dije: "por ahí, nos ponemos a charlar y puedo acordarme
de donde nos conocemos"
M: ¿Y quién te dijo que yo te conozco?
J: Bueno, yo pensé que si yo te conocía, vos me conocerías a mí.
M: Entonces pensaste mal, si te conociera no me olvidaría. Jamás olvido
una cara.
J: Esta bien..., qué linda noche ¿no?
M: Una mierda, como todas...
J: Parece que no tenés un buen día.
M: (Levantándose de repente)? Quién mierda sos para decirme si tengo un
buen día o no?
J: No. Nadie..., nadie..., sólo quise decir algo...
M: Claro, como un boludo, hablás por hablar.
J: Me llamo ........... (alargando su mano)
M: ( Interrumpiendo) ¿A mi qué mierda me importa?.
J: Ya que estamos conversando, me parece lo más correcto que nos
presentemos.
M: Vos estás hablando como una cacatúa; yo me estoy pudriendo de
escucharte. Sos más aburrido que estar solo.
J: Deduzco que no te gusta estar solo.
M: (Burlándose) "No te gusta estar solo"... ¿Qué deducís si no me conocés?
J: Como dijiste "sos más aburrido que estar solo", quiere decir que cuando
estás solo te aburrís...
M: No me aburro un carajo. Aparte, nunca estoy solo.
J: ¿Y hoy que pasó?
M: No conseguí ninguna puta.
J: ¿Siempre salís con ese tipo de mujeres?
M: Antes que aguantar a los boludos que se te acercan cuando estás solo...
J: A mí nunca me gustó pagarle a las mujeres.
M: Entonces vas a morir virgen. ¡Con el verso que tenés...!
J: Me parece muy triste eso de pagarle a una mujer por su compañía.
M: ¡Qué pagarles por su compañía!... Yo les pago para coger, gil.
(burlándose) Parecés una vieja.... "Pagarles por su compañía".
J: Quise decir que pagar es comprar, y a la gente no se la compra; se la
merece, se gustan mutuamente y se comparten cosas.
M: Ah, sí; ¿cuánto tiempo te lleva conocer una mina y que se gusten
mutuamente? como decís vos...
J: Y...depende.
M: ¿Depende de qué?.
J: Y... no sé.......
M: Escuchame... Vos vas a un boliche ¿sí?
J: Sí.
M: Te arrimás a una mesa, suponiendo que te animes, porque me
parece que a vos te gusta arrimarte a la mesa de los tipos nada más...
Ya te arrimaste y entraste en conversación.
J: Sí.
M: Ahora ¿Que hacès?
J: Y......
M: Dale, dale, decime qué hacès.
J: Y... !Le pido permiso para sentarme!.
M: Suponé que te dice que sì. Todo te sale bien a partir de ahì. Dale,
contame.
J: Bueno, si me da permiso.....
M: !Te da permiso, boludo!... ¿no te digo que todo te sale bien?.
J: ...Bueno, entonces me siento(recièn ahì se sienta en la mesa donde està
Marcelo)
. Y empiezo a hablar...
M: ¿De qué le hablàs?
J: ¡Yo que sè.!
M: ¿Como "yo que sè"?¿ te sentàs y le decìs "yo que sè"?.
J: Bueno, ahora no se me ocurre.
M: !Que se te ocurra ràpido!, que la mina te va a sacar cagando. Dale,
apurate...
J: Le cuento lo que hago. Qué cosas me gustan. Le hablo un poco de
mùsica, de cine... Le pregunto qué cosas le gustan a ella. A qué se dedica...
M: Muy bien... Hace dos horas que estàs hablando y la mina te mira
embobada. Vòs estàs embalado porque a esa altura, te chupaste dos
whiskies, y te creès que sos un langa de primera ¿verdad?.
J: Es cierto.
M: Dale ¿cómo sigue?
J: Y... Sigo charlando...
M: Pero ¿hasta cuándo?
J: Y...¡ hasta que me diga que se quiere ir!.
M: Pero, boludo, ¿cómo te va a decir que se quiere ir si està embobada?
