¡Hay un largo camino gris,
cuya esencia, asfáltica y cadavérica,
me lleva, en recta hasta su alma!
Allí en donde danzan, ebrias,
Las palomas de la vida;
¡En donde sensuales bocas
canta al ron y a la estocada vil
de una melodía embravecida!
¡no hay infierno mas alegre
que tu pecho endiablado,
al fuego de un grito
de tambor y de fotuto enamorado!
 
¡Tiemblan las mascaras,
allí, en donde enterraron
los sudores de un pueblo desvalido;
En donde la ancianidad, enlutada,
dormita cabizbajas de olvido;
mientras se teje la esperanza
aunque, todos saben que ,es en vano
porque el hilo no le alcanza;
se lo ha comido un gusano!
¡Hay un sendero grisáceo
que lleva hacia el  espacio
mágico en donde febriles cinturas
rememoran su pasado ancestral;
entrelazando étnicas miradas,
perfumadas de caña y de ocaso;
En donde las penas
no son mas que risas disfrazadas
de triculi y de tabaco! 
 
Es una fiesta de atabal.
en el  lúdico vientre
en donde nace, cada día, un carnaval
Porque allí en donde vivo,
efluvico,el ambiente;
huele a flor y a  guayabal.
Yo vengo, al igual que tu, de allí;
en donde un surco abierto
sangra como una herida eterna;
en la entre-pierna del  “central”.
Aquí vivo y aqui sueño;solitario,
Aquí morirán mis huesos;
Malqueridos, solidarios.
 
¡Yo al igual que tu,
de melao y de azúcar
tengo el canto;
soy un cayo de obrero
endurecido y silente;
solo aspiro a un gran tonel
de justicia... y de aguardiente!