Gracias amigo Verano. Así es, no soportaron el mensaje de paz y dejaron en su lugar otro mensaje diferente, el de la amenaza.
Lo recordaremos siempre, seguro.
Un a cariño grande.
norma

Mi humilde y cordial invitación a que todos recordemos, escuchemos y hablemos de nuestro amigo Facundo, cuyo trabajo no toleraron los siniestros cavernícolas del oscurantismo. Muy oportuno, querida Norma. En Colombia lo quisimos mucho. Con dolor, un abrazo para todos. Verano.

Querido Daniel, así es.
Aún me dura la sorpresa.
Alberto Cortez es otro grande con una poesía incomparable, como la poesía de Jairo, de Serrat, son los Grandes de la versificación y de la música.
Pero este hombre transmitía paz, serenidad, humor, escucharlo era tranquilizarse. Fijate que uno de sus poemas dice más o menos lo que decía el maestro Sábato: ¿adónde, adónde van tan apurados?
Sabía que él y Cortez eran amigos, cantaron juntos algún tiempo también, me pareció lo mejor para homenajearlo, quién no ha lagrimeado con esta canción alguna vez? La pérdida de un amigo es irreparable.
Un abrazo y gracias por tu visita.
Norma

Mi querido viejo joven amigo Mariano, es algo que sentí la necesidad de publicar y de decir o de GRITAR...como en tu poema.
Un cariño.
Norma

Qué mejor que Alberto Cortez
para despedir a un amigo
(que fue su amigo)
Es increible que un hombre
que hizo de la paz un arte
haya tenido este final
Como todos los grandes
seguirá viviendo en su obra!
Saludos, amiga
Daniel

...los ojos que cegasteis, aún permanecen abiertos..."

De ser por caridad... Porque la caridad nunca los cierra...

De ser por error... El error entonces hubiese sido a la luz perdonado...

De ser por dolor y pérdida... La memoria hubiese vencido....

Magnífico Norma ! Eres una gran guía para todos aquellos que te seguimos de cerca...

Hola Carlos tantísimo tiempo!
Ni aún así se pudo evitar tamaña injusticia.
"...los ojos que cegasteis, aún permanecen abiertos..."
Un saludo .
Norma

Para mí, las cosas no pasaron sin sentido
porque siempre me inquietó conocer la conciencia colectiva,
de la cual no me ausente sin ver, ni escuchar lo dicernido,
es que nunca le di la espalda a ningún conflicto con mis palabras,
aunque sabía que en algún momento mi corazón o mis pulmones
pudieran se atravesados por la flecha asesina de la tiranía
que manipula a la sociedad que no reclama por paz, equidad, ni justicia.
Mi cerebro nunca fue envuelto en la penumbra pasiva,
que persigue las ignorantes sombras que siempre duermen
en la fatalidad de la apática inconciencia de los pendejos,
cuya manos asesinas no callaron,
sino dejaron regadas por el mundo
mi cantar en versos inmortales…