J: Por eso..., ¡ entonces sigo charlando!.
M: ¡No... Basta..., basta...! Cierran el boliche. Viene el mozo; trae la
"tacuen" y ¿qué hacès?
J: Y....Pago...
M: Muy bien. Pagàs.
J: Sì.
M: ¿Cuánto pagàs?
J: ¡Yo que sè!..., lo que salga la cuenta...
M: Dale. Hacé un càlculo estimativo. Vos tomaste dos wiskies, ¿verdad?
J: Sì, tome dos wiskies.
M: La piba , ¿qué tomò?
J: Yo que sè, si todo esto es figurativo.
M: Por eso. Inventà lo que tomò ella.
J: Un whisky.
M: Muy bièn , ¿y antes?
J: ¿Antes què?
M: Antes de que te sentaras vos.¿ no estaba tomando algo sola.?
J: Sì.
M: ¿Qué era?
J: Un cafè.
M: Por fin... dale. ¿Cuánto salen tres wiskies y un cafè?
J: Y, más o menos veintiseis o veintisiete pesos.
M: Muy bièn, hacemos treinta con la propina.
J: Dale.
M: Bien. Gastaste treinta pesos. Ahora, ¿que hacès?
J: Me ofrezco a alcanzarla hasta la casa...
M: Ella te dice que sì.
J: Bueno, la llevo y en el camino le digo que me gustarìa verla otra vez.
M: ¿Y?
J: Le pido el telèfono, para llamarla y concertar la cita. Y bueno... Salgo.
M:¿Dónde la llevás?
J: A cenar a la costanera.
M: ¿Al cine no ?
J: No, mejor la costanera. Despuès de un Bianchi Chablis... y una copa de
champagne..., camino un poco por la rambla y trato de apretarla.
M: ¿Cómo "trato de apretarla"?
J: Y sì..., le digo que me gustarìa compartir cosas màs profundas que una
simple charla y, de a poco, le paso el brazo por la cintura.
M: ¿Cómo "de a poco"?
J: Sì , de a poco. Para que no sospeche que me la quiero apretar.
M: ¡Para que no sospeche que te la querès apretar!. Y la mina ...¿ a qué
fue?
J: Y...a charlar..., a pasear un rato..., a ...a...
M: A que te la apretes, boludo... ¡qué a charlar!.... Dale, seguì.
J: ¿Por dònde iba?
M: Le pasabas el brazo por la cintura sin que se avive, dale.
J: Bueno, suavemente le doy un beso en la mejilla.
M: ¿Cómo "suavemente"?
J: Claro, con ternura.
M: Ah, claro..., y te la apretàs la noche de bodas.
J: No, no es para tanto; pero tampoco quiero quedar como un apresurado.
M: Està bien, despuès de todo es tu levante.Seguì, seguì.
J: De a poco la voy acariciando......
M: ¡Todo de a poco, todo suavemente...! parece que sacaste a pasear a un
bebè!.
J: Y bueno... La sigo acariciando..., la beso de nuevo...
M: En la boca.
J: No, en la mejilla.
M: ¿Otra vez en la mejilla ?
J: Y... sì.
M: Pero... cuando le toqués una teta van a hacer una fiesta de gitanos, que
dura cinco dìas.
J: Y bueno... ¿ qué querès que haga ?
M: Que la apretes, como dijiste al principio.A ver dale, seguì.
J: Bueno, la invito a tomar un cafè.
M: ¿Otro cafè?...¡ pobre mina! ; con vos termina con una ùlcera... y
aburrida. Pero,¿ no entendès?, la tenès muerta y recaliente ¿y la invitàs a
tomar un cafè?.
J: Bueno. ¿ Hablàs vòs o yo?
M: Dale, seguì vòs ; desvirgador.
J: Mientras tomo el cafè, charlo de cosas màs profundas que las que
hablamos el dìa que nos conocimos.
M: ¿Por ejemplo?
J: Y..., le comento mis proyectos. Le pregunto cuáles son los de ella?
M: ¿Cuáles van a ser?, ¡engancharte, logi!, ¿para qué fue?
J: Me refiero a sus proyectos de vida, de futuro.
M: ¿Qué te va a decir?, ¡casarse y tener pibes!.
J: Està bièn. Tiene derecho ¿no?
M: Por supuesto.
J: Bueno. Despuès que termino el cafè, salgo a caminar.
M: ¿Otra vez?, la vas a dejar cansada.
