La nia de las estrellas (Novela) Captulo 2.
Publicado en Jul 10, 2011
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En el mismo atardecer del día 8 de enero de 1616, en la ciudad de Orléans llovía torrencialmente. En una cantina llamada "Le Spadassin Invincible", un anciano de más de 80 años de edad y un joven compartían una jarra de cerveza en medio de una gran muchedumbre de parroquianos y alguna de esas mujeres fatales de mala fama que, procedentes de las Américas, pululaban por entre ellos.
- ¿Sabía usted, joven, que una mujer fue la que dio fama mundial a esta ciudad de Orléans?.
- Sí. Lo sé. Se llamó Juana de Arco.
- Efectivamente, joven. Veo que le gusta la Historia.
- En particular cuando se trata de historias de mujeres.
- ¡Vaya!. ¿Es usted acaso uno de esos empedernidos mujeriegos que tanto abundan por Europa entera?.
El joven sonrió levemente y no dijo nada.
- Está bien. Si quiere guardarlo en silencio mantenga el silencio. Eso siempre es positivo porque así nadie tiene de qué culparle.
- Escuche, caballero. He escuchado ya muchas historias acerca de secretos inconfesables. Le afirmo rotundamente que yo no tengo ninguno.
- Le creo... le creo joven... pero... entonces... ¿por qué tanto afán en conocer historias de mujeres?.
- Se aprende más con una sola mujer justa que con cien hombres sabios.
- Curioso. Verdaderamente curioso que un hombre tan joven sepa tanto de la vida.
- También es curioso que tantos hombres sepan mucho de la muerte.
- Hay un enigma en usted, joven, que no llego a descifrar.
- El único enigma que tengo soy yo mismo...
- ¿Usted mismo es un enigma para usted?.
- Sí. No puedo explicar por qué pero es cierto.
- Entonces le vendrá bien ralajarse sabiendo un poco más de Juana de Arco. ¿Le gustaría conocer al detalle a esa mujer virgen, mártir y santa a la vez?.
- ¿Por qué no?.
- Eso es. ¿Por qué no aprender algo de historia femenina antes que llevar a cabo una aventura masculina?.
El joven volvió a sonreír levemente pero siguió sin decir nada.
- Escuche con atención, joven caballero. Juana de Arco nació el 6 de enero de 1412 y murió el 30 de mayo de 1431.
- Curioso esto de aprender sobre mujeres. Si usted se ha fijado bien nació como una reina y murió en plena sazón femenina, antes de ser mordida por algún Adán. En realidad podríamos decir que es la Eva francesa pero sin pecado.
- Es verdad. Nació el Dia de Reyes Magos y murió cuando más rabiosamente juvenil era. ¡Con tan sólo 19 años de edad!. ¿Cómo ha sido usted tan capaz de decir eso sobre ella?. Ningún historiador dijo nada igual sobre Juana de Arco.
- Dejemos ahora eso de lado. ¿Qué tiene que contarme de Juana de Arco que sea realmente original?.
- Veo que despierta su interés. Está bien. Le contaré algo y le pido que me interrumpa cuando lo crea necesario.
- ¿Esto qué es?. ¿Un juego psicológico entre un maestro y su mejor alumno?.
- Efectivamente... aunque pudiera darse el caso de que yo sea el mejor alumno y usted, joven, mi verdadero maestro de nuevos aprendizajes de la vida.
- Podríamos ser, simplemente, solo dos compañeros de aula nada más y estamos aprendiendo de una joven maestra... con lo cual usted rejuvenece totalmente y yo aprendo a madurar. Vamos. Comience ya.
- También conocida como la Doncella de Orléans (o, en francés, la Pucelle), fue una heroína y militar francesa. Su festividad se celebra el día del aniversario de su muerte, como es tradición en la Iglesia Católica, el 30 de mayo. Nacida en Domrémy, pequeño poblado situado en el departamento de los Vosgos en la región de la Lorena, Francia, ya con 17 años encabezó el ejército real francés. Convenció al rey Carlos VII de que expulsaría a los ingleses de Francia y éste le dio autoridad sobre su ejército en el Sitio de Orleans, la batalla de Patay y otros enfrentamientos en 1429 y 1430. Estas campañas revitalizaron la facción de Carlos VII durante la Guerra de los Cien Años y permitieron la coronación del monarca. Como recompensa, el rey eximió al pueblo natal de Juana de Domrémy del impuesto anual a la corona. Estas ley todavía sigue en vigor. Posteriormente fue capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses. Los clérigos la condenaron por herejía y el duque Juan de Bedford la quemó viva en Ruán. La mayoría de los datos sobre su vida se basan en las actas de aquel proceso pero, en cierta forma, están desprovistos de crédito pues, según diversos testigos presenciales del juicio, fueron sometidos a multitud de correcciones por orden del obispo Cauchon, así como a la introducción de datos falsos. Entre estos testigos estaba el escribano oficial, designado sólo por Cauchon, quien afirma que en ocasiones había secretarios escondidos detrás de las cortinas de la sala esperando instrucciones para borrar o agregar datos a las actas.
