Si alguna vez te preguntaran
lo que hubo entre tú y yo,
recuerda que no fue nada,
que nada nunca nos unió.
 
Di que jamás nos conocimos,
que ni el aire nos presentó...
Que aquí no fuimos amigos,
ni enemigos, ni eco, ni voz.
 
Nada anidó en el alma.
Nada en ella floreció.
Sin luz se fue la madrugada.
Nada del sueño despertó.
 
Di que todo siguió su curso
y nada te lo alteró,
con la rutina en el surco
y el surco por tu sudor.
 
Que ya no recuerdas mi nombre,
mi apariencia, ni mis cosas...
Que al día siguió la noche
y en la noche todo fue sombra.
 
Si alguna vez te preguntaran
lo que hubo entre los dos,
recuerda que no fue nada,
que nada nunca nos hirió.
 
Di que tu amor lo reservaste
y el mío no te acogió,
que cada cual fue por su calle
y ni el destino la cruzó.
 
Di  que fuimos larga espera,
hondo quebranto y sinsabor.
Que se nos gafó la estrella...
¡Y no te retrases, por Dios!
G.S.A.