J: Salgo a caminar y le hablo del cielo, la luna, las estrellas. De lo que me
gusta la poesìa.
M: ¿Y del mueble ?
J: ¿Cómo?
M: De ir al mueble ¿cuándo le hablàs?
J: Esperá, esperá. Despuès de un rato le ofrezco llevarla a la casa.
M: ¿Otra vez la misma pelìcula?.¡No le vas a pedir el telèfono de nuevo!.
J: Y, cuando llego, la beso otra vez. Ahí si..., en la boca.
M: (Aplaudiendo) Bravo, bravo, valiente, tiren serpentinas, el langa le diò
un chupòn.
J: Despuès de un rato de mimos, le pido otra cita.
M: Fenòmeno, y la mandàs bien calentita a dormir sola. No te olvides de
decirle "cuidate, no tomes frìo, abrigate bièn".
J:¿Qué querès vòs, tambièn?,¿ que piense que nada màs quiero acostarme
con ella ?
M: ¡Sì!. Si es lo que ella quiere...
J: No. No son todas iguales.
M: No, unas tienen culo màs grande y pelo màs corto. Bueno, dale ¿Cuánto
gastaste en esa noche de orgìa?.
J: No saquè la cuenta.
M: Sacala, yo te ayudo... Cena con Bianchi Chablis...
J: Cien pesos.
M: Muy bièn, cafè con wiskies...
J: No, era cafè solo, dos. Cinco pesos.
M: Nafta al auto...
J: Diez pesos.
M: Suman ciento quince pesos.
J: Correcto.
M: Màs los treinta del primer dìa... son tanto como ciento cuarenta y cinco
mangos, ¿verdad?
J: Exacto.
M: Y le diste un chupòn. Por esa plata a una puta le hubieras echado dos
polvos y no tenìas que escuchar las boludeces que te dice.
J: Esperá, todavìa no terminè...
M: A ver...
J: ¡Llegò el dìa de la otra cita!.... La paso a buscar por la puerta de su casa y
voy a la costanera...
M:¡ Otra vez a la costanera!. Va a pensar "qué mundo tiene este guacho,
como me varea"
J: ...Pero esta vez a la plazoleta donde està la estatua de Lola Mora...
M: Me quedo más tranquilo, si tenès suerte y es medio ciega le podès decir
que es la Fontana de Trevi.
J:... Una vez ahì, le paso el brazo por el hombro( Juan hace el ademàn), la
atraigo contra mì y la empiezo a besar...
M: ¿ En la boca?
J: Sì, en la boca.
M: ¡Un fenòmeno pibe!.
J:... Luego de acariciarla y besarla un rato, le digo que quiero tener una
relaciòn màs ìntima con ella...
M: No va a ser con la estatua. ¿Y dónde la llevàs?
J: A ningùn lado.
M: ¿Cómo a ningùn lado?
J: Porque me dice que no, que es muy prematuro.
M: Pero vòs sos un reboludo, ni las fantasìas te salen bièn.
J: Yo insisto, pero ella se pone seria, se pone mal, yo presiento que se va a
terminar todo y, para romper el hielo, la invito a bailar.
M: ¿Y adónde la llevàs?
J: A ningùn lado.
M: ¿¡Cómo a ningùn lado!, no la invitaste a bailar?
J: Sì, pero me dijo que no; pobre, quedó un poco resentida...
M: ¿Pero a quièn enganchaste, a la hermana Emerenciana del convento
Trapense?
J: No, lo que pasa es que no tiene experiencia con los hombres. La noche
en que la conocì estaba sola porque le habìa ido a hacer la pierna a una
amiga ,que no la dejaban salir en la casa con un tipo, y dijo que salieron
juntas. Hacìa tiempo para llegar a la misma hora que la otra.
M: No tiene experiencia, entonces es virgencita.
J: No.
M: ¿Cómo no ?
J: Tuvo un novio.
M: No me digas que te contò el cuento del ùnico novio.
J: ¿Por què?
M: ¡No podès ser tan boludo! ¡Por favor!...
J: ¿Por qué no puede ser verdad?
M: Porque siempre te dicen asì..., para justificarse... ¿Qué te va a decir?...
