Fue en la temporada futbolística de 1968-1969. La etapa de las chapas estaba en su máximo esplandor porque Emilín hacía tiempo que nos había abandonado y nosotros tres seguiamos adelante ya con plena libertad. Resulta que Pachín había sido una de las figuras entrañables del Real Madrid de las chapas y resulta que el Betis había sido, igualmente, un equipo inolvidable para las mismas. Pero aquella temporada, cuando Pachín firmó por un año como jugador del Betis (antes de colgar las botas y hacerse entrenador) el Betis no salía en los cromos "aprovechables" porque se encontraba en Segunda División. Por eso no pudimos alinear en las chapas a a quella inolvidable media (que muchos aficionados béticos todavía recordarán) formada por Pachín y Pachón.
Hago un alto en mis recuerdos y traigo a mi memoria esta pequeña crónica de internet: "Rayo y Betis juegan el encuentro de la jornada en la liga Adelante (2º división) en horario matinal, otrora costumbre en la populosa barriada madrileña cuando jugaba el "Rayito". Será la sexta vez que rayistas y béticos se encuentren en segunda división. Por ahora los encuentros con el Rayo como anfitrión han deparado un balance equilibrado con dos victorias para cada uno: 68-69 Jornada 23 (16-2-1969) 0-0(Estadio de Vallecas).
Rayo:Samper,Ráez,Mariano,Fernández,Pastor,Arias,Aráez,Felines,Chaparro,
Potele y Bordons.
Betis: Vilanova,Azcárate,Díaz,Pachón,Ezequiel,Pachín,Santi,Mellado,Quino,
González y Rogelio.
Entrenador: Fernando Daucik
Arbitro: Orellana
Y es que resulta que los dos jugadores eran polivantes tanto para el puesto de lateral como de mediocampista y, en efecto, llegaron a jugar juntos como la famosa media PACHÍN-PACHÓN pero salían en cromos no "aprovechables" para las chapas. ¡Pachín, pachín, pachín!. ¡Pachón, pachón, pachón!. La felicidad reinaba en las chapas porque nos habíamos liberado de las trampas de Emilín. Pero... mira por donde... ya era, para mí, tiempo de conocer mundos nuevos: mundos de chicas guapas, mundos laborales, mundos de leer mil y una aventuras para transformarlas en mil y una historias. Aquel 16 de febrero de 1969, yo estaba trabajando en el Centro Compensador del BHA, pensando en las chicas guapas... mientras la media Pachín-Pachón quedaba, para las chapas, como un imposible.... algo así como resultaba ser un imposible poder ligar con tantas chicas guapas a la vez. Así que tuve que ir de una en una... desgranando miradas y breves palabras de saludos con ellas. En fin... pachín-pachón es un recuerdo posterior a CIMA en donde ya había descubierto que las chicas guapas existían y un recuerdo interior al BHA donde las chicas guapas seguían existiendo... mientras Luis, Carlos y yo, formábamos un trío de aventureros en aquel Madrid de los yeyés. Yeyés salidos de los cromos de fútbol y los partidos de chapas para, bajo la cantinela de pachín-pachón, vivir en los cuentos de las hadas convertidas en chavalas guapas que nos miraban, nos sonreían y nosotros hasta, a veces, lográbamos algún teléfono que otro.
Promesas rotas. Invitaciones a fiestas sin cumplir. No me importaba. Emilín era Emilín y yo era distinto, diferente y hasta opuesto. Así que tomé la decisión de navegar con mis propios medios en medio del tormentoso mar mientras todavía compartía con Bonifacio y Máximo gloriosas jornadas de juegos de chapas ya inventados y juegos de chapas que inventábamos nosotros. Fin de una época de épicas partidas de chapas y auge de una época de épicas hazañas soñadas con chicas guapas que se me introducían como principales protagonistas de mis quehaceres diarios, por las noches bohemias, en mis pensamientos. Mi abuelita Rufina sabía que la niña que debería conquistar mi corazón ya estaba en camino... mientras yo engarzaba mis recuerdos del Deportivo Olímpico con las nuevas aperturas (como si de ajedrez futbolístico se tratara) en el marileño Campo del Gas; en el mismo lugar donde habían elaborado sus mitologías los profesionales de la lucha libre de aquellos inolvidables años 50 y 60.