Veinticinco años después de su condena, el Rey Carlos VII instigó a la Iglesia a que revisaran aquel juicio inquisitorial, dictaminando el Papa Nicolás V la inconveniencia de su reapertura en aquellos momentos, debido a los recientes éxitos militares de Francia sobre Inglaterra y a la posibilidad de que los ingleses lo tomaran, en aquellos delicados momentos, como una afrenta por parte de Roma. No obstante la familia de Juana también reunió las pruebas necesarias para la revisión del juicio y se las envió al Papa, pero éste se negó definitivamente a reabrir el proceso. A la muerte de Nicolás V, fue elegido papa el español Calixto III (Alfonso de Borja) el 8 de abril de 1456 y es él quien dispuso que se reabriera el proceso. La inocencia de Juana Domrémy fue reconocida ese mismo año en un proceso donde hubo numerosos testimonios y se declaró herejes a los jueces que la habían condenado.
- ¿Y de dónde viene entonces eso de que sea santa?.
- No importa lo que diga el Papa ni toda la curia romana junta. Para el pueblo francés es una santa y esa es la verdad de cualquier santidad. No queremos estatuas ni beatificaciones ni tanta fanfarria alrededor de ella. Simplemente es santa sea quien sea. Y lo que diga Roma no nos preocupa en absoluto.
- Pero... usted no es francés...
- ¿Cómo lo ha adivinado, joven?.
- Por su fuerte acento navarro.
- Exacto. Soy navarro. Me llamo Argimiro de Olite pero considereme francés porque vivo en Orléans desde muy joven y estuve casado con una francesa de la Casa de Luxemburgo. Yo también estoy buscando la solución a un enigma. Quizás sea la solución de su propio enigma, joven...
- Osé de Carvantes. Me llamo Osé de Cervantes.
- ¡Caramba!. ¿Me va usted a decir que es familia del gran Don Miguel de Cervantes y Saavedra?.
- Se lo digo con todo gusto. Soy sobrino directo del gran autor de El Quijote.
- ¿Y usted también escribe literariamente hablando?.
- También sé escribir desde que tengo uso de razón.
- Entonces... ¡es usted escritor!... ¡qué gran placer charlar con un escritor!... Yo... la verdad... jamás aprendí a escribir salvo algún que otro poemita suelto... pero cosas de poca enjundia, joven, de poca enjundia.
- ¿Tan poca estima se tiene usted de sí mismo?.
- Hay cuestiones que debo dejar en el olvido. Por cierto... ¿usted escribe según el estilo de su venerable tío?.
- A veces. Pero no es mi preferencia aunque, le repito, a veces uso su estilo... sólo por distraerme un poco.
- ¿Se le ha ocurrido alguna vez escribir la Tercera Parte de Don Quijote?.
El joven sonrió nuevamente y esta vez sí respondió.
- Por supuesto... pero no será la Tercera Parte del Quijote sino una obra para el futuro.
- ¿Para qué futuro?.
- Para el futuro de mi literatura... con eso me es más que suficiente para intentar escribirla...
- ¿Y no la titulará la Tercera Parte del Quijote?.
- No. La titularé "Venturas y Desventuras de Don Quéjate de La Marcha y su fiel compañero Pancho Panzapatos". Por supuesto que no tendrá nada que ver con La Mancha sino con la ciudad de Madrid. Quéjate de La Marcha será el madrileño y Pancho Panzapatos será el barcelonés.
- ¡Jajajajaja!. Muy ingenioso ¿Pero por qué con la ciudad de Madrid y no con la ciudad de Barcelona?.
