El alba me trae todas las conciencias.
Publicado en Aug 10, 2011
El alba me trae todas las conciencias
de anhelos vividos con insomnio y con notalgia. Horas de voces acunadas en el frío despertar de tantas madrugadas blancas que, al llegar la luz, vuelven a mi eterna sensación de caminante. Y tomo la hoja vacía del Diario para comenzar a escribir en ella mi poema. Hoy no sé qué desearle más al viento sino decirle que siga adelante por la vida y que crezca en el fondo de su alma ese afán de querer ser más fuerte que la rosa. Sin embargo, en el jardín, sigue abierta esa flor escondida en el fondo de lo incierto y busco y encuentro un afán infinito de seguir siempre adelante. Más allá del crepúsculo tardío está la aventura de superar esa tristeza de la que hablan los que la han reconocido como única pasajera por las calles. Me subo el sueño hasta el fondo de la fe y busco ese lugar donde dejé sentidos para ser solamente una idea que camina entre las avenidas donde existen seres dormidos... El alba ya no es aquella fría soledad de minutos embarcados en viajes de ilusiones perdidas en los parques y mi paseo por el borde del amanecer lleva consigo una única consigna: que las nubes abran espacios a la magia de sentirse vivo en esta ciudad de almas encadenadas al paso del tiempo sin canciones. ¿Quiénes son los que no saben cantar alguna vez en la vida ordenada de las leyes que surgen de algún misterio sin más conciencia que la dura vanidad?. Son los que abren en el alba mi conciencia y me hacen sentir el frío del silencio. Miro a quien yace en medio de la escena con forma de figura desleída... y leo... Se me abre la página de mi Diario con una lágrima impresa en el otoño y cuando llega la luz me sobrecoge este silencioso caminar del vagabundo. ¿Existe otro mundo paralelo a mis pisadas?. Sí. Son las huellas infinitas del silencio que llaman a la puerta de mi corazón. Quizás no exista ninguna otra razón para amar a la rosa abierta en el jardín de esta esperanza verde que alimenta a quienes no saben de ninguna gloria ajena a su hambre de existencia. Voy por la esquina donde alguien ha grabado un nombre cualquiera de ilusión. Y pienso que si soñamos con más fuerza es porque sentimos la vida como una fragua donde el alma se nos hace música de golpe tras golpe y de rumores que crecen... que crecen en medio del paseo incierto esperando ver qué hay más allá de cada esquina. Doblo por la calle donde alguien está sufriendo y respiro algo así como una creencia de olvidos... ¿Qué han olvidado los seres humanos de esta Tierra donde el alma me trae todas las conciencias?. Sigo adelante y sigo sintiendo el eco del poema de un amanecer.
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