ABUELO ENAMORADO
 
Escena: Sala de estar - sillón antiguo - sofá y dos cubos de cuero - un
             Televisor. Se ve la puerta de entrada
Personajes:  Abuelo - Marisa - Raúl - Paulo - Nina
 
RAUL:   (Sentado mirando una revista y el control remoto en la mano)
                Veremos... veremos que hay para hoy
PAULO: (entrando)  Ni te molestes, El viejo dijo que hoy no quiere tele
RAUL: No lo creo.  Si después de la cena siempre prefiere una peli a
             a conversar con nosotros. Ya es rutina.
PAULO: ¿No te diste cuenta que últimamente ni se queda? Toma su bastón
                Y dice que tiene que caminar
RAUL: Ja, ja . Lo hace porque dice que somos muy lieros y no le dejamos
             escuchar
PAULO: No sé...no sé . Lo veo raro, casi misterioso.
RAUL: Chocheras de viejo. La semana pasada hasta me pidió prestado el
              desodorante, ni sé para qué y encima me preguntó si la camisa
               le quedaba bien. ¡Miralo al geronte! 
PAULO: Acordate también que estuvo hablando de una sorpresa
RAUL: Pensará hacer testamento: mi cama para Nina, mi reloj para Paulo
             Los libros para Raúl, etc, etc, etc...
PAULO: ¡Estás loco!  A mi no me parece. Se mira mucho al espejo, está
                horas en el teléfono y sale mucho, eso no es de alguien que se
                sienta acabado. 
RAUL: Mientras no nos joda, todo está bien.
NINA: (entrando con una bandeja) A Uds. Nunca los jode, machista como
            es. La que paga el pato siempre es una.
RAUL: (Mirando la bandeja) ¡Uy! ¿Qué rico! ¿Para nosotros?
NINA: ¿Quitá esa mano! El abu me pidió que preparara esta picada hoy
PAULO: ¿Qué se festeja?
RAUL: ¿Tendrá que ver con la sorpresa?
NINA: ¡¿Qué sé yo?!  Sólo cumplí órdenes. La verdad que estoy cansada
            de ser la sirvienta de tres machos inútiles.
PAULO - RAUL:  ¡Ja! Miren la mártir
(Entra el abuelo)
ABUELO: ¡Hola muchachos! ¿Todo listo?
NINA: Si es por la picada, sí
PAULO: ¿Qué festejamos?
RAUL: ¿Qué ganaste en la bolsa?
ABUELO: Vamos, Vamos. Un poco de seriedad. Ya están grandecitos,
                  espero que hoy se muestren educados
PAULO: (con sorna)  ¿Alguna vez nos portamos mal?
RAUL: ¿Qué educación especial se necesita para comer una picada?
             (se sirve un bocado)
NINA: ¡Dejá eso!
ABUELO: Sí, esperen un poquito. Ya va a llegar Marisa.
PAULO: ¿Marisa, qué?
RAUL: ¿Quién? ¿Marisa la hija de doña Clara?
NINA: ¿Esa mojigata viene?
ABUELO: ¡Basta chicos! ¿Recuerdan que yo les dije que tenía una
                   sorpresa?
PAULO-RAUL-NINA: ¿YYYYYYYYY?
ABUELO: (carraspea) No sé por donde empezar... Quiero comentarles,
                   desde que vuestros padres... ¡Qué Dios tenga en la gloria! no
                    están más: la casa se hizo demasiado grande, el mucho trabajo
                    que tiene Nina, mi soledad, en fin: ¡he tomado una decisión!
PAULO: ¿Y, qué tiene que ver Marisa en todo eso?     
NINA: ¡Ah, ya sé! La vas a emplear
RAUL: ¡Fenómeno! Es un minón
ABUELO: ¡Cordura muchachos, por favor! No falten el respeto
NINA: ¡Dale! ¿Qué querés decirnos?   
(Suena el timbre)
NINA: ¡Voy!  (se acerca a la puerta y la abre)
MARISA.  (Entrando) ¡Buenas tardes!
ABUELO: ¡Adelante! ¡Adelante! Amorcito
PAULO-NINA-RAUL: (en un aparte) ¿¡Amorcito!?
ABUELO: Me alegro que ya la conozcan, eso va a facilitar todo. Marisa va
                  a venir seguido  y pronto va a vivir con nosotros.
NINA: Si no la empleás, ¿qué vas a hacer? ¿la adoptás?  No necesitamos
            a nadie más, ya somos muchos.
PAULO: ¡ja, ja já!  ¡Que buen chiste!
RAUL: Mirá el viejo verde...
MARISA: (yendo hacia la puerta) Mejor me voy
ABUELO: ¡De ninguna manera! (Dirigiéndose a Nina) ¡Pide disculpas a
                   Marisa y Uds. también!
NINA: Y, ¿yo qué dije?
MARISA: (dirigiéndose  al abuelo) Chuchi no quiero ser un problema
PAULO-NINA-RAUL: (en un aparte) ¿¿¿Chuchi???
ABUELO: Mi amor, nunca serás un problema. Te quiero conmigo.
NINA: Pero si es casi de nuestra edad
PAULO: Pero ya es su chuchi
RAUL: Pero abu...¡ya estás chocheando!
ABUELO: Más respeto! Sentémosnos y veamos si puede haber cordura
(se sientan todos)
ABUELO: Bien, ahora escuchen. Yo amo a Marisa y por uno de esos mila
                  gros del cielo ella me corresponde
MARISA: Así es y pienso que nos podemos llevar bien entre todos. Yo
                  le amo y a Uds. Por mi edad los puedo entender mejor
PAULO: ¡Ah! ¿sí? No me hagas reir turra. ¿Qué querés vos con el viejo?
MARISA: (se levanta y va hacia la puerta)  Perdón, Chuchi me voy. No me
                 van a ofender
 ABUELO: (se levanta y la acompaña)  Está bien querida. Yo ya los voy a
                    enderezar, todavía son unos mocosos. Andá tranquila, después
                    te llamo. Disculpáme el mal rato. No lo quise así.
  (cierra la puerta)
NINA: ¿Está flechado en serio!
PAULO-RAUL: Miren el viejo verde
 
ABUELO: (volviendo hacia los sillones) ¡Qué vergüenza me hicieron
                  pasar! Marisa me importa mucho y la quiero como compañera
                  de mis últimos días. ¡Gústeles o no les guste!
NINA: Pero...
              ABUELO: No hay pero que valga. Ya van diez años que yo
                                me ocupo sólo de Uds. Los acompañé siempre y
                                traté de suplir a vuestros padres y abuela como
                                pude. Siempre busqué entenderlos. Ahora necesito
                                y exijo que me entiendan a mí.
PAULO: No vas a decir que estás enamorado, ¡Vamos!  ¡Buscate alguien
               de tu edad.!
ABUELO: Estoy enamorado y ¡basta! ¿dónde está escrito  que la edad
                  determina?  Con ella recupero algo que creía perdido.
RAUL: Siempre dijiste que éramos toda tu vida
NINA: Sí, y a mí me decías que era la mujercita de la casa y que no sabrías
            vivir sin mi.       
ABUELO: Así era y así es. Uds. Siempre fueron muy importantes para mí.
                  Pero yo también tengo una vida y tengo derecho a vivirla.
                  Uds. Ya son grandecitos y no dependen ya de mí. Van haciendo
                  sus cosas de las que ya no formo parte. Esta sigue siendo mi
                  casa y voy a hacer la mía. Así que si a los señoritos no les gusta
                  ya saben donde está la puerta.
                                                            *