Café con leche y bastón (Diario)
Publicado en Aug 01, 2011
Nueve de la mañana. Junto a la ventana ella dejó una mordida manzana. Hay un reloj cerca de la palangana. Café con leche en el tazón y un huevo con yema y clara; en la pared, al lado de un tablón, un bastón color avellana. Son señas de identificación de una mujer anciana: café con leche y bastón de una vieja alsaciana.
Hay nubes grises y oscuras, esta tarde, en Goteborg; son nimbos que predicen lluvias. En la amplia abertura del estuario del Gota, donde el mar penetra tierra adentro, los grandes y lindos ojos negros de ella, neblinados por los reflejos de la semioscuridad, miran hacia la Universidad. Piensa ella. Pienso yo. Y mañana la lluvia nos volverá a mojar a todos: a la voz de mamá sentada en su cama, a los tarros de tomate casero, a la panadería de abajo, al chico moreno, a la tía Luisa y a la mujer de los piñones de ssshhh... y también a la vieja alsaciana de Goteborg. Y pienso en todos mis compatriotas de Internet. En todos y cada uno de ellos y ellas. Y medito en algo que dejó escrito Grekosay: "He dejado de sentir ese dolor de estar creciendo...". La tarde declina hacia el anochecer. Piensa ella. Pienso yo. Vámonos a Copenhague porque deseo hablar con La Sirena, me dice dándome la mano...
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|