- No por casualidad precisamente... pero prefiero hablar de otro tema... eso es un proyecto para dentro de muchos años si Dios quiere.
- Ahora que habla de Dios... ¿cómo se encuentra su insigne tío Don Miguel de Cervantes y Saavedra?.
- Si se refiere a lo que yo estoy pensando pues sí. De este año no pasa. Morirá en paz y con su conciencia tranquila. Sucederá con él lo mismo que con Juana de Arco... que morirá en plena primavera... antes de que llegue el mes de mayo.
- Desconozco como lo puede usted saber, joven amigo.
- Porque hablé con él antes de partir. Pero quiero que me cuente usted algo sobre Olite. Algo que sea realmente curioso y digno de guardar en la memoria.
- Vea esto que llevo siempre entre mis ropas.
El joven Osé de Cervantes cogió el pergamino que le mostraba el anciano Argimiro de Olite y leyó en voz alta.
- Olite se encuentra en la zona media de Navarra, a orillas del río Zidacos. A 42 km al sur de Pamplona y 50 km al norte de Tudela. Con una altitud de 388 metros sobre el nivel del mar. Su término municipal tiene una superficie de 83,20 km² y limita al Norte con Tafalla, al Este con Pitillas, Murillo el Cuende y Beire; al Sur con Caparroso y al Oeste con Tafalla, Falces y Marcilla. Por los restos arqueológicos se conoce que en época imperial romana. siglo I, un fuerte cinturón amurallado defendía un pequeño altozano en el que más tarde se fundaría la villa medieval. Además quedan restos de construcciones romanas. Interesante, sí señor.
- Sólo quería saber si le gusta a usted, joven amigo, investigar asuntos misteriosos.
- ¿Por qué me pregunta a mí eso?. Yo tengo mis propios planes.
- Mire. Tome este otro legajo y lea en voz alta.
El anciano Argimiro de Olite sacó otro pergamino y el joven Osé de Cervantes siguió leyendo.
- San Isidoro de Sevilla en su Historia de regibus gothorum nos ofrece la primera referencia escrita sobre Olite: según el citado obispo de Sevilla, el rey godo Suintila fundó la ciudad de Oligicus u Ologite en el 621 y la volvió a fortificar para hacer frente a los vascones. Por un privilegio dado en Estella en el año 1147, García IV Ramírez "El Restaurador", rey de Navarra, otorgó a Olite su primer fuero, el Fuero de los francos de Estella, dándoles por la misma ocasión tierras de cultivo. La promulgación del Fuero produjo una rápida expansión de Olite. Como instrumento jurídico, proporcionó a la población un ejercicio social propio (el término municipal), jurisdicción privativa y notables ventajas fiscales, así como elementos y cuadros propios de gobierno de la villa. El 17 de marzo de 1266, en Saint Denis, Teobaldo II concede a Olite quince días de feria anual, como "las tienen los burgueses de Estella", empezando el 1 de mayo. Desde ese mismo año se celebraron Cortes en Olite. En enero de 1302, Felipe y Juana, reyes de Navarra, atendiendo las peticiones de Olite, varían la fecha de la feria anual, señalando su comienzo el 2 de noviembre.
- ¿Hay algo que le haya llamado la atención de manera especial?.
- Sí. Lo del 17 de marzo de 1266 y Saint Denis.
- ¿Sabe usted qué es Saint Denis.
- Allí existe una abadía de benedictinos que siguen la rígida regla de San Benito.
El anciano Argimiro de Olite ya no dijo nada más sobre el asunto que había despertado la curiosidad de Osé de Cervantes y, recogiendo de nuevo los dos pergaminos, cambió de tema.
- Escúcheme bien, muchacho... y perdón que le llame muchacho pero son muchos los años que le llevo de distancia en lo físico... aunque en lo intelecutal o estamos a la par o usted me supera bastante a mí.
- No es necesario que me halague tanto, señor. Yo ni soy vanidoso ni jactancioso. Sólo sé que sé lo que sé y lo que me queda por saber.
- Por eso mismo comprendo que es superor a mí.
- Vayamos al grano Don Argimiro.
- Está bien. ¿No le interesaría la fantástica aventura de atravesar el Atlántico?.
- ¿Me pregunta por la aventura de hacer las Américas?.
- Curiosa manera de decir viajar a las Américas.
- Es que yo pienso que viajar a algún sitio es hacer algo por la historia de ese sitio a donde se ha viajado.