Que se volteò a la Legiòn extranjera con camellos incluìdos.
J: Yo le creo.
M: Està bien, si eso te hace felìz...
J: ¿Puedo continuar?
M: Continuà.
J: ...Entonces me dice que està un poco cansada, que quiere irse a dormir...
M: Bueno... obviá los detalles. La llevaste a la casa, le dijiste no tomes frio,
etcétera, etcétera...
J: ...Al dìa siguiente, bien temprano, la llamo por telèfono y me disculpo...
M: Y la mina piensa... "lo ùnico que hìzo bien este boludo fuè quererme
voltear, y ahora se disculpa."
J: ...Ella acepta las disculpas y nos quedamos un rato conversando de lo
bien que la pasamos cuando estamos juntos...
M: ¿ Los violines quién los pone ?
J: ¿Qué violines?
M: La mùsica de violines...¿quién pone el casette, ella en su casa o vos?
J: No es para tanto. Pero, si la pasamos bien ¿por qué no lo vamos a decir?
M: Dale, apurá el tràmite que me estoy calentando yo; y, aunque no exista,
ya me la quiero voltear.
J: ...Arreglamos para el sàbado; a las nueve en punto estoy en la casa y de
allì derecho al cine...
M: ¿ Que van a ver ?
J: Love Story, con Ali Mc Graw y Ryan O`Neal.
M: ¡Qué dulces!, habràn llorado bastante...
J: ¡Ni te imaginás!.
M: ¡Sí que me imagino!. Casi me dan ganas de llorar a mi tambièn.
J: ¿En serio? ¿ La viste?.
M: No, pero me dan ganas de llorar pensando ¿ quién puede ser el dobolu
que se quiere voltear una mina y la lleva a ver Love Story, donde la mina se
muere de un càncer fulminante?. Se te deprime al salir del cine y la tenès
que llevar a la casa.
J: Te equivocaste, no fuè asì.
M: Mirà el turrito, te la tenìas escondida, dale contà.
J: ...Salimos del cine y fuimos a tomar algo al Bar Ramos...
M: Si ya sè, dos cafès.
J: ...Con amarettis...
M: Cinco pesos, màs veinte mangos del cine, son veinticinco. Màs
ciento cuarenta y cinco de las otras salidas, llevàs gastados ciento setenta
mangos. Y de cama, minga.¡Qué polvo caro va a ser èste!.
J: ...Despuès de tomar el cafè, empezamos a caminar por Corrientes para el
lado del bajo, llegamos a Puerto Madero y visitamos la Corbeta Uruguay
que està anclada ahì. Mientras la recorrìamos soñábamos juntos y en voz
alta con lo lindo que serìa recorrer el mundo en un pequeño barco para los
dos...
M: (Burlàndose) ¡Què romàntico!.
J: ...Cuando llegamos al camarote donde una placa de bronce recordaba
quièn habìa sido del capitàn, se encontraron nuestros ojos; y, casi sin darnos
cuenta, nos empezamos a besar. Yo sentìa que una desesperada pasiòn
nacìa de mì...
M: ¡Hijo e tigre!, te la volteaste en el camarote.
J: No, sentimos pasos que resultaron ser de un marinero, y seguimos la
recorrida.
M: ¡La puta madre!, una que habìas hecho bien...
J:...Al bajar por el puente de la corbeta, Graciela se tropezò y se torciò el
tobillo derecho; estuve unos minutos haciéndole masajes y, cuando se
repuso, fuimos caminando por la costanera hasta Viamonte. En esa curva
que hace la calle y apoyado con mi espalda en la baranda, la traje contra mì
y la empecè a besar. Luego de un rato de mimos y deliciosas caricias, le
expliqué que no era un aprovechador, pero que necesitaba intimar con
ella......
M: ¿Aprovechador, semejante boludo un aprovechador? la aclaraciòn
estuvo de màs.
J: ...Bueno, primero me dijo que sabìa que mis sentimientos eran nobles,
