CRIMENES POTICOS II.-
Publicado en Jul 08, 2011
Tratas de exaltarme otra vez ¿verdad?, tratas de meterte
en un sitio profundo para albergar en las paredes de mis adentros como una mancha irrevocable, haciendo el cimiento de mi cordura tambalear y lo estás logrando, mírame ahora, moviéndome inquieto como un péndulo, como una viga que se tambalea y se corroe lentamente. Soy una maldita ansiedad redonda caminando en círculos, por tu estrambótica presencia, y mírate tú, ahí, despreocupada, sobre la penumbra del cuarto y recostada con el velo blanco en la cama. Entras y sales de mi mente como quien camina festiva por su casa sin necesidad de llaves, entras y sales de mis oídos, pronunciando palabras y palabras, recuerdos torcidos que se clavan y me desvisten, me asaltan y me asustan. Voces suspendidas que vagan por doquier atorándose en los lugares más amplios, ennegreciendo los cuadros y calcinando las fotografías, volteando crucifijos y poniendo a los santos patas arriba. Has deteniendo el correr despistado del reloj sin manecillas que oxidado trata de hacerme huir del tiempo mandándome rápido las noches para dormir y olvidar las realidades que me dejaron desprotegido a los días que se volvieron eternos a causa de tu maldita partida. Pero no me escapo, me atoro en pesadillas punzantes que me quitan kilos y me entregan gritos, insomnios, despertares súbitos y desquebrajados temores. Entras flotando a mi memoria, levitando a mis olfatos, sin quitarte las zapatillas y ocupada en el mortuorio frío de la ausencia, la maldita ausencia ¿ya no lo recuerdas? ¿Se te ha olvidado que te fuiste, que te largaste dejándome con el demonio vocal de tu nombre en la boca? no vengas a decirme que no fue así ¡cállate! ¡cállate! tú no existes, tú no estás, tú no te mueves ¡cállate! ¡cállate! te largaste, sin el palmo misericordioso sobre el corazón, sin la prudencia torácica que me permitiera decirte que te amaba, solo mostraste la mirada grisácea que me incitó a rogarte que no me dejarás, lo que me obligó a arrastrarme, convirtiéndome en un trémulo de carne virulento, porque sé te da bien, se te da bien eso de darte la vuelta sin mirar atrás. ¿Entonces ahora qué sucede? ¿qué es lo que deseas de mí? ¿crees que solo hablo por hablar? ¿crees que no me acuerdo? musa muda, incapaz, insepulta, con labios líquidos y desmemoriada razón escurridiza mona como un pájaro invernal, claro que me acuerdo de nuestro último encuentro ese que terminó por hacerme traerte aquí, y ponerte sobre mi cama. Ese maldito encuentro, claro que me acuerdo de todo, hace casi y aunque no me creas pero lo conté fue hace; cien botellas, quinientos cigarrillos, siete transfusiones sanguíneas, dos arrestos y un eterno juicio, mil noches, mil lluvias, mil muertes y cero poemas y cero soles. Fui hace todas esas centurias a buscarte, después de tu precipitado escape, me serví olfateando el ectoplasma vertido sobre las sábanas donde permanecías tatuada como carnal aparición en aquellas centurias dopadas de locura, cuando me cubría de ácido para no llorarte cada tumulto y a cada arrepentimiento constante tras dejarte ir, dejarte ir sobre mis manos, tras dejarte esfumar desde mis manos. Cada maldito segundo se disipaba un anhelo, un recuerdo, como una escama perturbada que echaba raíces por todo el cuarto, volviéndolo selva o un subversivo jardín edénico donde a lágrima viva yo, con el desplante de poeta recordaba las dramaturgias eternas cuando tú, vestida de Eva, con los risos carmín al aire, con esas pecas abstractas sobre tus mejillas blancas y brillantes, pinceladas con gracia como simulando la bóveda estelar más luminosa replegando el destello de tus dos soles herbales, de tus ojos verdes, sobre los relieves de punto fino de tu nariz poética que resguarda tus medias lunas rosadas, labios infinitos de paso neutro. ¿Cómo no buscarte con estos recuerdos