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Recuerdos y Esperanzas

Publicado en Aug 29, 2011

La tía María miraba el reloj del living de tu casa. para que los huevos tuvieran exactamente los tres minutos de cocción... también te preparaba el jugo de zanahoria y naranja... mientras nos conversaba de algún tema de interés.
Leías todos los libros de la biblioteca de don Polo... veíamos diapositivas de pinturas, armábamos rompecabezas y dábamos función de títeres, en aquellas largas tardes de verano en Cañete...
Imaginábamos que el antejardín de la tía Emperatriz era un gran mar... y ese tronco en el medio era un barco en el que navegábamos y a veces naufragábamos... pero siempre sobrevivíamos...
Crecíamos y escuchábamos a Bosé y Los Pecos.. en un cassette regrabado del Long Play... y nos "cansábamos de descansar"... Entonces nos disponíamos a fotografiar los parajes históricos del pueblo, otrora sitio de caciques, toquis y de infortunados conquistadores.
Nos preparábamos para ser grandes... y en el mismo año entrábamos a estudiar en lo que se dice enseñanza superior.. yo orgullosa que obtuvieras más de ochocientos en la prueba de matemáticas... y que me contaras que te había sobrado tiempo ...
Siempre alegres de vernos caminábamos los jardines de la Universidad, nos contábamos los secretos de nuestra juventud... viviendo también los cambios, escuchando los gritos de libertad y ruidos de cadenas que los chilenos queríamos cortar..
Los años han ido pasando.. un día compartes la gran noticia... ibas a ser padre... había que elegir el nombre... y esta vez ya no llevaría el de nuestro abuelo... lo cambiabas por Vicente Gabriel... Luego ganó Gabriel en primer lugar a Vicente, un ángel que llegó a iluminar y llenar tu mundo de tecnología, clásicos de la música y de un cuanto hay...
Comprenderás que la tristeza que hoy invade tu mente y corazón la vivo también... Y quiero que luches incansablemente...! Ya no en el mar verde del antejardín, sino que en este mar de la vida, que hoy se agita en la tormenta de desencuentros.

No te rindas... Y obtén el primer lugar ...!

A mi querido primo Hipólito.