pero que no estaba muy segura.
Le dije que la pensaba cuidar, que confiara en mì. Creo que esto ùltimo la
convenciò.
Las tres cuadras que nos separaban del hotel de Bouchard y Tucumàn se
me hicieron interminables...
M: Ahora no me contès lo que hablaste esas tres cuadras , dale anda al
grano.
J: ...Llegamos y pedì una habitaciòn especial...
M: ¡Ah!... querìas chichecitos.
J: No. Porque si pedìa una comùn quedaba como que estaba buscando
precio.
M: No te interesaban los chichecitos.
J: No, en ese momento ni pensè en eso. Subimos por el ascensor al cuarto
piso y al frente mismo estaba la habitaciòn, realmente era enorme; en el
medio tenìa un hidromasaje todo rodeado de vidrio que se podìa observar
desde la cama...
M: ¡Parà con la descripcìon!, ¡andá a los papeles! ¡Dale!.
J: ...Nos empezamos a besar....
M: ¡Otra vez... ! ¡dale, concretá!, ¿que le hiciste? la Picolina, el Escudo
Negro, la Francesita....
J: Nada.
M: ¿Cómo?
J: Nada.
M: ¿Cómo nada?
J: ...No pude. No sè, intentè relajarme pero no podìa, me daba verguenza
pedirle ayuda.....
M: Pero... Estàs en un hotel, en bolas, con una mina y te da verguenza
pedirle ayuda, ¿Qué clase de marciano sòs?
J: Y bueno, ¿qué querès?.
M: ¿Qué quiero?, que te la fifes de una buena vez, salame; vos sos
increìble. Llevás gastados màs de doscientos mangos con una mina, y
todavìa no bañaste el pato; sos un reboludo.
J: ...Despuès de una hora de esfuerzo infructuoso nos bañamos y nos
fuimos...
M: No quiero ni pensar lo contenta que estarìa.
J: Dale, cargame, no sabès lo que es para mì.
M: Ahora pibe, decime, si en una fantasìa que vòs mismo inventas te pasa
esto ¿qué queda para la realidad?.
J: Lo que ocurre es que se me mezcló la ficciòn con algo que me pasó de
verdad.
M: ¿Te pasò algo asì una vez?
J: Si, una vez. La chica se llamaba Graciela y la relacionè con esta historia,
por eso la terminè asì.
M: Y la historia de verdad ¿cómo terminó?.
J: ¡Asì!. Sentì tanta verguenza que no la llamè màs...
M: Pero, flaco, ahora te digo en serio; no podès ser tan boludo. ¿ A que tipo
no le pasò eso alguna vez? ¡cómo no la vas a llamar màs!.
J: No sabìa qué decirle, tenìa miedo de probar otra vez y quedar mal de
nuevo.
M: Claro, entonces te quedaste recaliente para toda tu vida y chau. Y,
aparte, la dejaste recaliente a la mina. Lo raro es que no te llamò ella.
J: Es que yo no tenìa telèfono, y nunca le habìa dado ningùn dato como
para, si quisiera ubicarme, pudiera hacerlo. Aunque no sè si lo hubiera
hecho. Quedè como un imbècil.
M:¿En ese momento no lo hablaste con ningùn amigo, como para que
pudiera aconsejarte?
J: No, me diò verguenza; viste como es , por ahì alguno se pone a cargar y
despuès te gastan siempre. ¿Y vòs, nunca saliste con una piba
seria?,¿siempre eran de la calle?
M: Yo te resumo mi vida amorosa con èsta canciòn, escucha la letra. (Se
escucha la canciòn San Cayetano, Marcelo empieza bailando sòlo, de
pronto aparece una mujer de cabello largo que sale de una nube de
humo, bailan hasta que la letra dice " y pàquese otra copa compañero"
en ese momento, Juan le alcanza la botella de whisky que está sobre la
mesa,la mujer desaparece de escena bailando sola entre la nube de
humo, Marcelo toma de la botella y luego la tira con desprecio)


