La epilepsia y mi hermano
Publicado en Aug 05, 2011
Tuvo el primer ataque y en casa se asustaron hasta los peces de colores. Tuvo el segundo y mamá lo llevó a rastras al médico. Que le dijo que con toda probabilidad lo suyo era epilepsia. Pero podían haber sido tan sólo unos ataques de pánico nocturno con convulsiones. Así que le recomendó que antes de dar comienzo a la medicación contra esta enfermedad se diera un plazo de seis meses. Si en este tiempo no tenía ninguna otra crisis nos olvidaríamos del asunto, le dijo. Le recomendó que no hiciera grandes esfuerzos, que no bebiera alcohol y le dijo que mejor no conduciera su automóvil. Y éste se quedó en el garaje y todos nos quedamos muy preocupados. Si.
Puede que pasaran tres meses. Puede que casi cuatro. Una noche mamá estaba en casa de quien ahora era su novio. Y mi hermano salió con su prometida Juana. Volvió tarde, yo ya estaba dormida. Los dos debimos dormir unas horas. Pero de pronto me despertaron unos golpes. Golpes contra la pared, cosas que caían al suelo. En la habitación contigua a la mía: donde dormía mi hermano. Corrí muy asustada y entré. Tuve que dar la luz del pasillo porque la de la mesita de noche de mi hermano no funcionaba. Y ví su cuerpo revolviéndose sobre la cama , chocando una y otra vez contra la pared. Se estaba haciendo año, pues se golpeaba también con la cabeza. Bum, barrabum, bum bum, crash, pong, pong, barrabum, fowww... Aquel ruído me mataba. Intenté agarrarlo pero no podía sujetarlo. Se me escapaba una y otra vez. Y no podía estar atenta a su boca para que no se mordiera la lengua. Se hacía daño. Me hacía daño con sus golpes con los brazos, con los puntapies en mis rodillas y muslos. Duró pocos minutos, luego su cuerpo convulso se fue amansando. Poco a poco entró en una calma profunda como el fondo de un pozo. Y allí se quedó dormido como un ángel. Yo me senté a su lado. Tras el susto me vino una gran llorera. En silencio. Lloré, lloré, lloré mucho. El me había asustado. Y ahora yo estaba muy asustada por él. Estuve a su lado hasta que clareó. Cuando despertó ya le tenía preparado un buen almuerzo. Le cogí por las manos y le pregunté. -¿Te acuerdas? -¿Qué? -en sus ojos vi que se asustaba. -Has tenido... -El tercero!! -repuso él sombríamente. Guardé silencio. -Bebimos alcochol con Juana en la fiesta. ¿Te hice daño? Asentí con la cabeza. -Tendré que ir al médico. Hoy mismo. Mi hermano y la epilepsia. Y la medicación que nos lo iba a dejar medio atontado para toda la vida. Si señor.
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Marian
Juego de 4: Andrea
Shona Lee
florencio
Vanesa
Juego de 4: Andrea
Saludos Luisa y Encubierta, gracias por comnetar.
Encubierta
luisa luque