que me llevan a la elocuencia clamada al aire y tejida en papel? ¿Cómo no apresurarme a tu encuentro con la libreta abierta y las estrofas lubricadas hasta la inundación de sus metáforas y la damnificación de mis metas y seguridades mentales? ¿Cómo no acordarme, si fuiste el primer poema nacido desde la arteria más lejana hasta las más vistosas de mis superficialidades? Porque te reflejabas en el panfleto literario y en el pantalón de diario, en la publicación semanal y el líquido seminal ¿cómo no acordarme? Sí hasta tus dientes parten de la palabra agitada y abierta para la rima, cuando cada beso parecía un reto de supervivencia, tus dientes y los míos chocando como piedras precipitadas y ansiosas por la chispa para verter fuego sobre la leña y detonar fuera todo innecesario calosfrío. ¿Cómo olvidarme de todos esos acontecimientos épicos donde hasta Dios sucumbió, pues nunca imaginó ver las mil y un poses en las que se puede poner la costilla del primer hombre? ¿Cómo olvidarme? Aquel último encuentro salí y como sé que no abrirías, llevé palas y picos, me perdí en un recorrido sombrío donde los cuervos sobre sus árboles pandemónicos graznaban la tonada atenebra de las noches sin lunas con la estela nebulosa que guarda los murmullos de quienes vagamos en angustia entre sus sombras incoloras. Sí, como olvidar tu orgullo, pensé, no me abrirás, no me hablarás, no me pondrás atención, sí su maldito orgullo. Ese que prevaleció en los silencios, aún en contra del vaivén, que ni por más recio, te hacia aclamar gemido, y lo apagabas por soberbia, por gula y enojo, por hambre de venganza, por orgullo y mal intención. Cuando llegué, sobre la subversiva llamada de los aullidos de aquél monte, pisando huecos senderos de tierra mojada sin sabor; ¿qué me encuentro? ¡Orgullosa no me abriste! ¿Dime quien sino yo ha tocado con tanto desdén tus puertas? Otros pudieron tener la llave de tus imperios, o sabían hablarte con ese tenue y sinfónico verso lleno de urgencia en tus nocturnas andanzas voluptuosas que se tornaba como un timbre para que les abrieras a la primera tus recintos, sin preguntar; ¿quién es? ¿qué vende? ¿me va a pagar? Y yo, para que escuches mi llamado y mi necesidad, traje palas y picos, aquellos con el puño cerrado dejaban su nombre sobre el portón de madera, y con su mano abierta el apellido sobre tus carnes yo nunca, ni siquiera me acerqué ni por error a tu cerradura, y ahí, por cada angustiosa necesidad de verte, daba diez paladas, cien golpes asesinos con el hierro erecto, y mil tormentosos encierros a tu recuerdo, te sudaba, te cansaba, te respiraba, te suspiraba en aquel campo oscuro, donde se dice que todos los que llegan obtienen paz. ¿Cómo no me voy a acordar y cómo no me va a doler tu partida? si incluso me deshice de aquellos veladores que impedían que te sacara a la fuerza de tu subterráneo sueño, seguro y eran aquellos que encantados enterraron tus pieles vanidosos en sus siembras para que resurgiera un árbol mítico que diera frutos bellos velludos y jugosos como tú. ¿Y ahora, con esto me pagas? ¿exaltándome a tales delirios? ¿enfermándome a tales alturas? ¿pero sí me esforcé por más de seis pies de profundidad? Ahora ¿con qué descaro vienes a mi mente a perturbarme, a lacerar mis sentidos, a masturbarme el recuerdo, a lamerme la herida? ¿Con qué descaro? Y peor aún, permaneces inmóvil ahí en la cama, donde te extraño partida en dos, con tu boca lucífera y tus caderas endemoniadas, permaneces frígida, fría, y ahora sé que las mariposas que decías sentir por mí, no son más que larvas devorándote el estómago ¡mentirosa! ¡orgullosa! ¡infame musa! ¡yo que hasta te escribí poesía! No sé porqué te traje de vuelta, estás apestando mis muros con la fétida anorgasmía de tu inanimada esencia, no sé, no sé porqué te traje, lo mejor amada mía mi amada musa, será volver a enterrarte.