La conocì en San Cayetano
sentada muy temprano en la vereda
perdida entre la gente
en medio de una larga procesiòn
y en ese loco torbellino
borracho como un vino me dejò
porque vì sus ojos negros
y todo el mundo pronto desapareciò.
¡No! San Cayetano
yo te pedì una mano
y no un amor.
Exòtica y hermosa
pero excesivamente religiosa
rezaba todo el dìa
y no tenìa tema de conversaciòn,
aguantè por unos dìas
casi todas sus manìas pero yo,
yo no soy lo que se dice exactamente
un santo de su devociòn
¡No! San Cayetano
yo te pedì una mano
y no un amor.
Aflòjese la ropa
y pàguese otra copa compañero
que mientras yo le cuento
la historia de otro amor que no durò
una tarde de domingo
que se fuè a San Cayetano; no volviò
eso fuè hace mucho tiempo
pero ya cambiemos de conversaciòn.
¡No! San Cayetano
yo te pedì una mano
y no un amor.
M: Despuès vinieron otras, (riéndose) como vòs decìs de la calle en su
mayorìa, acà o en cualquier lugar por dònde anduve. Hubo una que conocì
en una playa de Brasil, un verano que me fuì a dedo recorriendo parte de ese paìs, vendiendo porquerìas.
J:¿Qué vendìas?
M: Cualquier huevada, cosas artesanales, pulseritas de cuero, anillos de
cobre, vinchas de tela trenzada. Yo qué sè...
J: ¡Qué bueno!, eras artesano.
M ¿Qué artesano?, las compraba en once por dos mangos. Y una tarde, en esa recorrida, estaba en la playa de Ipanema y se me acercò una morocha de piel trigueña, ¡un lomo! de aquèllos. ¡Unos pechos!......
J: ¿Tenìa muchas tetas?
M: No boludo, tenìa dos.
J:Quise decir si eran grandes.
M: Enormes.
J:¿Y, què pasó?
M: Le vendì dos pulseritas y nos pusimos a conversar, me invitò con una
cerveza y al rato ya habìamos arreglado para encontrarnos en la playa esa
misma noche.Ella traìa unos sandwiches y yo una botella de cachacha.
J: ¡Què bàrbaro! ¡qué levante!.........¿y....cómo sigue?
M: Llegaron las diez de la noche, y yo estaba como un "general" con mi
botella en la mano. Mientras esperaba me armè un "porrito" y empecè a
pitar. De pronto, el cielo se iluminò por completo, el mar dejò de hacer
ruido las estrellas bailaban al compàs de un samba que se escuchaba a lo
lejos......¿Y todo por què?
J: ¿Por què?
M: Habìa llegado Rosa Leila.
J: ¿Rosa Leila?
M: Sì, la morocha... un pareo blanco y las "lolas" al aire....
J: ¡No!.... me muero....
M:¿Me muero?... casi me muero yo despuès.
J: ¿Què pasò?
M: Nos comimos dos sandwiches y nos tomamos la botella de cachacha al
toque, depuès fuimos a nadar un rato,y al salir a descansar (todo el pàrrafo
siguiente Marcelo lo dice con ironìa)
entre un respiro y un supiro, las
cabezas que giran, ojos que se encuentran, labios que se unen, bocas que
buscan morada donde aplacar esa sed de piel, de carne, de caricias
postergadas, casi pareciera que a lo largo de una vida, infinita y dulce sed,
de amor , de coraje, de arrasar, de arrasar, con cautela en un principio, con
desesperaciòn despuès. Una lengua que se escapa, y que busca otro lugar,
bebiendo, creciendo, que investiga, que conoce, que desea ,que no quiere
parar, descubriendo a cada paso que todavìa hay màs, cuerpos que se
entregan, que se aprietan, que suspiran y gimen hasta desmayar.
Desenfreno, luego idealizado, capullo que se abre a ese rayo de
sol, que sublima, que penetra, que alumbra esa soledad, làgrimas de alegrìa
, no se pueden postergar, gracias , una y mil, nos pudimos amar.
J: ¡Un fenòmeno viejo! la dejaste muerta, totalmente entregada......¿còmo
hacès?
M: Leìa mucho....
J:(Sorprendido) ¿Còmo "leìas mucho"?
M: Claro gil, esa descripciòn la memoricè de una novela, ¿querès que te
cuente cómo terminò de verdad?
J: Sì, dale.
M: Salimos del agua, nos empezamos a besar, a tocar... y no habìa caso,
"Arturito" no respondìa.
J: ¿Quièn era "Arturito"....?
M:(Señalandose abajo) Arturito es èl....(con una reverencia le dice),
encantado.... Me hìzo de todo y no habìa caso.
J: ¿Y...?
M: Se fuè, sus ùltimas palabras fueron, "Aryentino da pra experimentar
mais no sirve".
Agarrò el pareo se lo colgo en el cuello, y se fuè en "bolainas"caminando
por la playa.
J:¿Y vos qué hiciste?
M: Me quedè como un idiota mirando como se alejaba.
Al otro dìa y los dìas que siguieron la busquè por toda la playa, querìa la
revancha pero fuè imposible encontrarla.
J: ¡Qué increìble, te pasò igual que a mì.......!
M: ¿Qué tiene de increìble?, ¿no te dije antes?, a quièn no le pasò alguna
vez.
J: Es cierto.....
M:...Y ¿No hablaste aunque sea con tu viejo?
J: ¿Cómo?
M: ...Este problema con la mina, ¿por què no lo hablaste con tu viejo?
