El mamarracho de la lúgubre noche (Diario).
Publicado en Sep 06, 2011
Noche invernal del año 1997. Quito. Época de pasar y soportar el frío contándonos historias y chistes sin maldad alguna. Pero, como siempre por aquel entonces, sonó la voz del mamarracho de la noche intentando meter miedo por las ondas radiofónicas y que seguro que no era ni tan siquiera periodista de barrio. ¿Quién fue el famoso seudoperiodista que de tal imbécil forma intentaba asustar?. Ni lo sé ni me importa saberlo. Sólo sé que era un mamarracho defensor y lamebotas del contrabandista, del narcotraficante y del indeseable. Y a todo esto el mamarracho insultando a diestro y siniestro, y bastante siniestro era que sólo le faltaba el tridente para ser ridículo completo. Montaje burdo. Un taxi con las luces parpadeando en medio de la penumbra para escenificar el miedo. Y la voz del mamarracho afirmando una muerte inexistente. Si era Velasco o no Velasco me da lo mismo. Ni he investigado ni perderé el tiempo investigando la vida de tal fantoche que salía de lo normal para hacerse el anormal con marcha fúnebre. ¿Quién es ahora el payaso de la esquina, señor fantasma?. Entre usted y yo existe la diferencia que hay entre un advenedizo y un profesional verdadero sabiendo, por supuesto, que el advenedizo es usted. Y escucho la voz de Fernando: "Dónde está la muerte muerte que quiso acabar con mi canto. ¡Mi canto es para Dios por la Eternidad!".
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