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Hoz Leudnadez
Hoz Leudnadez
sí!!! a la bellísima Z. con sus umbrales retóricos hyper nocivos
bella!!!1 gracias por el emotivo comentario
pero vamos; el corrido de en un jueves
y maldita seas... ya fueron quedaron en el pasado
muchas gracias por leerme
y lo del taller de narrativa,sí lo necesito
no soy un buen escritor, y además estoy conocienedo gente
muy interesante y me estoy haciendo de conocimiento
estar bien fisicamente no significa la salvación querida cami pero bueno
gracias por todo mis otros perfiles jaja
gracias fio a ti tambien
Hoz Leudnadez
perdón por la tardanza, mal hábito y yo con estos dolores hombre!
me encanta esa visión que últimamente tienes
está de más decir que sí, se me viene a la mente
una oda poeniana y una cósmica lovecraftniana
pero también una de esas sonatas borgianas -que tanto me asquean-
no es un texto retro ni pensado de esta forma fio
sí, suena a lo de antes que conoces pero, sinceramente
no lo hice pensando en regresar a aquellos días
simplemente así me salió y nada más
me da gusto que le hayas leído, sinceramente queria tu opinion
bueno, no aquí quizás pero me ha gustado mucho
tu viswón qué bueno ser comprendido gracias por la flor en la tumba
y por la llamada de felicitación
Fiore Montefuoire
y yo tampoco jeje... hey, no nos ignores
somos tus otros perfiles jaja
Fiore Montefuoire
¿lo necesitas? bueno, me imagino que tú eres muy deseoso y ansionso
y que has de hacerte de nuevos amigos, si es así qué bien
porque por textos como este es por el cual uno se alegra de saberte bien
-físicamente- qué sería del mundillo del subterraneo si no hubiesen existido
obras magnas como el corrido de en un jueves de tianguis?
o maldita seas entre todas las mujeres?....
este texto muestra para mí, como una recto-rectrospectiva
al hoz adolescente que soprendia con sus locuras y aberrantes creaciones
aunque debo de decir hozzy, que ya no tan salvaje como aquellas otras cosillas.
yo, que te conozco desde hace mucho tiempo y te he visto crecer desde niño
hasta ahora, me siento muy extraña hoz, de leer esto, es muy nostálgico
te acuerdas? fioré también te conoce desde hace tiempo pero, ella quizás no vivió lo que pasaba
cuando se ausentó y tu andabas como el diablo de recital en recital jaja
espero verte pronto, y ahora sí aguantarte el ritmo
respecto al texto... no sé que decir pero
sí, me suena a poe, a los góticos como Z. deoldorf, etc
pero tiene ese humor negro tan caracteristico tuyo
besos ojos bonitos
-cami sab-
Fiore Montefuoire
un texto meramente poeniano, con su dialectica poética,
su narrativa llena de sobresalientes paisajes y descriptivas elocuencias
el personaje no cesa en el delirio
en el reclamo en el romance gótico y despótico al que nos tienes acostumbrados
sus formas precarias de turbar a la imaginacion del lector
hace que lata cada vez más y más fuerte conforme nos vamos adentrando
a tu universo de letras
siembra la duda y la curiosidad en todo momento y su forma casi casi escondida
de denotar el crimen me parece esquicita, muy informal
que vuelve al lector un complice ya cuando se ha aventurado a leer semejante elocuencia
un texto trazado al mero semblante gótico y romántico
prueba suficiente de que el Hibridismo es un arte literaria versátil
-y camaleónica- excelentes preámbulos sin llegar a lo burdo
esta vez trabajaste con el detalle, haciendolo totalmente diferente
al crimen poético I -que acá entre nos, está muy bueno también y
tomas otra visión- éste se aparta del otro cuento
aunque narrado con la complicidad en primera igual que el otro
de este no te esperas el final tan subito
¡a pesar que está narrado de forma más enferma que el
otro crimen poético! sin palabras Poe en su máxima
estás regresando a la adolescencia Hoz
me suena mucho a lo que hacias allá antes para la revista de letras feroces
cuando eras solo un niño... este es el hoz retro y sigue con la frescura
como hace casi ya trece años muy bueno... todo está rescatable
y me parece que la descripción de la pelirroja... es la misma que la de el otro crimen
te basaste en la misma? uy! una nueva conquista quizás?
jaja!!! bueno, sin más te digo que te aplaudo... POR LA PUTA POESÍA
DEL HÍBRIDO GOLIARDO REPTIL DEL MICTLAN
flores para tu tumba y un beso