J: No tengo viejo.
M: Bueno, algùn hermano.
J: No tengo hermano.
M: Flaco ¿vos naciste de un repollo?.
J: No, vieja tengo. Si hubiera estado mi hermano seguramente mi vida
hubiera sido distinta.
M: ¿Cómo si hubiera estado? ¿no era que no tenìas?.
J: Me expresè mal. Tengo un hermano pero hace mucho que no lo veo, y en
esa època ya no estaba conmigo.
M: ¿Por qué hubiera sido distinta?
J: Porque era muy diferente a mì. Yo lo admiraba... ¿viste esos tipos que los
vès y decìs "me gustarìa ser como èl"?...
M: A mi eso no me pasa.
J: ...Era avasallador, siempre tenìa una respuesta para todo. ¿Cómo te
puedo explicar?, en el colegio, en la calle o en cualquier lado que iba lo
respetaban todos. Si habìa algùn problema jugando a la pelota o lo que sea,
él saltaba primero y se agarraba a piñas, fuera el otro màs grande o no; y si
eran màs de uno, tambièn. A mí siempre me protegìa, ponìa la cara por mì;
y si yo habìa hecho una macana en casa, para que no me retaran él se
echaba la culpa. Despuès, a solas en el cuarto, me levantaba en peso; me
decìa que no me tenìa que dejar atropellar por nadie. Siempre pronunciaba
la misma frase "orgullo, nunca podès perder el orgullo"...
M: ( Marcelo repite para sì mismo) "Orgullo, nunca podès perder el
orgullo".
J: ¿Qué dijiste?
M: Nada, nada. Seguime contando de tu hermano.
J: Mucho màs no te puedo decir, era mi ìdolo, jugaba bien al fùtbol, era un
atorrante divino,siempre jodiendo, yo que sè...
M: ¿Qué pasó?.
J: Un dìa, yo tenìa once años en ese momento y el tenìa catorce, discutiò
muy fuerte con mamà; incluso casi llega a pegarle. Yo me metì en el medio
, pero estaba enceguecido. Primero me empujó hacia un costado; cuando
volvì a interponerme entre ellos me diò un cachetazo que casi me vuela la
cabeza. Despuès de eso pateò una silla que casi tira el televisor y se fuè. Asi
nomàs, con lo que tenìa puesto. Ni ropa ni plata, nada se llevò, sólo lo que
tenìa puesto...
M: ¿Y?.
J: ...Nunca màs lo vì......Al principio, la bronca por ese cachetazo me hacìa odiarlo; veìa su foto en la mesita de luz y la escupìa. Despuès de muchos años pude comprender que el verdadero cachetazo, lo que me dolìa, era el haberse ido, el dejarme solo con mamà.
Un buen dìa la foto desapareciò, como tambièn su ropa y todo lo que le
pertenecìa. Cuando le preguntè a mi vieja me dijo que, para ella , era como
si se hubiera muerto; que no tenìa sentido guardar las cosas de èl.
A partir de ahì sólo me quedó su recuerdo. Por mucho tiempo intentè
buscarlo, preguntaba a la gente del barrio a ver si sabìan algo de èl; a los
que habìan sido compañeros del colegio, a todo aquèl que pudiera tener un
contacto. Pero fuè imposible; como si se lo hubiera tragado la tierra.
Ya màs grande, me acerqué a una de esas agencias de detectives que salen
en la guìa amarilla y contratè sus servicios. Pero nada... Despuès de un mes
de buscar a un fantasma, abandonè; sólo Dios sabrà que habrà sido de èl...
M: ¿Por qué fue la discusiòn?
J: No sè, despuès que se fue le preguntè a mi mamà por el motivo de la
pelea y me dijo que porque estaba loco, que no pensaba hablar màs de èl.
Y asì fue como nunca màs se tocò el tema.
M: ¿Y con tu viejo que pasò?
J: Dos años antes que mi hermano tambièn se fuè.
M: ¿Por què?
J: Tampoco lo sè. Mi hermano decìa que yo era muy chico para saber
ciertas cosas, y mi mamà nunca quiso hablar de ese tema.
M: Parece que tu vieja no querìa hablar nunca de algunos temas.
J: Supongo que serìa para no seguir sufriendo.
M: ¿Realmente sufrìa mucho?
J: Eso creo. Jamàs salìa; no se arreglaba, no tenìa amigos, siempre estaba
muy sola.
M: Tan sola no. Te tenìa a vòs.
J: Quiero decir sola de amigos, de paseos; de que su vida fueran los lìmites
de una casa.
M: Tenès que suponer que no la pasarìa tan mal entonces.
J: No sè. Mucho no sonreìa; sólo la veìa alegre los dìas que venìa la
peluquera.
M: ¿La peluquera?
J: Sì, se puede decir que su ùnica amiga; se pasaban horas jugando a las
cartas o charlando. Incluso algùn sàbado, si se hacìa muy tarde, se quedaba
a dormir en casa.
M: ( como hablando para sì, pero en voz alta ) Eran lesbianas.
J: (Acercàndose) ¿Que dijiste?. ¿Que dijiste de mi vieja hijo de puta ?
(Agarràndolo de la camisa).
M:(Marcelo tambièn lo agarra de la camisa, lo sacude y luego lo
empuja)
Raquel, la peluquera, era lesbiana.
J: (Sorprendido) Pero..... ¿como sabès el nombre ?.... vos.....vos...
(Hay un espacio de silencio)
J: Marcelo.......
M: Juan.............
(Se abrazan con desesperaciòn, mientras de a poco baja la luz)