- Sólo si es usted un hombre ilustre.
- ¿Se puede saber qué es ser ilustre y qué es no ser ilustre?.
- Precisamente lo que usted está sintiendo. ¿Le apetece o no le apetece hacer las Américas?.
- Sería interesante, no lo dudo... pero yo ahora tengo otros planes para mi futuro más próximo.
- ¡Espere un momento, por favor, sólo espere un momento!.
El anciano Argimiro de Olite se levantó de su silla y se perdió entre la muchedumbre buscando a alguien... y en breves minutos regresó acompañado de una escultural jovencita brasileña.
- ¿La dejamos sentarse con nosotros?.
- No veo por qué decir que no. Es tan perfecta físicamente que puede sentarse con quien le apetezca.
- Muchas gracias por el piropo, caballero.
La brasileña se sentó en una se las sillas vacías, entre Argimiro de Olite, que ya se había sentado, y Osé de Cervantes, que no se había levantado para nada. Y la joven continuó.
- Me llaman Rianha... ¿y a tí?.
- Yo soy solamente de Cervantes. Osé de Cervantes si lo prefieres. O puedes llamarme como mejor desees.
- ¿Te importa si te llamo Espanhol?.
- Como es verdad que lo soy, para lo bueno y para lo malo, no me importa. No le doy la más mínima importancia que hablen mal de mí por eso.
- Cierto es que muchos se equivocan cuando hablan de un español... o cuando hablan, por ejemplo, de mí.
- Ya sé. No hace falta que me lo digas. Me lo imagino.
- Y sin embargo es totalmente falso que sea prostituta. Hasta en lo de mi origen se equivocan porque me dicen Rianha creyendo que soy carioca de Río de Janeiro sin saber que soy paulista.
- De Sao Paulo supongo.
- Eso es. Por lo menos contigo da gusto hablar.
- Entonces... ¿qué me dices, Osé de Cervantes?. ¿Te animas o no te animas a la aventura de hacer las Américas?. Rianha se va contigo.
- No me llamen Rianha sino Paulinha. Es mi verdadero nombre.
- ¿Paula?.
- Exacto. Me llamo Paula. Captas muy rápido para ser tan joven. ¿Cuántos años crees que tengo?.
- Supongo que tú si que eres muy joven... así que no pasas de los 20.
- Exacto. Tengo 19 y medio... todavía me queda medio año para cumplir los 20. Lo que pasa es que las garotas brasileñas nos desarrollamos físicamente muy rápido. Y tú debes de estar entre los 20 y los 30... más cerca de los 30...
- Te equivocas, Paula. Estoy más cerca de los 20. Es curioso. Las mujeres me consideran más hombre de lo que ven y los hombres me consideran más niño de lo que soy. Pero entre lo que ven las mujeres y lo que me consideran los hombres prefiero siempre lo que ven las mujeres.
- ¿Cuántos años tienes entonces?.
- No te engaño si te digo que 23.
- Entonces... ¿te animas o no te animas a esa aventura?.
- Tengo que pensarlo un poco de tiempo. Ahora mismo es imposible, Don Argimiro de Olite.
- Pero... ¡podemos ser íntimos amigos!.
- Podemos serlo Paula pero quizás en otro momento si es que en otro momento nos volvemos a ver.
- ¿Eso quiere decir que no te animas aunque te lo esté pidiendo Paulinha?.
- Escuche bien y escuche con toda claridad porque voy a ser directo y contundente. Una aventura se compone de dos circunstancias..
- Por supuesto que que si, Osé de Cervantes. Se compone de un hombre y una mujer.
- Se equivoca rotundamente, Argimiro de Olite. No es eso lo que quiero decir.
- Pues entonces no le entiendo nada, joven.
- Una aventura se compone, efectivamente de un hombre y una mujer, pero en base a dos circunstancias fundamentales: la de la hora debida y la del momento adecuado. Y tanto mi actual hora debida como mi actual momento adecuado no me han traído hasta Orléans para ir a Brasil sino para ir a Fontainebleau.
Don Argimiro de Olite se quedó durante unos segundos mirando fijamente a aquel curioso joven y después rompió el silencio que se había apoderado de los tres.
- ¿Puedes dejarnos a solas un momento Paula?. Tengo que hablar con este joven muy en privado y de algo muy urgente. Por favor. Ya te iré a buscar más tarde.
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Novela.

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Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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