Cuantos más pimientos mejor (El Chivatazo).
Publicado en Jul 04, 2011
Mi amigo Alcántara (que no es el mismo que metió un golazo "sub21" (o sea ente "sub20" y "sub22) sino el que se llama Manolo y no Thiago) dice que los pimientos se componen de pi igual a tres catorce dieciséis (porque a veces cuestan tres euros, a veces catorce euros y a veces hasta dieciséis euros depende de cómo esté el día de despejado, nuboso o lloviznón) y mientos que viene a ser una mentira más grande que la Torre de Pisa pero sin caerse. Así que los pimientos que comemos hoy, mañana ya no existen por pura deducción hermenéutica y si nos "sufijamos" en las composiciones de los pimientos vemos que por dentro hay chicha y pepitas sementeras y por fuera los que se llama piel roja sin son pimientos indios y piel verde si son pimientos hindúes... porque entre los pimientos de los países andinos y los pimientos de los países himalayos hay tanta diferencia como unos pimientos dulces (los de las indias) y unos pimientos amargos (los de las hindúes)... luego depende del gusto del consumidor alegrarse la vida o amargarse la existencia en esto de comer pimientos.
Algunos pimientos están tan "coloraos" que los ponen en las barras de los bares a ver si pica algún inocente... porque... ¡mira que pican los pimientos "coloraos"!. ¿Verdadero o falso?. Más falso que una aceituna de bellotero ya que los que pican son los "verduscos" tirando a "chamuscados" en el fogón. En esta España vertebrada como decía Don Miguel de Unamuno estamos más acostumbrados a comer pimientos que ni los morrones marroquíes se enteran de que ya sabemos que España es España y Marruecos es Marruecos y que no son la misma cosa los pimientos cristianos que los pimientos islamistas. Cada cual en su sitio y todos en paz... porque los españoles tenemos vértebras completas (hasta las vértebras cervicales incluídas) mientras los marroquíes como van siempre mirando al suelo (no sé en qué irán pensando) pues a lo mejor son un poco invertebrados porque decir que España es de ellos es cosa de moluscos y ya se sabe que los moluscos no tienen vértebras por los menos cervicales que yo sepa. Sigamos con los pimientos. Que resulta que Don Manolo Alcántara no es de Buitrago como algunos se han creído en cuanto han leído algo de buitres al acecho. No, amigos y amigas lectores, en Buitrago no nació Butragueño ni Alcantarilla es el lugar de nacimiento de Alcántara. Ambas cosas son inciertas ya que el famoso Butragueño es madrileño y el no menos famoso Alcántara es murciano. Ambos son capitalinos. Y han de saber vuesas mercedes que tanto en Madrid como en Murcia existen pimientos rojos y pimientos verdes y hasta pimientos amarillos que los he visto yo en más de una de mis excursiones por ambas capitales. Si comenzamos a confundirnos con esto de los pimientos nunca vamos a saber donde estamos así que estamos donde estamos y estamos donde hay pimientos. En otras palabras, el pimiento rojo... ¿nace en Padrón y desemboca en la frontera con Portugal?. Pero de verdad ustedes creen que esto de los pimientos es como lo de los rios... no... los pimientos no nacen como los ríos sino que son verduras y nacen de las plantas llamadas precisamente pimenteras. Ahoro yo me pregunto y les pregunto a todos ustedes... ¿Ivo Pimentel comía pimientos?. Lo primero a saber es si en Venezuela se crian pimientos porque Ivo Pimentel fue el número 1 de Venezuela en cosas del tenis y algo parecido. Si no se lo creen miren en la Hemeroteca de Madrid mientras se toman un buen bodadillo de pimiento rojo, verde, amarillo o más bien tirando a chamuscado. Supongo que sí. Supongo que en Venezuela comen pimientos e Ivo Pimentel comió algún que otro pimiento durante su carrera tenística. Vamos a ver si es verdad lo que digo: 1958. Manuel Santana derrota a Ivo Pimentel en Madrid 3-6, 8-6, 6-4. (Circuito Amateur). Ivo Pimentel, de Venezuela, comía pimientos del color que más le gustase como hacía lo mismo el español Manuel Santana... y que conste que por eso eran amigos fuera de las pistas de tenis. Los pimientos tienen estas cosas; que si los comes en compañía de alguna persona te haces amigo en seguida de esa persona. Probad con la chavala que más os guste. Primero jugad con ella al tenis en un partido mixto: tú contra ella y ella contra ti... y déjate ganar por ella si es venezolana... y después invítala a un bocata de pimientos... puede que te salga bien o puede que te deje más plantado que una pimentera seca. El riesgo es el riesgo pero cuanto más pimientos mejor. Por ejemplo, a mi me importa menos que un pimiento que una venezolana a la cual no conozco de nada me diga por el chat que no molo ni diez, porque tengo una ecuatoriana que vale cien veces más que ella (no todas las venezolanas son bombones advierto para los que lo ignoren) y resulta que hay ecuatorianas que sí son bombones. ¡Chúpate esa María Teresa o como te llames para que la próxima vez que entres en un chat seas un poco más humilde!. Yo con mis pimientos ecuatorianos me lo paso bomba. Y vuelvo a insistir en que existen algunas ecuatorianas que les dan ciento y raya a algunas venezolanas porque están bastante mejor y cocinan mejor los pimientos... que a saber si la citada venezolana (y conste que no me refiero a las demás venezolanas sino a esa exclusivamente) sabe freír un pimiento o vale menos que un pimiento porque esto de los chat dan muchas sorpresas. Sigo a lo mío que es mucho mejor. La solidaridad de las gentes es mucho mayor, según un estudio del CES (Congreso de Estudios Sociales) de Murcia del año de la "repera", cuando se lleva a cabo en una reunión de comida de pimientos. Dicho y hecho. Haced una buena cazuela de pimientos rojos, verdes, amarillos o chamuscados y veréis como el picor de la lengua hace a todos hablar más de la cuenta como le pasaba a la citada venezolana (y conste que no me refiero a las demás venezolanas) que vale menos que un pimiento. O sea, que si un pimiento, en horas bajas, vale como dijimos tres catorce dieciséis la susodicha chavala (ya me da lo mismo que sea venezolana o se haga pasar por venezolana)vale menos que pi o sea que mejor no diga ni pío porque se quedaría muda de la sorpresa si viese a mi chavala ecuatoriana... y más si supiera que hace unos pimientos muchos más sabrosos que sus tortas de alpiste... porque parecía (cuando comentaba de fútbol en el chat) que sabìa menos de cuestiones de balones que de cuestiones de pimientos que ya es decir... porque confundía a Ronaldo con Ronaldinho y a Robinho con Robín De los Bosques ya que había oído algo de un tal Del Bosque del cual tiene menos idea que freír pimientos. Y si se pone de morros conmigo pues que se tome unos buenos pimientos morrones para que se vaya a quedar con otro que esté soltero y esté deseando ligar con ella aunque valga menos que un pimiento morrón. Y ya que estamos echando morro al asunto... ¡y vaya morro le echaba la pava!... yo digo lo que dijo un desconocido en un chat: "Ajo, sal, y pimiento, y lo demas es cuento". ¡Claro que era un cuento queridísima venezolana (y no tengo nada en contra de ninguna venezolana por cierto) y a ver si somos más humildes y no presumimos tanto cuando se vale menos que un pimiento!. ¡Buenos pimientos tenga usted, señorita, que yo voy a ver si mi guapísima ecuatoriana me invita a cenar pimientos o cualquier otra cosa alimenticia porque ni quise ni quiero perder el tiempo con usted!.
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