Telón
 
 

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Foto del autor jorge giordani
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Miembro desde: May 22, 2009
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Descripción

La soledad de la noche que invita a una copa, y las palabras que fluyen una tras otra , en un juego inesperado entre dos hombres marcados por la vida.

Palabras Clave: busqueda amigo solo mina cigarrillo mozo calle ella mam whisky vaso vino.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin


Creditos: jorge giordani

Derechos de Autor: jorge giordani


Comentarios (6)add comment
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NORMA ESTELA FERREYRA

Muy bueno, Jorge. Te felicito, me gustó mucho, es original, ágil y divertido.Te pongo 5 estrellas-
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March 01, 2012
 

jorge giordani

Gracias, Norma, hace tiempo que no entro en Textale y hoy leo tu comentario, te agradezco y ya voy a leer lo tuyo.
cariños
Responder
March 01, 2012

Ana Layordi

Fantástico!!!! me encanta!!!! Quiero verlo en teatro!!!! Vos y Rubén Stella en el escenario. ¡¡¡Lo máaaaasssss!!!
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June 30, 2011
 

jorge giordani

Gracias por los comentarios, y Marìa , los 2 son aficionados a Velez Sarsfield igual que yo jaja
Responder
June 28, 2011
 

Maria dels ngels

Acto teatral donde dos personajes aparentemente muy distantes, van realizando sus caminos que acaban confluyendo. A través de un diálogo muy brillante, directo y que da a la escena un ritmo que no decae nunca pues siembre abre un ventana al hilo narrativo.
Siguen siendo los dos hermanos de la niñez: Marcelo con apariencia de fortaleza y siempre mostrando "el orgullo que nunca se ha de perder", y Juan el necesitado de que otro le arrulle(por eso se acerca a Marcelo en el inicio del cuadro y comienza a contarle su soledad y sus problemas de amor).
Quizá es querer cerrar demasiado el círculo ese final que has elegido, el hecho de que sean hermanos. Pero en culquier caso, ello nos puede dar la razón por sus fracasos con las mujeres, sus problemas para mantener sexo con ellas, los cuales proceden de su madre que les marcó, precisamente por su inclinación sexual no aceptada o no entendida por ellos.
Presentas a dos seres derrotados(con orgullo y sin orgullo), necesitados de grandes dosis de alcohol para poder hablar de su derrota. Es una interesante reflexión acerca de las herencias de los padres en cuanto a los temas sentimentales, que sin duda existen. La casa de estos dos hermanos era un matadero de virilidades.

PD: Espero que además de no sean aficionados del River Plate!!;) Un cordial saludo Jorge.
Responder
June 28, 2011
 

El lector 956

diálogo muy ágil y vivo. Joder, felicidades por atreverte a un escrito tan largo
Responder
June 28, 2011
 

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busy